8 de noviembre de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

¿Balotaje Cristina-Milei?: el dato político que puede llevar al final más impensado

Por Pablo Winokur

El oficialismo se prepara para una semana negra. El dato de la inflación va a ser malo. “Muy malo”, para ser exactos, según ratifican fuentes cercanas a Sergio Massa. Un anticipo de esto se dio el viernes pasado: las consultoras privadas que miden para el Banco Central proyectaron para abril un 7,5%; apenas por debajo del 7,7% de marzo del Indec que debía ser el pico. Así se abre un escenario completamente nuevo que puede desencadenar una pelea de fondo difícil de digerir: el balotaje entre Cristina Kirchner y Javier Milei.

Decíamos la semana pasada que Cristina Kirchner subió al ring a Milei con un objetivo central: polarizar con el libertario e intentar dejar afuera de competencia a Juntos por el Cambio. En un balotaje contra Milei cualquiera tiene chances, incluso Cristina, con imagen negativa cercana al 70%. Su ventaja es que -a diferencia de otros dirigentes- ella puede aglutinar a todos los votantes del Frente de Todos y evitar una PASO hiperatomizada. El escenario de internas abiertas podría dejar al candidato más votado del peronismo en cuarto puesto, detrás de Milei, Larreta, Patricia Bullrich.

Sergio Massa, que asomaba como el favorito del Frente, ya no va a poder ser candidato. En las últimas horas, perdió adhesión: nadie quiere pegarse a un ministro inflacionario. Algo dejó entrever Cristina en su “clase magistral” en La Plata. Se esperaba un gran apoyo a su gestión de Massa que nunca llegó. Apenas lo mencionó dos veces: la primera como “Sergio”; la segunda como “el ministro”. En los dos casos, marcándole lo que tenía que hacer, lo que ella le había advertido o lo que pudo hacer gracias a ella. No fue muy generosa.

En el peronismo empezó un nuevo operativo clamor. Ya no es solo el kirchnerismo duro: Jorge Capitanich, Agustín Rossi y hasta el entorno de Alberto Fernández empezaron a plantear que si Cristina Kirchner es candidata no va a haber PASO. Abriendo el paraguas por las dudas.

Milei sigue creciendo con una expectativa parecida a la que en 2001 producía la feta de salame: si todos estos fracasaron, ¿por qué no probar con algo nuevo? Realismo mágico.

El Gobierno da manotazos desesperados. La inflación proyectada para todo 2023 por las consultoras que miden para el Banco Central es escalofriante: 126,4%. El escalonamiento de elecciones provinciales preocupa porque puede haber algunos golpes para el peronismo que lo debiliten en la previa a la elección nacional: independientemente quien gane, empiezan a medir que la oposición se acerca.

Quizás esto es lo que llevó al INDEC a anunciar que iba a postergar la publicación del índice de inflación de abril. Estaba anunciado para el viernes 12 de mayo, dos días antes de la elección de gobernador de Tucumán, Salta, San Juan, La Pampa y Tierra del Fuego. No había que correr riesgos. El tema amenazó por unas horas en convertirse en un escándalo que generó preocupación en la Casa Rosada. Hasta que, vía mensaje de texto, Alberto Fernández se enteró de que la bomba se había desactivado…

La historia secreta del cambio de fecha del índice de inflación
Cuando se conoció el dato de inflación del mes pasado, Marco Lavagna, director del INDEC, advirtió que apenas dos días después habría elecciones en Neuquén y Río Negro. “Me hizo ruido y pregunté si se podía cambiar el cronograma”, le comentó a un colaborador.

Hasta este año, nunca se difundían informes técnicos los viernes y nunca se corría riesgo de que se publicara en veda. En el último tiempo, según explica Lavagna, fueron aumentando la cantidad de informes técnicos del INDEC y eso obligó a cambiar los cronogramas tradicionales para evitar que algunos datos como el IPC se conocieran demasiado tarde.

Marco Lavagna decidió cambiar la publicación del dato de la inflación para evitar que entre en la veda. No estaba al tanto de los detalles de la ley electoral y pensó que debía ser considerado un acto de gestión. Fue una decisión que tomó en soledad y sin mensurar la repercusión que iba a tener.

Al ver que el escándalo crecía, le mandó un mensaje a Alberto Fernández pidiéndole disculpas y le avisó a Sergio Massa a través de un asesor que iba a dar marcha atrás con la decisión y asumiendo 100% la responsabilidad. No hubo respuestas.

Hacia adentro del INDEC igual crecen las críticas a la gestión. Desde noviembre del año pasado -dicen- empezaron a sentir que se les pedía información adicional de los cortes que se envían semanalmente al Ministerio de Economía. Tampoco cae bien que el dato de inflación se filtre a los medios unos días antes. “No estaba en el marco de la ley electoral. Es un servicio público garantizado”, se quejan en el sindicato del organismo de estadísticas.

Hay bronca entre los trabajadores. Incluso, algunos hasta se animan a pedir la renuncia de Lavagna: “Chocó la calesita. El INDEC tiene que ser independiente y los funcionarios no pueden ser puestos a dedo», advierten.

“Hace 3 años y medio que estoy remando para que esto sea verdaderamente independiente”, se defiende Marco Lavagna cuando le preguntan. No le cayó bien ver su cara al lado de la de Guillermo Moreno en algunos portales.

Las «viudas» de Milei
La situación económica y estos tropiezos del Gobierno siguen haciendo subir a Javier Milei. Un informe reservado elaborado por el consultor Lucas Klobovs de Poliarquía, encontró un dato muy llamativo: el segmento donde mayor creció la imagen positiva de Milei es dentro de los peronistas no kirchneristas, que pasó de 13% a 30%. Es decir, que triplicó su aceptación entre ellos. “Si bien su imagen positiva es más alta entre aquellos identificados con Juntos por el Cambio, el gráfico permite sospechar que electoralmente el libertario no solo compite, lógicamente, con dicho espacio, sino que también es capaz de captar votos del peronismo”, plantea el informe.

Aunque su crecimiento no para, Milei tiene sus propios problemas. Cada vez son más dirigentes los que apuntan a su entorno y cuestionan cómo se toman decisiones en el espacio. “Dejaron en banda a toda la gente que se jugó por ellos, que es la más difícil de conseguir”, se queja un hombre que lo acompañó durante un tiempo y se cansó de los destratos del propio Milei, de su hermana Karina y de Carlos Kikuchi, su principal armador político.

Ese reclamo se empieza a ver en distintas provincias. Tal es el descontrol que desde la Libertad Avanza -su partido- tuvieron que salir a aclarar que en las elecciones provinciales no aceptan el uso del logo ni de la marca.

Algo así está pasando en San Juan, que va a las urnas el 14 de mayo. El candidato libertario Sergio Vallejos va en alianza con Juntos por el Cambio. Intentó tener la marca de la Libertad Avanza, pero no lo logró: “Milei insistió en que tenemos que conformar la Libertad Avanza local. Pero acá el partido lo maneja el kirchnerismo y la izquierda”. Señalan puntualmente el nombre de José Peluc, que había sido funcionario del gobernador Sergio Uñac y fue militante de Barrios de Pie. Nada más lejano al liberalismo. “Viene Kikuchi y nos dice cómo tenemos que hacer las cosas. ¡Respetemos la autonomía de la provincia!”, se quejó Vallejos.

Igual, en las provincias se las ingenian. Vallejos, por ejemplo, usa los colores negro y amarillo (“son los colores del liberalismo internacional”, dice) y un león parecido al de Milei, pero que no es el mismo. Todo sea por un par de votos más. “A Milei lo vamos a apoyar aunque no quiera”, aclara Vallejos en la provincia.

A Milei se genera un nuevo problema. Un desprendimiento de sus filas va a lanzar la propia candidatura presidencial. Se llama Frente Libertario Anticorrupción, y lo encabeza Daniel Montoya, un dirigente de la provincia de Buenos Aires que supo militar en las filas de María Eugenia Vidal.

Está al frente de un grupo de “viudas” que se cansó de los manejos de Milei y su entorno. “Es un espacio muy corrupto”, denuncia. “Viendo todo ese panorama empezamos a armar algo. Las ideas son buenas, pero están en malas manos y esto le va a explotar en algún momento. Armamos el frente con todos los muchachos que se fueron desilusionados”.

¿Cuál es el problema de fondo? “No podemos estar con alguien que elige a la gente con el tarot o un péndulo. En política el misticismo no va”. Mito urbano o realidad, muchos desencantados de la Libertad Avanza insisten con que ese es el método esotérico para seleccionar candidatos.

Alerta Juntos por el Cambio
En Juntos por el Cambio la preocupación es extrema. La semana pasada hubo una reunión de equipos económicos. Ni siquiera se pudieron poner de acuerdo sobre qué hacer con la dolarización. Emitieron un comunicado que planteaba elípticamente: “No se pueden repetir medidas que ya fracasaron ni caer en recetas mágicas”. ¿Fue contra Milei o contra el Gobierno nacional? “Contra ambos”, contestó uno de los que redactó el comunicado.

Pero no todos estaban de acuerdo con eso. Ni Patricia Bullrich ni Mauricio Macri fueron a la reunión. Tampoco difundieron el comunicado.

El jueves, María Eugenia Vidal anunció que bajaba su candidatura. Fue saludada por Macri, Larreta, Ritondo, Santilli… los históricos del PRO. Bullrich se tomó 24 horas y -después de un encuentro conjunto- le mandó un mensaje: “No podemos acordar con quienes son corresponsables de los problemas que sufrimos. La lucha por el cambio real es a fondo y sin claudicaciones”. No se sabe si le hablaba del kirchnerismo o de Larreta. Jorge Macri, todavía precandidato en la Ciudad, no dijo nada de nada.

Si Juntos por el Cambio ofrece más diferencias que coincidencias, se les complica dar una opción de “cambio” previsible. Una situación que favorece mucho a Milei y a Cristina. Quizás protagonistas de un balotaje inevitable.