En las semanas previas a las elecciones presidenciales previstas para el 21 de noviembre, Chile está sumido en un clima de inestabilidad política.
Los diputados reunieron la cantidad de votos suficientes para someter a Sebastián Piñera a juicio político, semanas antes de concluir su segunda presidencia. Será ahora el Senado el que tenga la última palabra sobre su destino. El proceso de destitución comenzaría a ser discutido el próximo martes y deberá ser aprobado por un cuórum de dos
Señalado por sus polémicos negocios en paraísos fiscales, Piñera asegura que las acusaciones en su contra son infundadas. Por ahora, tiene prohibida la salida del país hasta que finalice la acusación, procedimiento que, de concretarse, podría lograr su destitución e inhabilitación política.
El factor electoral es inevitable cuando está previsto que se celebren los comicios más cruciales de las últimas décadas en el país transandino con dos candidatos favoritos que encarnan dos polos opuestos del espectro político: el diputado y exlíder estudiantil de izquierda Gabriel Boric y el ultraconservador José Antonio Kast.
En este contexto, el mandatario conservador vive el ocaso de su presidencia lejos de la efervescencia electoral y con bajos niveles de aprobación. La oposición vio la oportunidad para atacar, aunque, como cabe esperar, finalmente nada suceda.
Pandora Papers, incertidumbre y candidaturas
Concretamente, la oposición acusa a Piñera de haber faltado al principio de «probidad» y «comprometer gravemente el honor de la Nación» luego de que los Pandora Papers revelaron presuntas irregularidades en la venta en Islas Vírgenes Británicas de la Minera Dominga a un íntimo amigo de la familia presidencial, nueve meses después de que éste asumiera el cargo para su primer mandato (2010-2014). El Consorcio Internacional de Periodistas de
La revelación de los Pandora Papers tuvieron el efecto de soliviantar los ya caldeados ánimos políticos y profundizar el clima de incertidumbre reinante en Chile a escasas semanas de las elecciones presidenciales.
Pese a que hay siete candidaturas en danza, todo parece indicar que habrá una segunda vuelta electoral y que será protagonizada -como ya se dijo- por Gabriel Boric y José Antonio Kast.
Boric es el candidato más joven, pero a pesar de tener solo 35 años y eludir el esquema de partidos políticos tradicionales, su rostro es un viejo conocido para los chilenos y las chilenas. Formó parte del reducido grupo de líderes estudiantiles que hace ya una década encabezaron las protestas por una educación gratuita, libre y de calidad en uno de los países más caros del mundo en materia educativa. Luego llegó al Congreso convertido en diputado.
En un país caracterizado por enormes diferencias sociales, sanitarias y educativas, las manifestaciones estudiantiles de 2011, que siguieron a las iniciadas por la revolución pingüina de 2006, marcaron un antes y un después. Fue entonces que la sociedad chilena comenzó a expresar su inconformismo frente a la desigualdad. El recambio generacional fue clave en un pueblo que albergaba todavía miedo hacia los resabios de la dictadura.
Sin embargo, al clima “revolucionario” de un sector muy importante de la sociedad, se contrapone un núcleo“contrarrevolucionario”. Es el que representa el abogado José Antonio Kast Rist, el candidato ultraconservador que llegaría sin dificultades a la segunda vuelta. Fundador del Partido Republicano (PR) y representante de la derecha más dura y conservadora de Chile, Kast lidera las preferencias de acuerdo a tres encuestas.
Su ascenso fue vertiginoso e inesperado. En junio, tenía el 7 por ciento de intención de voto y ahora alcanza el 25 por ciento, superando a Boric quien actualmente ostenta el 19 por ciento, y que había encabezado las preferencias desde julio.
La rebeldía de derecha
Kast encarna a la perfección el fenómeno de la “rebeldía de derecha”. Emergió como una figura confrontativa con Boric y reivindicó la dictadura de Augusto Pinochet.
La explicación de su mejor posicionamiento en la carrera presidencial podría relacionarse con que en contextos de
Nostálgico del crecimiento económico experimentado en los años ´90, Kast quiere reducir desde el 27 al 17 por ciento los impuestos para los empresarios y al cero por ciento para las pequeñas y medianas empresas, con el fin de fomentar la inversión. La propuesta ya ha tenido voces en contra, incluso del mismo gobierno de Piñera. El ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, ha señalado públicamente que difícilmente disminuiría el fuerte déficit fiscal del país.
Kast es uno de los críticos más duros de la izquierda en Chile. También es el único de los siete candidatos presidenciales que en el plebiscito de 2020 votó en contra de sustituir la actual Constitución sancionada durante el pinochetismo por una nueva.
Su programa se funda en la promesa de garantizar el orden, la seguridad y el control migratorio. Para ello, quiere construir una zanja en la ciudad fronteriza de Colchane (región de Tarapacá), que le impida a migrantes cruzar al país. También se opone al aborto, al matrimonio igualitario y a la adopción homoparental.
Kast se maneja con soltura en las redes sociales, especialmente en TikTok donde tiene varios videos bailando y más
Pese a lo dicho, es también el candidato con mayor rechazo. Aproximadamente el 48 por ciento del electorado no estaría dispuesto a votar por él. Este dato refleja una vez más el clima de incertidumbre que vive Chile y que comenzará a definirse a partir del 21 de noviembre. No queda claro sin embargo, si se saldará con la segunda vuelta electoral prevista para el 19 de diciembre. Resta nada más y nada menos que definir el texto de la nueva Constitución.