El grupo de Curas en Opción por los Pobres emitió hoy un documento crítico sobre la realidad social de la Argentina, en el que remarcó que solo «caminando y viviendo en medio del pueblo» se puede «ser testigo de sus lágrimas y de sus dolores» y advirtió sobre «la mentira cínica y casi burlona de los gobernantes».
«Un pueblo tiene un proyecto que es de vida y esperanza, de solidaridad y vida en comunidad. No entendemos que el pueblo sea el conjunto de los ciudadanos de la Nación, porque sabemos bien que hay quienes no defienden los intereses del pueblo sino los propios, o los de su clase o sus familiares y amigos», sostuvo el documento.
El texto fue elaborado tras un encuentro que este grupo de religiosos católicos celebró en la localidad cordobesa de Villa Allende, al cumplirse 50 años de la redacción de documento de San Miguel, en el cual la Iglesia Católica reconoció «su saberse pueblo de Dios en medio del pueblo argentino».
Los sacerdotes firmantes del pronunciamiento alertaron sobre «las angustias por no tener pan y trabajo, por la salud amenazada, por los niños ya no sin futuro sino casi sin presente, por los ancianos de los que el Estado se desentiende en sus medicamentos y sus jubilaciones, y, esto, además, siendo testigos de la mentira cínica y casi burlona de los gobernantes».
En ese sentido, los sacerdotes, aseguraron «compartir el dolor que padece pueblo» y afirmaron que son «testigos también de la esperanza que se ve en sus ojos y sus gestos desde las recientes elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO)».
«Elecciones por las que los poderosos quisieron castigar a los pobres y al pueblo todo poniendo en riesgo, más aún, la estabilidad social y económica jugando con el mercado, subiendo deliberadamente el dólar para castigar a los que no los votaron y comprometiendo el futuro, ya difícil, que espera a los próximos gobernantes», remarcaron los sacerdotes, entre cuyos referentes están Eduardo De la Serna y el español Francisco «Paco» Olveira, quien en abril fue apartado de la diócesis de Avellaneda-Lanús por impulsar «una línea política e ideológica, no de pastoral» en la parroquia que tenía a su cargo.
A modo de cierre, en su texto, los sacerdotes llamaron a «trabajar y soñar con un mañana nuevo como el que el pueblo añora desde sus dolores cotidianos» y subrayaron que «es desde y con las víctimas que una vez más, queremos seguir andando».