Accede al discurso completo de Macri: Versión taquigráfica de la Apertura de Sesiones Ordinarias
El presidente de la Nación, Mauricio Macri, dio el discurso de Apertura del Periodo de Sesiones Ordinarias 136° en donde marcó una agenda parlamentaria con muchos proyectos que ya tienen tratamiento en el Congreso y con un puñado de propuestas que enviara el Ejecutivo.
Mira el discurso completo:
Buenos Aires, 1 de marzo de 2018
Mensaje del presidente Mauricio Macri en la apertura del 136° período
de sesiones ordinarias del Congreso
«Vicepresidenta, señores gobernadores, integrantes del cuerpo
diplomático, legisladores, invitados especiales, queridos argentinos.
Antes de empezar, quiero homenajear a los 44 tripulantes del submarino
ARA San Juan que entregaron su vida cumpliendo su deber. Estamos con
los familiares, y quiero reiterarles que seguiremos haciendo todo lo
que está a nuestro alcance para encontrarlos. Estoy seguro de que
todos los argentinos estamos unidos en este reconocimiento.
Es la tercera vez que vengo al Congreso a hacer la apertura de
sesiones ordinarias, y esta vez quiero iniciar diciendo “gracias”,
gracias a todos los argentinos. A los que están en este recinto y a
los que están afuera.
Gracias por comprender que éste es un esfuerzo que hacemos entre
todos, trabajando juntos. Gracias por marcar el camino y elegir la
verdad, aunque a veces incomode. Gracias por entender que las cosas
llevan tiempo, y que no hay atajos ni soluciones mágicas.
Y, gracias por comprometerse con el diálogo, que es la única manera de
llegar a soluciones que incluyan a todos.
A cada uno de ustedes con los que estuve se los dije en persona. Y, a
cada uno que siga encontrando en el futuro se los voy a volver a
decir. Gracias, gracias, gracias. Si hoy estamos donde estamos es
gracias al esfuerzo de todos.
Pero, lo peor ya pasó y ahora vienen los años en que vamos a crecer.
Las transformaciones que hicimos empiezan a dar frutos, a sentirse,
como las siente esa familia que no tenía agua ni cloacas y ahora las
tiene; como las siente esa pareja de enamorados que no podía acceder a
su vivienda propia y en estos dos años lo consiguió; como lo siente
aquel trabajador que vuelve a casa, después de un largo día bajo la
lluvia, y no tiene que embarrarse porque le llevamos el asfalto a su
cuadra; como la siente cada emprendedor que pudo crear esa pyme con la
que soñaba.
Y, esto me llena el corazón de entusiasmo porque ustedes me pusieron
acá para emprender juntos este camino.
Un camino distinto, que por fin nos está sacando de tantos años de
repetir los mismos errores. Un camino de desarrollo, en el que estamos
combatiendo la pobreza para que nadie quede atrás.
Y, quiero dejar bien clara mi intención. Detrás de cada propuesta, de
cada reforma, de cada transformación está la responsabilidad y el amor
con que he tomado esta tarea, y siempre pienso en qué es lo mejor para
todos los argentinos.
No vine a hacer lo que me conviene a mí o a mi Gobierno.
Estoy acá porque realmente quiero que cada uno de ustedes sienta que
su vida mejora, que tengan esa oportunidad concreta que antes no
tenían, que cada uno pueda ver cómo su vida va avanzando.
Ustedes escuchan que algunos nos critican por ir demasiado lento y
otros por ir demasiado rápido. Los primeros piden un shock de ajuste,
y a ellos les digo que acá vinimos a reducir la pobreza y a
asegurarnos que ningún argentino pase hambre. Y los otros nos piden
que nada cambie, y yo les digo: si nada hubiese cambiado estaríamos
como otro país hermano que está en una desintegración social.
Por eso, elegimos el camino del cambio con gradualismo, un camino en
el que todos los argentinos estemos unidos por el esfuerzo.
Tenemos metas para bajar la inflación, para reducir el déficit fiscal.
Y como las vamos a cumplir, vamos a dejar de endeudarnos y se van a
multiplicar las inversiones en un país confiable.
Tenemos que evitar los diagnósticos apocalípticos. Necesitamos
coherencia, templanza para recorrer el camino y avanzar de acuerdo a
los tiempos que vivimos.
En este contexto, hoy quiero proponerles una agenda de trabajo con
desafíos concretos que nos ayuden a seguir creciendo, pero sin
desconocer la importancia de otros temas significativos sobre los que
venimos trabajando. Los invito a trabajar juntos en esta agenda.
***
Queremos un Estado al servicio de la gente. Un Estado moderno y
facilitador, que dé las herramientas a los argentinos para mejorar sus
vidas y obligue a los funcionarios a rendir cuentas.
Estamos avanzando. Ya hay casi 700 trámites que se hacen por Internet,
sin tener que hacer viajes ni colas innecesarias.
Y, desde este año, estos trámites y muchos más se van a poder realizar
desde la computadora o su celular.
Pero, un Estado al servicio de la gente es también un Estado
transparente, que muestra cómo gasta su plata y que tiene funcionarios
obligados a tener un alto estándar ético.
En estos dos años, los funcionarios nos pusimos límites como nunca
antes para garantizar que no estamos acá para beneficiarnos.
Ahora, hay reglas sobre cómo mostrar nuestro patrimonio, reglas que
estudian y resuelven posibles conflictos de interés y normas que
definen límites para nombrar familiares en el Gobierno, entre otras.
Argentina mejoró las posiciones y calificaciones del Índice de
Transparencia Internacional. Pasamos del puesto 106 al 85 en dos años.
Es la primera vez que Argentina mejora 21 posiciones en dos años.
Pero, tenemos que seguir trabajando. Les pido a todos los poderes y a
las provincias que se sumen a esta tarea titánica.
Y queremos hacer permanentes estos cambios en una Ley de Integridad
Pública que reúna las reformas que ya implementamos y las que surjan
del debate parlamentario.
Un Estado al servicio de la gente, además, es un Estado que ordena sus
cuentas. No podemos gastar más de lo que tenemos.
En esto nos pusimos de acuerdo con los gobernadores para ordenar la
relación entre Nación y provincias.
Después de décadas de desorden, llegó el momento de ser serios con el
equilibrio fiscal. Es la plata de los argentinos y administrarla con
responsabilidad es nuestra obligación.
***
Otra de las prioridades es que todos los argentinos puedan acceder al
crédito y puedan ahorrar.
Estamos viviendo un boom de crédito hipotecario. 2017 fue el año, casi
en 20, con más créditos. Decenas de miles de familias compraron sus
casas con cuotas más bajas que el alquiler que pagaban, y 3 millones
de familias tomaron créditos en el ANSES para hacer refacciones o
conectarse a las redes de cloaca y agua.
Todo fue posible, entre otras razones, porque la inflación está bajando.
La inflación del 2017 fue menor a la del 2016. La de este año va a ser
aún menor, y la del año que viene, aún menor a la de 2018.
No queremos sólo bajarla. Queremos que nunca más sea un instrumento de
la política como lo ha sido durante más de 70 años.
La inflación castiga a la mayoría, dificulta la competencia y nos
mantiene presos del corto plazo.
Y presos del corto plazo los argentinos no podemos planificar. No
podemos tomar crédito, no podemos ahorrar.
Pero esto también está cambiando. A medida que los argentinos vimos
que emprendimos un camino claro de inflación en baja, empezamos a
recuperar el ahorro.
La Ley de Financiamiento Productivo, que tiene media sanción, va a
permitir seguir teniendo crédito hipotecario por varias décadas y va a
dar más opciones para canalizar el ahorro de los argentinos, en
especial a las pymes que necesitan capital para crecer.
Le pedimos al Congreso que tenga esta ley en sus prioridades para este año.
***
Tenemos que organizarnos para el trabajo del siglo XXI.
El mundo está cambiando rápido. Cada día se crean empleos nuevos y
otros desaparecen. Es un desafío que enfrentan todos los países del
mundo, no sólo la Argentina. Podemos intentar resistirnos o podemos
asumir el momento que nos toca vivir.
Durante estos dos años avanzamos mucho. Juntos logramos acuerdos que
generan empleo y llevan oportunidades nuevas a nuevas partes del país.
Gracias a esto, la desocupación está bajando y el total de
trabajadores registrados aumentó en casi 270 mil.
Pero en Argentina uno de cada tres trabajadores está en la
informalidad. Y no está ahí porque quiere, hace lo que puede.
Vamos a presentar el proyecto de Ley de inclusión laboral para que
miles de trabajadores informales puedan registrarse sin perder la
antigüedad y los beneficios que les corresponden por sus años de
trabajo.
Esta iniciativa es el fruto del trabajo en equipo entre sindicatos y
empleadores, unidos detrás de la meta de cuidar el empleo argentino.
Tampoco podemos permitir más que una mujer gane menos que un hombre.
No es justo. No está bien. Y, según el INDEC, estas diferencias llegan
hasta el 30%. Y, esto no puede seguir así.
Tienen mi compromiso para que el salario igualitario que establecen
nuestras leyes sea una realidad.
Y, en un mundo de iguales, tampoco hay razón para que los padres
compartamos tan sólo dos días en el momento del nacimiento de nuestros
hijos. Sabemos lo importante que es estar en familia en esos primeros
días.
Por eso, vamos a presentar un proyecto de ley para extender la
licencia por paternidad.
***
Se viene una revolución en el país con el turismo. Y les propongo que
nos organicemos para recibir cada vez más turistas.
El año pasado batimos muchos récords juntos: nunca antes se habían
hospedado tantos viajeros en hoteles en todo el país -crecieron un 8%
en comparación con el 2016 y en todas las regiones-, y nunca antes
había viajado tanta gente en vuelos de cabotaje como ahora.
Tuvimos más de 50 millones de viajes dentro del país y recibimos más
de 6 millones de turistas de otras partes del mundo. Y, en el último
fin de semana largo de Carnaval tuvimos récord de turistas.
¿Qué significa todo esto? Significa trabajo de calidad porque son más
mesas llenas en los restaurantes, más camas ocupadas en los hoteles,
más entradas vendidas en los teatros, peñas y espectáculos.
Y además este año tenemos el G20 y las olimpiadas de la Juventud, que
son más puertas de entrada y van a multiplicar la cantidad de
turistas.
Y más allá de las mejoras de los aeropuertos, las nuevas rutas para
que haya más conexiones, la devolución del IVA al turismo extranjero,
o los vuelos más baratos, el turismo tiene que ser una causa
compartida por todos.
Los argentinos tenemos que construir una cultura del servicio para que
cada persona que nos visite se enamore de nuestro país y quiera volver
una y otra vez.
Transformemos nuestra amabilidad y nuestras ganas de crecer en
oportunidades concretas que se multipliquen en los pueblos y ciudades.
***
Queremos que todos los argentinos estemos conectados, que tengamos
acceso a internet y mejor conexión en los celulares.
Internet nos cambió la vida. Nos permite estar comunicados, poder
expresarnos, aprender sobre el mundo y ahorrarnos tiempo en trámites
que antes eran eternos.
Un ejemplo del potencial que tiene internet aplicado a la vida es la
red de Telesalud pediátrica que ya funciona en 20 provincias y las
familias pueden hacer consultas con médicos del Garraham sin tener que
moverse de su pueblo. Por iniciativas como ésta es que queremos
ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la conexión a internet en
cada rincón del país, un paso más hacia una Argentina verdaderamente
federal.
En estos dos años aceleramos el crecimiento de la Red Federal de Fibra
Óptica, que ya tiene más de 32.000 kilómetros tendidos y conecta a más
de 400 localidades que antes estaban desconectadas.
También estamos ayudando a los emprendedores que quieren exportar
servicios basados en el conocimiento, un sector que da trabajo a más
de 1.000.000 de personas. Y, el año pasado la exportación de estos
servicios, como el software, creció un 20%.
Para seguir avanzando, necesitamos una nueva ley sobre
telecomunicaciones y tecnología de la información, que nos permita
aprovechar los beneficios de la tecnología, mejorar la competencia y
las inversiones, bajar los precios y mejorar la calidad del servicio a
los usuarios. En esta herramienta legal también estamos atrasados
respecto a otros países.
Va a haber lugar para que cooperativas, empresas pequeñas, medianas,
grandes, tanto nacionales como internacionales, participen activamente
de la conversación para garantizar la neutralidad de las redes y la
pluralidad de los contenidos.
Si estamos mejor conectados vamos a poder ofrecer mejores productos y
servicios, y vamos a estar más preparados para la economía que viene,
donde la innovación y lo digital serán fundamentales para crear
empleo.
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Los argentinos también tenemos derecho a vivir cerca de un lugar
verde, donde podamos unirnos, conocer y preservar la naturaleza.
El espacio público, sin duda, es el espacio más democrático que
tenemos. Por primera vez en muchos años, estamos ampliando la
superficie de los Parques Nacionales, y estamos mejorando la
infraestructura de lo que ya teníamos.
Inauguramos el Parque Nacional El Impenetrable en Chaco, empezamos a
crear los Parques Iberá en Corrientes, Aconquija en Tucumán y Mar
Chiquita en Córdoba.
Por primera vez, estamos avanzando en la creación de Parques Marinos.
Nuestro mar cumple un rol clave porque ayuda a regular la temperatura,
y a generar el oxígeno que respiramos, y acompaña el desarrollo de la
pesca sustentable. Además, la creación de áreas protegidas en el mar
argentino nos permite ejercer la soberanía nacional en forma pacífica.
Hoy, quiero contarles que hemos decidido preservar una parte
importante de Campo de Mayo y transformarlo en un Parque Nacional.
Será uno de los Parques Nacionales urbanos más grandes del mundo, y
parte del sistema de áreas protegidas del área metropolitana. Todos
sabemos que más de 10 millones de argentinos viven ahí, y van a poder
conocer y disfrutar de estos parques.
Los parques nacionales no son una idea abstracta de conservación. Son
una herramienta de desarrollo local. Y, el acceso a ellos debe ser
visto como un derecho para todos.
Si ustedes convierten en ley estos proyectos habremos logrado juntos
que 2018 sea el año de mayor creación de parques nacionales de nuestra
historia.
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Los argentinos queremos vivir en paz.
Queremos salir a la calle sin miedo y que nuestros hijos vivan tranquilos.
Creemos que en estos años de democracia persiste una tensión entre
democracia y seguridad.
No creemos que haya que caer en la mano dura ni en el abolicionismo
para resolverla. Creemos en un sistema que ponga en el centro a las
víctimas del delito, que respete a las fuerzas de seguridad y que
ofrezca penas proporcionales a los delitos cometidos.
Y sobre todas las cosas, creemos en un sistema republicano que cuide a
los argentinos para que vivamos más seguros.
Queremos sentirnos cuidados, y para eso también tenemos que pensar en
los que nos cuidan.
Las mujeres y los hombres de nuestras fuerzas de seguridad se juegan
la vida por nosotros y merecen todo nuestro respeto y admiración.
Como ustedes saben, hace muchos años yo sufrí en carne propia a la
mala policía. Por eso créanme que entiendo a quienes pasan por algo
así. Sé lo que se siente.
La seguridad y la lucha contra el narcotráfico son dos de las demandas
más grandes de los argentinos.
Por primera vez tenemos una estrategia nacional para abordar estos
temas y estamos llevando el cuidado del Estado a donde antes sólo
existía el poder de las bandas.
Y lo mejor es que esta estrategia está funcionando. Las incautaciones
de droga son récord, 300 toneladas, la cantidad de robos se redujo en
un 11% y los homicidios en un 20% en estos dos años.
Es importante que avancemos en la extinción de dominio y que el Estado
recupere los bienes del narcotráfico y del crimen organizado.
También necesitamos algunas reformas, como la del Código Penal.
Tenemos un código viejo, desordenado y emparchado mil veces. Desde el
año pasado hay una comisión de expertos trabajando y esperamos que nos
propongan un Código Penal nuevo en pocos meses.
Otra reforma importante es la del Código Procesal Penal. El centro de
la reforma es pasar del modelo actual, donde los jueces son los que
investigan y deciden, a uno más rápido y oral en el que los fiscales
tengan más protagonismo.
Les pido a los legisladores que les den a estos temas la importancia
que merecen para cuidar a todos los argentinos.
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La vida es lo más importante que tenemos y nos estamos matando en
accidentes en las ruta y en las calles de todo el país. El año pasado
murieron 5.000 personas que no tenían que morir. Es una tragedia
nacional.
Tenemos que trabajar juntos para bajar esta cifra. Es la principal
causa de muerte de jóvenes de 15 a 34 años. No nos podemos quedar de
brazos cruzados.
Desde el Estado, estamos trabajando para que tengamos rutas más
seguras. Ya reparamos 5 mil kilómetros de rutas que estaban en pésimo
estado y estamos recuperando 12 mil más.
Terminamos y vamos a tener en obra casi 1.700 kilómetros de
autopistas. También seguimos apostando a medios de transporte como el
Metrobus, que además de ser cómodos y ahorrarnos tiempo, son más
seguros.
Sólo si conocemos en tiempo real dónde y por qué ocurrió un accidente
vamos a poder hacer algo para evitar que vuelva a pasar. Tenemos que
medir y evaluar. Por eso, con ayuda de las provincias creamos un
sistema digital que nos permite acceder a esta información crucial.
Pero no alcanza solo con esto. No puede ser que la irresponsabilidad
al volante casi nunca termine en una condena efectiva. Vamos a
impulsar un proyecto de Código Penal, que por primera vez introduzca
penas fuertes a los conductores que ponen en riesgo la vida de los
demás por manejar alcoholizados, bajo el efecto de las drogas, o
superando ampliamente la velocidad permitida.
Éstas son algunas iniciativas, pero les pido a todos, absolutamente
todos, que pongamos nuestra parte y recordemos usar siempre el
cinturón de seguridad, poner a nuestros niños en las sillas cuando los
trasportamos, y no distraernos con el celular.
Evitar muertes por accidentes viales es, también, otra de las formas
de cuidado y de seguridad que los argentinos nos tenemos que exigir.
***
También les pido que trabajemos juntos para combatir la malnutrición y
la obesidad infantil, que afecta más a los que menos tienen.
En la Argentina 4 de cada 10 chicos están malnutridos. Somos el país
con mayor obesidad infantil en América Latina y, aunque sorprenda,
somos uno de los 4 países que más azúcares consume en el mundo.
Les digo estas cifras para que veamos la magnitud de este problema. 1
de cada 3 chicos tiene sobrepeso u obesidad.
La obesidad infantil y la desnutrición son dos caras de la misma
moneda, y tienen consecuencias directas en la salud y en el desarrollo
de los chicos.
La capacidad de aprender y de que les vaya bien en la escuela
disminuye, y tienen más posibilidades de sufrir enfermedades de
corazón, otras como la diabetes y algunos tipos de cáncer cuando son
adultos.
Estamos trabajando para que tengan acceso a alimentos más frescos y
saludables. La alimentación sana es hoy una temática mundial,
semejante a la defensa del ambiente.
Los padres tenemos una responsabilidad primaria en este tema y debemos
liderar esta causa que nos involucra a todos.
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Tenemos que trabajar por la igualdad educativa para que todos los
chicos, especialmente los más vulnerables, puedan acceder a una
educación de calidad.
Hace casi un año presenté los resultados de la evaluación Aprender.
Les aseguro que fue una de las estadísticas que más me afectó tener
compartir. Porque nos mostró, nos confirmó, que no estamos preparando
a nuestros hijos para el mundo que van a vivir.
Con la evaluación Aprender pudimos identificar qué escuelas tienen más
dificultades y a cuáles les va mejor. Y gracias a esta información,
con el programa Escuelas Faro, nos focalizamos en ayudar a las 3.000
escuelas que más problemas tenían aplicando los criterios de aquellas
a las que les iba mejor.
La calidad en la educación es un compromiso que tenemos que asumir
juntos, familias, docentes y toda la comunidad educativa.
Los padres no podemos desentendernos, no podemos dejar a los maestros
solos en esto. Todos tenemos que ser parte de este proceso de mejora.
Y para poder involucrarnos, tenemos que poder saber cómo le está yendo
a la escuela donde van nuestros hijos. Hoy está prohibido por ley que
se publiquen los resultados de los resultados por escuela y eso no
tiene sentido. Les pido que este año legislativo avancemos para
cambiar esta norma.
La única manera de mejorar es partir de la verdad, de un diagnóstico
verdadero, transparente, público, a disposición de todos.
No le tengamos miedo a la verdad. A lo que hay que temer es a la
mentira, al ocultamiento, a no querer enfrentar la realidad, que ya
nos demostró el daño que puede generar.
A lo que hay que temer es a que los chicos no terminen el colegio. No
podemos hacer política con la educación de nuestros hijos. No podemos
acordarnos de la educación sólo en el momento de las paritarias.
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Otro tema que tenemos que poner sobre la mesa es el embarazo
adolescente no intencional.
Hoy nuestro país muestra una situación crítica. Cada año más de 100
mil chicas, menores de 19 años, quedan embarazadas. Y 7 de cada 10 de
esos embarazos no son intencionales.
Las vidas de esas jóvenes cambian para siempre. Muchas abandonan la
escuela, y eso afecta sus posibilidades de conseguir trabajo y
desarrollar un proyecto de vida.
Una vez más el punto de partida es la educación. La educación sexual
es una herramienta que empodera a los jóvenes. Los ayuda a tomar
decisiones informados.
Estamos trabajando con el equipo de Desarrollo Social, Salud y
Educación en una iniciativa integral para que, en las escuelas, en los
centros de salud y en las comunidades, haya profesionales que
acompañen y asesoren a los chicos en Educación Sexual, salud
reproductiva y métodos anticonceptivos. Sólo con información van a
tener la libertad de elegir qué quieren para su vida.
Hace 35 años que se viene postergando un debate muy sensible que como
sociedad nos debemos: el aborto.
Como más de una vez dije, estoy a favor de la vida.
Pero también estoy a favor de los debates maduros y responsables que
como argentinos tenemos que darnos.
Por eso, vemos con agrado que el Congreso incluya este tema en su
agenda de este año. Espero que se escuchen todas las voces y se tomen
en cuenta todas las posturas.
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Sé que, si trabajamos juntos, si dialogamos y hacemos las cosas con
buenas intenciones vamos a dar grandes pasos en cada uno de los
desafíos que les propuse en esta agenda de trabajo.
Durante mucho tiempo creímos que estábamos destinados a fracasar, y
que resignarnos era nuestra única opción. Pero esa idea es falsa.
Detrás de esa idea falsa, empezó a aparecer una Argentina unida y
poderosa, empezamos a aparecer millones de argentinos unidos que
decidimos cambiar y poner todo nuestro talento y esfuerzo en salir de
donde estábamos.
Los argentinos tenemos todo para crecer, depende de nosotros y de
nadie más. Estoy convencido de que vamos a hacerlo.
No estaría acá si no creyera en lo que les digo.
Y la mayor prueba de esto es que estamos creciendo. Todo lo que
logramos juntos en estos dos años muestra que estamos creciendo.
La inversión aumenta. El año pasado creció un 11% y es esa inversión
precisamente la que nos garantiza que vamos a seguir creciendo, porque
agranda nuestra capacidad para producir.
Este enero tuvimos récord de venta de cemento, de asfalto, de autos,
de autos usados, y de motos, de turismo y de vuelos de pasajeros, para
citar algunos de los ejemplos más visibles.
Y febrero viene para que podamos decir en pocos días que también en
varios de estos rubros es el bimestre más importante de nuestra
historia.
Toda esta actividad está generando trabajo. Ya sobrepasamos la
cantidad de personas empleadas en 2015. Y los salarios le ganaron a la
inflación.
La construcción es uno de los sectores que más está creciendo. Hay
cada vez más obras en rutas, más calles asfaltadas, más casas en
construcción.
Por cada nueva casa que se construye hay alguien en algún corralón
preparando los materiales. Un flete que los entrega en la obra y un
vendedor que prepara un pedido de artefactos.
Son puestos de trabajo en todo el país. Estamos en la dirección
correcta, dejando atrás muchos años de estancamiento y retroceso.
Y esto no sólo sucede en lo económico. Los argentinos estamos madurando.
Nos dimos cuenta de que no sirve seguir culpando a otros de lo que nos
pasa. Que crecer depende de nosotros y de nuestra capacidad de
sentarnos a dialogar en una mesa, sin patoterismos ni extorsiones.
Ya demostramos que se puede. Lo hicimos con Vaca Muerta, con la
lechería, con la carne, con la construcción, con el sector automotriz,
con el sector forestal y con la biotecnología.
Nos sentamos a conversar, partiendo de la premisa de que todos los
actores implicados -sindicatos, empresas y Gobierno- debemos
participar del diálogo. Cada uno planteó su agenda de futuro, sus
inquietudes y sus propuestas.
Yo mismo formé parte de muchas de estas mesas. Me gustaría que
pudieran estar ahí para ver el entusiasmo que despierta ese trabajo en
común, cómo se van destrabando obstáculos, cómo van surgiendo
soluciones a partir del aporte de todos.
***
Si pudimos avanzar en todas estas cosas; si pudimos sentarnos a
dialogar; si pudimos evitar una crisis que se venía encima; si pudimos
generar trabajo y empezar a reducir la pobreza; si pudimos asfaltar
barrios enteros que estaban sumergidos en el barro; si pudimos pasar
del aislamiento a la integración con el mundo; imaginemos la cosas que
vamos a poder en el futuro!.
¡Sí! ¡Animémonos a imaginarlo! Porque mucho de lo que imaginamos está
sucediendo. Y porque tenemos la capacidad de hacer. No me refiero a la
política, me refiero a la vida. No me refiero a los partidos, me
refiero a personas, a las personas que creemos que merecemos vivir
mejor.
Hace un año, en este recinto, les dije que teníamos que construir las
bases para que la Argentina pudiera crecer 20 años en forma
consecutiva, que así derrotaríamos la pobreza y fortaleceríamos la
clase media. Haciendo lo que había que hacer, y eso es lo que hicimos.
Ese crecimiento invisible sucedió, es como cuando empezamos un
edificio: en el comienzo no se ve lo que estamos haciendo, no se ven
las estructuras que estamos poniendo, los pilotes, volcando el
hormigón. Pero esa base existe, está y sobre ella se construye el
resto.
Y esto es lo que está sucediendo, los argentinos empezamos a ver los
frutos de eso. Y cada trasformación está hecha sobre bases firmes y va
durar para toda la vida.
Por eso nuevamente los invito al entusiasmo del hacer, a la alegría de
sentirse comprometidos, a sentirse protagonista de su propio futuro,
al orgullo a pertenecer a la generación que está cambiando la
Argentina para siempre.
Y los invito a todos, a los que piensan distinto, a que por un minuto
abran su mente y su corazón y piensen que todo lo que les estamos
proponiendo en absoluta buena fe puede funcionar. Está funcionando y
los necesitamos a todos.
Porque nuestros verdaderos enemigos son la resignación, la
indiferencia. Y necesitamos de todos, unidos, porque siempre les digo,
los argentinos unidos somos imparables. Para derrotarlos con coraje,
con entusiasmo, con fuerza y así dar lugar a esta Argentina que tanto
soñamos y nos merecemos.
Con esta idea en la cabeza y con este sentimiento en mi corazón, dejo
formalmente inauguradas las sesiones ordinarias de este Honorable
Congreso de la Nación».