La ex jueza María del Carmen Roqueta fue distinguida en la Legislatura por su comprometida labor en la restitución de la identidad de personas y su lucha en causas por crímenes de lesa humanidad.
Se realizó en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires una ceremonia para declarar Personalidad Destacada de los Derechos Humanos a la ex jueza María Del Carmen Roqueta, por su compromiso con la restitución de la identidad de personas en el marco del Plan Sistemático de Apropiación de Personas y en causas por crímenes de lesa humanidad.
Entre 1993 y 2017 Roqueta se desempeñó como Jueza de Cámara del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 6 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En su trabajo como presidenta de ese tribunal tuvo a su cargo las causas referidas a la práctica de apropiación de bebés en el contexto del terrorismo de Estado conocidas como Fontana – Sandoval, Plan Sistemático y Médicos de Campo de Mayo.
El reconocimiento de la doctora Roqueta fue impulsado por la diputada Victoria Montenegro (UC), hija de desaparecidos cuyo caso fue uno de los que llevó adelante la ex jueza homenajeada esta tarde. «Se comprobó a través de su trabajo que hubo un robo sistemático de bebés. Hubo un terrorismo de Estado que no puede volver nunca más», dijo la diputada durante la ceremonia. Recordó además el momento en que tuvo que entrar al juicio y hablar «en nombre de nuestras historias y por la necesidad de tener justicia».
Luego de recibir el diploma de Personalidad Destacada de los Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires, la ex jueza agradeció el homenaje: «Estoy sinceramente agradecida porque fue algo inesperado. Es una gratificación maravillosa». También afirmó haber sido «un engranaje más de la herramienta penal» y que «debemos mantener siempre el Estado de derecho en su plenitud. Pusimos luz donde había tinieblas». Roqueta rememoró el juicio a Videla y de aquellos que «jugaron con la vida de quienes pensaron en construir una sociedad mejor».
«La Dra. Roqueta trabajó de forma incansablemente vinculando la documentación con los testimonios para reconstruir la historia de los casos juzgados posibilitando rearmar historias familiares enteras, el funcionamiento de maternidades clandestinas y haciendo que el Estado repare el daño causado en materia de identidad en los casos juzgados de hijas e hijos secuestrados junto a sus padres y quienes nacieron durante el cautiverio de sus madres. La tarea dedicada de la funcionaria judicial posibilitó probar, después de muchos años y luego de que gran parte de la información haya sido ocultada e incluso destruida, la idea mesiánica de los genocidas en su afán de aniquilar no solo a la generación a los opositores del régimen sino también desaparecer a sus hijas e hijos», explican los fundamentos del proyecto de declaración.
En el mismo sentido se agrega que «la causa que por primera vez dio por probada la sistematicidad de la práctica de la apropiación de niñas y niños se inició en diciembre de 1996 a instancias de la querella de Abuelas de Plaza de Mayo. Los casos de robo de niñas y niños durante la dictadura habían quedado fuera del alcance de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, por ello se pudo juzgar a los represores y así probar, tal cual reza el fallo condenatorio del año 2012, que la apropiación fue una práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de menores de edad en el marco de un plan general de aniquilación que desplegó la dictadura cívico- militar sobre parte de la población civil con el argumento de combatir la subversión durante los años 1976 a 1983».
De la ceremonia, a la que no pudo asistir por problemas de salud Estela de Carlotto, participaron organismos de derechos humanos; el legislador Carlos Tomada y el diputado nacional Horacio Pietragalla, también hijo de desaparecidos.
Victoria Montenegro, hija de desaparecidos
Hilda nació el 1° de octubre de 1957 en Metán, provincia de Salta. Roque el 16 de agosto de 1955 en la misma ciudad. Ambos militaban en el PRT-ERP. Su familia y compañeros los llamaban «Chicha» y «Toti». El 31 de enero de 1976 nació la hija de la pareja, Hilda Victoria, en la ciudad de Buenos Aires. La niña fue secuestrada junto con sus padres entre el 10 y el 13 de febrero de 1976 en Lanús, zona sur del Gran Buenos Aires.
En 1984 Abuelas de Plaza de Mayo recibió información acerca de un represor apodado «El Gordo José», quien podría tener en su poder a una niña hija de desaparecidos. Se trataba del coronel Herman Antonio Tetzlaff, jefe del grupo de tareas del CCD «El Vesubio». Junto a su esposa, Carmen Eduartes, había inscripto a la niña como hija propia con un certificado falso expedido por el médico Juan Carlos Zucca. Con la presunción cierta de que la niña sería Hilda Victoria Montenegro, en 1988 se inició la acción judicial correspondiente en el Juzgado Federal N° 1 de San Isidro. Este proceso se vio dilatado por el permanente cambio de domicilio de la pareja apropiadora. Finalmente, la joven se analizó y el 5 de julio de 2000 confirmó que era hija de Hilda y Roque. En junio de 2001 la joven se reencontró con su familia biológica.
En mayo de 2012, en el marco de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas llevada adelante por el EAAF los restos de Roque fueron identificados. Había sido inhumado en el Cementerio Municipal de Colonia del Sacramento, República Oriental del Uruguay. Esto fue ratificado por resolución de la Cámara Federal. Su madre permanece desaparecida.