Convertir la especulación financiera y la fiesta de las leliq en trabajo, sí. Por Juan Carlos Alderete
Así como precio y valor no son lo mismo, tampoco lo son trabajo y empleo. «Que tiempos serán los que vivimos que es necesario defender lo obvio» decía Bertolt Brecht, por eso es necesario que aclare algo: nuestros compañeros y compañeras TRABAJAN.
Los que algunos llaman «planeros» no sólo trabajan, sino que lo hacen por $13.000. La mayoría que usa ese término despectivo no estaría dispuesta a hacer ni la mitad de lo que hacen las compañeras y compañeros con ese pago miserable.
Atendemos comedores y merendero
s, muchas veces haciendo malabares para parar la olla con la mercadería que tenemos, hay compañeras que tienen las piernas quemadas porque cocinan a leña en muchos lugares, y aun así garantizan todos los días que miles de pibas y pibes tengan algo para comer. Barremos calles, limpiamos terrenos y plazas haciendo tareas de trabajadores municipales pero sin salario, ni aguinaldo, ni vacaciones, ni art, ni obra social y lo hacemos por un plan que está muy por debajo de la línea de indigencia.
Pero no sólo eso, formamos cooperativas de trabajo: de construcción, de reciclado, textiles. Nosotros desde la CCC hemos construido viviendas, polideportivos, salas de salud, cordones, veredas.
Hemos hecho barrios enteros. También tenemos convenios con AYSA en la provincia de Buenos Aires para llevar agua potable y cloacas a los barrios más olvidados. Hemos refaccionado escuelas, hospitales, incluso construimos un banco cumpliendo todos los requerimiento y estándares internacionales para una construcción de estas características.
Nuestras cooperativas textiles le fabricaron un millón de kit sanitarios para los hospitales de la provincia de Buenos Aires este año. Estamos en condiciones de hacer todos los guardapolvos que el Ministerio de Desarrollo Social reparte y muchas cosas más.
Pero no sólo eso, sino que nos capacitamos. Somos promotores de salud, y en medio de esta pandemia nos pusimos al frente en los barrios, llegando a dónde el Estado no llega. Somos las promotoras contra la violencia hacia a las mujeres, que llegan una y otra vez a donde no hay otra asistencia de ningún tipo.
Hay una especie de obsesión deliberada con los planes sociales. Todos hablan de crear empleo formal, como si nosotros no estuviéramos buscando eso. Pero mientras tanto hay 11 millones de personas en edad laboral sin trabajo. ¿Qué hacemos con eso?. Si los movimientos sociales crecen y hay más planes es porque no se genera empleo. Cuando salimos de las crisis post 2001 y hubo reactivación las organizaciones se achicaron, sencillamente porque la gente encontraba empleo. No hay mucha ciencia.
Hace años que los movimientos sociales luchamos por «trabajo». No sólo lo peleamos, tratamos de llevarlo adelante, e incluso hasta presentamos proyectos de ley en el Congreso Nacional: el de Tierra, Techo y Trabajo no es más que un programa para convertir los planes sociales en empleo formal y registrado, y al mismo tiempo avanzar en dar respuesta a uno de los temas más graves de nuestro país, el problema habitacional.
El programa «Potenciar Trabajo» no llega al 0,01% del presupuesto nacional. ¿Ese es el problema de la Argentina? Seamos serios. Decía hace no mucho mi compañero Juan Grabois que el rubro «Sustentabilidad del Mercado Eléctrico», tiene treinta veces más presupuesto que el programa de los planes sociales. No vemos la lupa de muchos sobre esa plata.
Claro, pero esa plata va para subsidiar luz barata para Techint, Siderar o Loma Negra que después nos venden lo que produce a precio dólar en el mercado interno. O para Cargill y los monopolios exportadores que se llevan las riquezas. O Galperin que amasó fortunas en la pandemia mientras todos nos quebrábamos. Ahí está la plata de los subsidios, no en los planes sociales.
¿Saben dónde se va la plata hoy? En la fiesta de las Leliq, en la fiesta de la especulación financiera, la fiesta de los bancos que nunca pierden. Haya crisis, pandemia, guerra, los bancos siempre ganan. Ahora vamos a decir nosotros: convertir la especulación financiera y la fiesta de las Leliq en Trabajo, Sí
Finalmente, ¿Qué hay algunos corruptos que manejan planes sociales? Seguramente y eso está mal. ¿Pero acaso no hay también empresarios corruptos, periodistas corruptos o políticos corruptos que fugan capitales a guaridas fiscales para no pagar impuestos? Y
en esa evasión el estado pierde mucho, pero mucho más de lo que pierde en planes sociales mal aplicados.
Tenemos que discutir los temas estratégicos de nuestra Argentina: El modelo extractivista está demostrado que no genera «derrame» ni riquezas. Los monopolios extranjeros se llevan todo y nos dejan la pobreza. Hay que recuperar lo nuestro y desarrollar nuestra industria. Recuperar el litio y fabricar acá las baterías, recuperar todo el petróleo y el gas, recuperar nuestros ríos y mares, desarrollar nuestra marina mercante, nuestra flota para la defensa, recuperar nuestros recursos ictícolas, y plantarnos frente al FMI que son parte de esta mafia
pirata que saquea nuestra quería patria.
Ese es el camino para que haya trabajo, salud, educación, tierra, techo, libertad y felicidad para nuestro pueblo en una gran nación Argentina.