Se darán permisos por un máximo de cinco años para instalarlos en espacios verdes de más de cinco manzanas. A cambio, los concesionarios tendrán que hacer bicicleteros y estaciones saludables.
Aunque tuvo que recortar mucho el proyecto original, el macrismo logró aprobar una ley que quería desde 2008: los grandes parques de la Ciudad podrán tener bares, a los que se les sumarán baños, estaciones para el alquiler de bicicletas, bibliotecas y otros servicios gratuitos.
Estas Areas de Servicios podrán ser instaladas únicamente en los espacios verdes que superen los 50.000 m2 (equivale a 5 manzanas), como por ejemplo los parques Indoamericano, Saavedra, Centenario o Avellaneda. Por cada parque podrá haber no más de cinco áreas de servicio, separadas al menos por 200 metros, y además no podrán estar a menos de 50 metros de límite con la calle, para que los bares no compitan con los que haya en los barrios.
En las áreas de gastronomía se podrán vender bebidas sin alcohol, panchos, sandwiches y golosinas. Estará prohibida la instalación de parrillas, el expendio de cigarrillos y la colocación de toldos o carteles publicitarios.
A cambio de este permiso precario, que durará como máximo cinco años aunque se podrá renovar, el beneficiario deberá construir un estacionamiento para bicicletas que incluya el servicio de Ecobici del Gobierno porteño, sanitarios, una Estación Saludable (espacios donde personal de la Ciudad informa sobre nutrición y vida sana), bebederos y bancos, y además tendrán que ofrecer conexión wi-fi gratuita. Las áreas de servicios contarán además con una biblioteca, 30 m2 cubiertos y 100 m2 descubiertos para mesas y sillas, y un sector de 5 m2 para que puedan tocar músicos callejeros, aunque no se les permitirá usar parlantes.
De acuerdo a la ley, un 30% de los permisos deberán ser otorgados a ONG, y los bares deberán tener como mínimo un empleado discapacitado. Los beneficiarios podrán manejar áreas de servicios en más de un parque, pero deberán encargarse del mantenimiento de todas las instalaciones.
La norma deberá pasar ahora por una Audiencia Pública y tendrá que ser aprobada definitivamente el año que viene.
Fue impulsada por el legislador macrista José Luis Acevedo, quien aseguró que “se trata de acercarle al vecino una serie de servicios que le permitan aprovechar el espacio verde con el que cuenta cerca de su casa”.
Para el macrismo, conseguir la sanción de esta ley fue una victoria, aunque costosa. El proyecto había sido presentado por primera vez en 2008, pero en esa ocasión era mucho más ambicioso, porque planteaba autorizar la instalación de bares en cualquier plaza de barrio a cambio de que el concesionario pagara un canon para el mantenimiento del espacio verde. El proyecto, que precisaba 40 votos para ser aprobado, fue rotundamente rechazado por la oposición, que acusaba al macrismo de pretender privatizar el espacio público.
En 2011, el macrismo redujo a 102 la cantidad de parques y plazas donde quería instalar los bares, pero tampoco consiguió los votos. A fines del año pasado, en el marco del acuerdo entre los bloques del PRO y el kirchnerismo, volvieron a la carga, pero a último momento tampoco lograron los votos.
Pero este año se abrió la posibilidad de cambios. El más importante es que se eliminó la idea de dar concesiones para pasar a los permisos precarios, con lo cual para aprobar la ley ya alcanzaba con 31 votos. Además, se redujo la posibilidad de instalar los bares sólo a los grandes parques, y se agregaron los otros servicios. Así, la ley terminó aprobada con 33 votos: a los del macrismo y sus dos aliados de siempre que responden a Patricia Bullrich se les sumaron los de la UCR, la Coalición Cívica, Julio Raffo (Proyecto Sur) y María América González (Buenos Aires para todos).