Aduana 2016 / Importaciones y controles de esta nueva etapa, Por Sergio Dominguez*
*Licenciado en comercio exterior, CEO de Free Customs SA
Ante cada nuevo gobierno, las expectativas se renuevan en todos los
sectores económicos. Y es positivo que eso pase. La asunción de
Mauricio Macri en Casa Rosada, el nombramiento de Juan José Gómez
Centurión al frente de la Aduana y modificaciones en el tipo de cambio
junto a bajas en las retenciones y mayores permisos para las
importaciones hicieron que 2016 sea visto como un año de despegue para
el comercio.
A 9 meses de gestión, los exportadores nos encontramos hoy contra un
desafío que no se soluciona solo con estas medidas, sino que hay que
apuntar urgente a bajar los costos logísticos que se encuentran en los
más altos de la región. Un traslado que es directo al costo del
producto. El gobierno anuncio varias inversiones necesarias en
infraestructura, aunque los principales, como el plan Belgrano
(inversión de U$16.300 millones), aún son promesas a cumplir.
«El desempeño logístico tanto en el comercio internacional como en el
mercado interno es fundamental para el crecimiento económico y la
competitividad de los países. Desafortunadamente, la brecha entre los
países pobres y los ricos en esta materia sigue existiendo, y la
tendencia a la convergencia observada entre 2007 y 2014 se revirtió en
los países con el peor desempeño», señaló Anabel González, directora
del Departamento de Prácticas Mundiales de Comercio y Competitividad
del Grupo Banco Mundial.
El cobro de reintegros tiende a regularizarce, lo que sigue pendiente
es la devolución de IVA que, según los operadores, sigue sin grandes
cambios. Los importadores se encuentran en una situación especial, ya
que si bien se observan las primeras modificaciones en las
regulaciones, adaptarse lleva tiempo y dinero. Por otra parte, la
importación no es ajena a la situación económica que atraviesa la
Argentina. No es novedad decir que el mercado local está en baja por
ende no se ve una avalancha importadora, aunque el tipo de cambio en
algunos rubros hace que la industria nacional se mantenga competitiva.
La Aduana está desde comienzo de año en una restructuración interna,
con grandes cambios en su esquema. Cambios de jefes y procedimientos
hacia mejores tiempos de producción y logísticia que permitan aumentar
la competitividad del país frente al mundo. Lo negativo de estos 9
meses es que, como cualquier sector económico, las empresas buscan
previsibilidad y reglas claras. Pero el desplazamiento -provisorio o
definitivo- de Centurión y el posterior cambio de varios funcionarios
de primera y segunda línea provocaron un cimbronazo muy fuerte en el
trabajo diario. Cuando estas cosas pasan, lo primero que se detiene es
la inversión. En un contexto donde el presidente organiza un «Mini
Davos» para mostrar el potencial argentino al mundo, las eternas
sospechas de corrupción en torno a la Aduana y el comercio exterior
dejan mal parado a un sector que tiene que tiene todo para ser uno de
los motores que empujen hacia adelante al país.