Absolvieron a Carlos Telleldín por el atentado a la AMIA
El Tribunal Oral Federal 3 absolvió a Carlos Telleldín en el juicio que se le digue por el atentado a la AMIA, en un veredicto leído este miércoles a las 13 y transmitido online.
El juez Andrés Basso, integrante de ese tribunal, señaló que los argumentos del fallo se darán a conocer en una audiencia convocada para el 26 de marzo del 2021 a las 17.00.
Esta mañana Telledín había proclamado su «total y absoluta inocencia» y cuestionado las «mentiras fraudulentas» de la acusación, al pronunciar sus últimas palabras.
Tras esas últimas palabras, Basso y sus colegas Javier Ríos y Fernando Canero se retiraron a deliberar previo a la lectura del veredicto.
Las palabras de Telleldín
«Voy a aclarar puntos que continuamente son ingresados por la ventana de forma maliciosa», comenzó el acusado ante los jueces en una última audiencia remota que tuvo varios problemas de conexión, sobre todo de la defensora oficial de Telleldín, Verónica Carzoglio.
Telleldín recordó que pasó diez años y dos meses preso hasta que resultó absuelto en 2004, en el primer juicio por el atentado. «Estamos a 27 años del terrible atentado y seguimos con Telleldín sabe, Telleldín presume, Telleldín cree. Estuve diez años y dos meses detenido en forma injusta, me quise suicidar en prisión», recordó.
«Cuando quedé libre no quería salir, tenía mis hijos de 4 y 5 años y cuando salí tenían 20, era un extraño para mis hijos», dijo. En el juicio actual «27 años después, vivo lo mismo, las mismas mentiras, las mismas conjeturas, no se ya cómo decir que la camioneta se vendió a una persona que vino por el aviso de manera normal y se pagó», agregó.
Además, cuestionó a la querella de la AMIA DAIA que, «como algunos sectores siguen presionando para que arme una historia trucha, como la de los policías bonaerenses», juzgados junto con él en el primer juicio oral y absueltos.
La fiscalía y la querella de Familiares de Víctimas habían pedido que se lo condenara a prisión perpetua mientras que AMIA DAIA a 20 años de cárcel de cumplimiento inmediato.
La exposición de Telleldín debió interrumpirse porque su defensora no escuchó el inicio de la audiencia. Carzoglio explicó al Tribunal, tenía su micrófono «muteado», pensó estar ante un «inconveniente técnico» y sólo se dio cuenta del inicio del juicio cuando vio gesticular a su cliente.
El acusado ya había hablado ante los jueces cuando tras una pausa, la defensora pudo conectarse y pidió hacer uso de su derecho a responder planteos de la querella AMIA DAIA formulados en la audiencia anterior, para rechazarlos.
El titular del Tribunal, Andrés Basso, le concedió la palabra y, tras escuchar a la defensora, Telleldín pudo terminar de hablar.
Telleldín, a punto de cumplir 60 años, ya fue juzgado como presunto partícipe necesario del atentado a raíz de haber sido el último poseedor de la camioneta Trafic usada como cochebomba, de acuerdo a lo concluido en la investigación judicial.
El primer juicio a cargo del mismo Tribunal pero con otros jueces que ya no ejercen, Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo, terminó en 2004 con la absolución y liberación de Telleldín y cinco expolicías bonaerenses que habían sido procesados y detenidos como parte de una «conexión local».
En ese momento, el Tribunal anuló toda la investigación que llevó adelante el destituido exjuez federal porteño Juan José Galeano, por entender que se cometieron ilícitos que la invalidaron. Entre esas irregularidades se encontraba el pago ilegal de 400 mil dólares a Telleldín para involucrar a los policías, sobre quienes dijo haberles entregado la Trafic el 10 de julio de 1994, ocho días antes de la voladura.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó parcialmente este veredicto en 2009 y determinó la validez de todo lo hecho hasta la apertura de la llamada «Causa Brigadas» contra policías bonaerenses, posterior al cobro ilegal de Telleldín.
Tras ese fallo, el nuevo juez de la causa AMIA, Rodolfo Canicoba Corral, retomó la investigación y envió al ex reducidor de autos a otro juicio oral, tras declarar delito de lesa humanidad imprescriptible al atentado.