El exministro indicó que de aprobarse la reforma como la propone el oficialismo, «empresarios podrán modificar condiciones laborales y el trabajador no podrá hacer reclamos judiciales». Agregó que el proceso de flexibilidad laboral responde a una exigencia del FMI y se profundizará.
El exministro de Trabajo Carlos Tomada aseguró que el «Gobierno tomó al trabajo como su variable de ajuste», al analizar el «reformismo permanente» propuesto por el presidente Mauricio Macri, al que consideró como «la consolidación de reformas que hicieron en últimos dos años» en materia de trabajo. «La reforma laboral, lejos de ser solamente una definición ideológica, pegará inmediatamente en el día a día de trabajadores», advirtió Tomada.
El legislador porteño explicó que una reforma similar a la propuesta por el Gobierno se hizo en España hace cinco años, bajo la presidencia de Mariano Rajoy, y apuntó: «¿Qué pasó? El 90 por ciento de puestos de trabajo que se crearon el año pasado eran todos temporales. Se acabó el por tiempo indefinido, la relación de trabajo como la conocemos acá. Hay contratos por siete días, es una locura»
Tomada, insistió: «regulaciones que hay en el derecho del trabajo son todas a favor del trabajador» y «cuando sacás regulaciones, es decir flexibilizas, beneficiás a grandes empresas». El exministro detalló que reformas así se aplicaron en «103 países del mundo, obviamente, 90 eran países en desarrollo, y en ninguno mejoró el empleo».
El edil porteño indicó que de aprobarse la reforma como propone el Gobierno, «empresarios modificarán condiciones de trabajo y el trabajador no podrá reclamar judicialmente que se las restablezcan»; «a quienes sean blanqueados no se les aplicará la Ley de Contrato de Trabajo», «el trabajador no podrá reclamar, por ejemplo, un despido mal pagado o la no aplicación de aumento salarial» y también se creará la figura de «‘trabajadores independientes y económicamente dependiente’, en un juego de palabras perverso para confundir».
El exministro resaltó, como dijeron dirigentes de la CGT, que reformas que avanzan contra la Ley de Contrato de Trabajo no fueron debatidas previamente entre la central sindical y Ministerio de Trabajo. «Las anuncian luego del resultado electoral, por lo que tienen claro sentido de amenaza. Horas después de elecciones decidieron que iban por todo, por esta reforma que perjudicará seriamente a trabajadores», lamentó.
«Todas estas reformas van en contra de sectores populares, no hay una medida importante que efectivamente sea a favor de ellos», insistió Tomada y agregó: «responde a un compromiso internacional» porque «el FMI exigió un proceso de flexibilidad laboral, que empieza con esta ley, pero que seguirá, porque todavía falta toda la cuestión de negociación colectiva, de sindicatos, del conflicto laboral. Todas esas cosas vendrán en otra etapa».
«Son exigencias del FMI, OCDE, organismo mundial al cual la Argentina quiere ingresar. El año pasado, a fin de año vino, la directora general y les dijo que Argentina ingresaría a este organismo si cumplía con una serie de tareas necesarias para este club de países desarrollados: una es la flexibilidad laboral», sentenció.