Nuestra posición siempre parte desde el trabajo, porque asumimos la responsabilidad del rol que nos toca representar y nos comprometimos a actuar, aún más en estos tiempos de urgencia, que demandan consensos y colaboración. Éste es el punto común desde el primer día en el Bloque del Frente de Todos en la Legislatura.
La realidad golpea duro a todos, pero más duro aún a los sectores que se encuentran marginados. Nos hemos puesto a disposición siempre, para trabajar en conjunto con el Gobierno de la Ciudad en un protocolo de abordaje, porque lo advertimos como necesario y urgente, ya que, de lo contrario íbamos a tener un grave problema en los barrios populares.
Las muertes duelen siempre. Pero más aún, cuando uno entiende que se podrían haber minimizado los casos, si se hubiera entendido la necesidad de la presencia del Estado (ciudad) en todos los barrios porteños.
En estos 70 días de demanda constante, hemos propuesto muchas iniciativas en la Legislatura y fuera de ella. También, nos pusimos a disposición para elaborar conjuntamente un protocolo de acción en los barrios vulnerables, pero todo fue descartado lamentablemente. No fue sino, hasta después de estos días, que recogieron de ellos algunos lineamientos para cumplir con lo exigido judicialmente sobre la necesidad de implementar un protocolo.
Lamentablemente porque, por ejemplo, estuvimos semanas solicitando hisopados en las villas y no lo conseguimos. Cuando finalmente llegó la asistencia, fue a través del Estado Nacional, con el programa Detectar, que efectivizó los hisopados a través de un trabajo interministerial, encabezado por el Ministerio de Salud de la Nación.
La discusión es profundamente política e ideológica en estas decisiones. La pandemia dejó en evidencia cuestiones históricas que venimos exponiendo desde hace años en la Ciudad. Los enormes endeudamientos previstos para la urbanización de la villa 31, que la Legislatura viene aprobando hace años, no impidieron que durante días faltara agua potable, porque las obras no están. Un Derecho Humano fundamental.
Lo primero que el Estado debe garantizar es el agua y el alimento. Si el alimento no está, hay que salir a buscarlo y eso, hoy, expone a las personas a eventuales contagios. Entonces, es allí donde tiene que haber presencia del Estado a través de respuestas integras a las situaciones en los barrios vulnerables. Respuestas con profunda mirada social, que abordaran lo sanitario de la mano de lo social. Mirada posible solo con presencia Estatal fuerte, por ello, le ofrecíamos al GCBA toda nuestra fuerza para intentar prevenir los contagios.
En los barrios vulnerables existía el miedo por parte de muchas familias de ir a testearse y que sus casas fueran ocupadas. Hoy, con la implementación de un Protocolo, se logró que el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) entregue certificados a las personas, que pruebe que habitan esa propiedad. Por ello, es importante contar con instrumentos y procedimientos que determinen las funciones, mecanismos y responsabilidades, porque reducen la incertidumbre y en este caso minimizan los riesgos, permitiendo contemplar abordajes para sectores específicos como son las infancias.
Hace más de 12 años que el macrismo gobierna la Ciudad. Hace más de 12 años que bajo su responsabilidad recae fortalecer el sistema de salud porteño, y decidieron no hacerlo debidamente. Así como vienen negando, frente a los pedidos de toda la oposición, el reconocimiento como profesionales de la salud a los licenciados en enfermería, problemática que venimos luchando desde hace varios años y que paradójicamente choca con los aplausos nocturnos en la ciudad.
Son decisiones políticas atravesadas por la ideología; decisiones que venimos exponiendo y bregando se reconsideren, porque son de fondo, no de forma. Son las condicionantes que, en esta emergencia sanitaria, dejan desprotegidos a demasiados porteños.