Carta abierta de un radical
Autor: Marcelo Insúa
Estimado Senador Nacional, Sr. Martín Lousteau
Es evidente que mis palabras no tendrán la trascendencia de las suyas, pero abrigo la esperanza que sean escuchadas en mi partido, donde empecé a militar con 16 años y pasado casi 4 décadas, me sigue produciendo orgullo pertenecer. Espero que esta palabras signifiquen al menos, un pequeño desagravio, sobre algunos de sus dichos publicados en un diario de alcance nacional e internacional.
La UCR es uno de los pocos partidos en Argentina, que posee un sistema democrático interno en pleno funcionamiento, que permite la participación activa de todos sus afiliados. Sin embargo, encuentro en sus palabras, vertidas en el diario Clarín, cierto desdén hacia esta condición. Usted, habla de un “partido al que le cuesta organizarse para ganar”, a pocos días de haber realizado una gran elección en todo el país. Estas declaraciones se tornan realmente perjudiciales por el momento político en que se realizan, ya que son presentadas en el marco de la puja por espacios de poder y no en el debate de un programa de gobierno que fortalezca a nuestro partido dentro de la coalición opositora. En esa coalición, como usted señala en su carta, hay muchos y muchas dirigentes que surgieron en el seno de nuestro partido y que luego decidieron irse. Pero es imposible no mencionar, que usted ha recorrido el camino inverso y que en muy poco tiempo, fue recibido, aceptado y honrado con altos honores, a pesar de haber sido protagonista de un gobierno al que la UCR se enfrentó férreamente y sostuvo insalvables diferencias ideológicas. Por el contrario y haciendo una interpretación muy particular de su progreso en la UCR, usted sostiene que se le niega el protagonismo a los jóvenes. Por lo cual me permito recordarle, que mas allá de su historia personal, desde el reformismo de principios del siglo XX hasta la actualidad, nuestro partido ha sido pionero en la generación de cuadros políticos, siendo la Franja Morada una cantera permanente de dirigentes en todos los niveles de decisión y gestión. Habla usted de un partido “que prefiere salvar los privilegios y prebendas de las minorías” y lo dice llamativamente al tiempo, que la agrupación que lidera fue derrotada en la lucha democrática por la presidencia de la Juventud Radical, por la presidencia del bloque de Diputados Nacionales y cuando fue desplazado usted mismo, de la Vicepresidencia de la Cámara de Senadores. Pero jamás aseguró tal cosa, cuando fue honrado a ser candidato a Senador y posteriormente electo, por las listas de la UCR de la Ciudad de Buenos Aires, producto de un acuerdo de cúpulas y sin que mediara votación alguna. No escuchamos su voz defendiendo el derecho de la militancia juvenil en ese momento. Habla usted de la UCR como un partido misógino y que niega el espacio a los jóvenes, sin embargo los radicales, acabamos de elegir tres mujeres jóvenes en cargos de gran importancia: Valeria Pavón como presidenta de la JR, Karina Banfi como vicepresidenta del bloque de diputados y Carolina Losada como vicepresidenta del senado. Lugares a los que aspiraban algunos varones de la agrupación política que usted lidera. Seguramente en nuestro partido persisten resabios del machismo y de la misoginia que debemos desterrar de nuestra sociedad, pero mencionar a nuestro partido de esa forma es realmente una barbaridad. Hemos sido protagonistas de los avances en la consagración de las leyes de cupo y de paridad de género, como así también en las luchas por la igualdad, con verdaderos y verdaderas próceres de esa lucha a lo largo de la historia de nuestro país. Por la memoria de Florentina Gomez Miranda, Margarita Malharro de Torres, María Teresa Merciadri o Elvira Rawson, le pido respetuosamente que replantee su afirmación. Por último, habla de «un partido con vocación de minorías», cuando la UCR nació, llevando a cabo cuatro revoluciones, dejando las vidas de sus militantes en la lucha por la construcción de la ciudadanía y conquistando el voto libre universal y obligatorio, a partir del cual se incorporan las grandes masas a la política de nuestro país. La UCR sostuvo durante toda su historia una irrenunciable vocación por la inclusión social, principio vigente en todos sus programas de gobierno. Jamás, se puede tildar al radicalismo de tener vocación por las minorías. Por el contrario, este partido de mayorías, ha pagado los costos políticos de poner siempre por delante los intereses grandes de la patria y no las vanidades de sus dirigentes. Este partido siempre abrió sus enormes puertas a todas las personas que se interesen por el bien de la nación argentina, sin ni siquiera exigirles el mínimo conocimiento de su historia, tal vez ese sí puede ser señalado, en la lista de errores cometidos. Sin dudas, estimado senador Lousteau, nuestro partido tiene mucho por resolver, no somos perfectos, pero le puedo asegurar que conozco cientos de militantes, que hubieran merecido al menos, tener alguna de las posibilidades que usted ha tenido, para demostrar su capacidad, integridad y honestidad en un cargo público. Quienes a lo largo de una vida entera de militancia, han ganado y perdido internas o simplemente no han tenido la ambición o la oportunidad de presentarse, pero que aceptando las condiciones de la democracia representativa, jamás pusieron por delante sus intereses personales y siguen levantando orgullosamente las banderas de la Unión Cívica Radical.Marcelo Insúa Premio Mundial de Invención. Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires Afiliado a la UCR