A 80 años del fallecimiento de Carlos Gardel
Asimismo, habrá un homenaje y envío de una placa que será colocada en el Aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, Colombia, dentro del Festival Iberoamericano Ciudad.
La placa dirá: “A la memoria de Carlos Gardel. Voz y sentimiento criollo del tango. Fallecido trágicamente en este aeropuerto el 24 de junio de 1935. Homenaje de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el 80° aniversario de su fallecimiento. Medellín. Junio de 2015”. El proyecto de resolución se aprobó sobre un texto consensuado.
También, se declaró de Interés Cultural de la Legislatura porteña al mural “La sonrisa de Gardel”, del Taller de Arte Inclán. Está en Parque Patricios, precisamente en la fachada del Taller de Arte Inclán, espacio donde varios artistas dan clase y realizan tareas comunitarias. Es un trabajo comunitario que dirigió la artista plástica y directora del Taller, Mirta Regina Satz, junto a 120 personas de entre 5 y 83 años. Cada participante creó sus propios “Gardelitos y zorzales”, logrando una unidad como sumatoria de individualidades.
El próximo miércoles 24 de junio se cumplirán ochenta años del fatídico accidente en el Aeropuerto colombiano “Las Playas”, luego denominado “Olaya Herrera”, donde falleciera Carlos Gardel, junto a la mayoría de su comitiva. “Mucho se investigó y escribió sobre este hecho donde el avión F 31 de la compañía SACO, a cargo de su titular Ernesto Samper Mendoza, choca con el avión Manizales de la compañía aérea alemana SCADTA. Las causas nunca fueron establecidas con claridad”, explicó Oscar Moscariello (Pro), autor de los tres proyectos de resolución aprobados en la sesión de ayer.
En los fundamentos de la primera iniciativa, Moscariello detalla: “Carlos Gardel fue enterrado primero en Medellín, pero luego Armando Defino -su albacea- repatrió el cuerpo. Para ese fin, el féretro con los restos mortales de Gardel realizó un largo recorrido con viajes en lomo de burro, carreta, tren y barco. El cuerpo pasó por poblaciones interiores de Colombia, luego Panamá, se lo veló en Estados Unidos, y llegó finalmente a la Argentina en barco hacia 1936. Desde entonces, descansan en el cementerio de La Chacarita donde día a día centenares de admiradores de diferentes lugares del mundo, dejan sobre su tumba flores, cartas, discos con grabaciones de sus temas y un cigarrillo encendido en la mano derecha de su estatua”