Deuda externa y rol de Banco Central – Por Hector Giuliano*
El nuevo gobierno Macri está agravando la crisis financiera estructural del Banco Central (BCRA) heredada de la administración Kirchner.
En base a los datos del último Estado resumido de Activos y Pasivos de la entidad – al 30.4 pasado – pueden identificarse algunos puntos clave que fundamentan esta aseveración:
- El BCRA no posee, en la práctica, reservas propias: si a las Reservas Brutas (de 34.400 MD-Millones de Dólares) se le restan los 8.400 MD de Encajes bancarios en moneda extranjera y los 10.800 MD de Otros Pasivos (subtotal 19.200 MD) tenemos que el saldo neto se reduce a 15.200 MD.
- Desde el punto de vista de su disponibilidad, a este saldo habría que descontarle los 5.000 MD del préstamo del grupo de bancos internacionales liderado por la banca Morgan, del 29.1 – dado bajo términos que se mantienen en secreto – porque los mismos están computados dentro de las reservas pero no han sido efectivizados sino que figuran todavía como Pase Pasivo.
- Pero, además, el BCRA tiene otro rubro de deuda cuasi-fiscal – el más relevante dentro de sus pasivos con terceros – por 570.000 M$ (Millones de Pesos), que corresponde al stock de Lebac y cuyo monto equivale a 40.000 MD (al tipo de cambio mayorista de referencia de 14.2582 $/US$).
- Esta enorme masa de pasivos a cortísimo plazo – aproximadamente la mitad tendría hoy una vida media de 30 días – se renueva totalmente a medida que se producen sus vencimientos cada semana (los días martes); y, como agravante, se toma sistemáticamente deuda adicional por este concepto.
- El stock de las Lebacs era de 346.300 M$ al 7.12.2015 y ha tenido un aumento del 65 % hasta la fecha (los 570.000 M$ citados).
- El BCRA no tiene solvencia ni liquidez demostrada para cumplir con esta masa de endeudamiento de cortísimo plazo; como no sea emitiendo más deuda o más dinero sin respaldo.
- Para atraer estos capitales financieros que se colocan en lebacs el nuevo Directorio del BCRA ha incrementado en forma extraordinaria las tasas de interés implícitas que paga por esta deuda, llevándolas al récord del 38 % anual a 35 días y con curva de rendimientos invertida, esto es, que – al contrario de la lógica tradicional – las tasas de más corto plazo son más elevadas que las de largo.
- Estimando una tasa promedio del 34 % – sobre la masa de Lebac de 570.000 M$ – esto representa una pérdida por Intereses Pagados de casi 200.000 M$ (194.000) en un año para el BCRA.
- Aunque la gran mayoría de las Lebacs están en pesos – sólo800 MD están en moneda extranjera (equivalentes a 54.350 M$) – esta impresionante masa de dinero es retenida por el BCRA, a costa de las altísimas tasas de interés de referencia, que paga por una deuda que no es propiamente voluntaria sino que se utiliza para evitar que los capitales colocados en letras no se transfieran a la compra de dólares.
- Dicho con otras palabras: que la extraordinaria deuda por Lebacs muestra el costo de la política cambiaria en función del tradicional arbitraje financiero entre tipos de cambio y tasas de interés: pago de altas tasas para que los fondos no se vayan al dólar. Lo que, a su vez, alienta la entrada de capitales golondrina o especulativos de muy corto plazo, que obtienen altísimas ganancias a través del diferencial entre tasas locales e internacionales bajo un esquema de dólar estable e incluso retrasado frente a la inflación real.
- Por esta razón, las Lebacs debieran ser descontadas también de las reservas netas – calculadas en el punto a) – ya que si el BCRA no las remunerara de esta manera los fondos no absorbidos dejarían de tomarlas, aumentando así la Base Monetaria (BM) y acentuando consecuentemente las presiones inflacionarias por emisiones sin correlato en incremento del PBI. Quedando de este modo un saldo de reservas netas negativo que llegaría a unos 25.000 MD.
- Todas las semanas – los días martes – el oligopolio de la decena de grandes bancos tomadores de Lebac se presenta ante el BCRA con la carta de juego extorsiva de pasar por el escritorio a renovar las letras que vencen o pasar por la caja a cobrarlas; y el BCRA responde con la aceptación virtualmente total de las ofertas recibidas para renovar dichos vencimientos y colocar incluso obligaciones adicionales.
- Hoy se da así en la Argentina el despropósito financiero de que el BCRA tiene un stock acumulado de Lebacs igual a la Base Monetaria (569.700 contra 572.600 M$ respectivamente) o, dicho de otro modo: que del total del dinero emitido, la mitad está retenido por el propio banco emisor pagando por ese dinero tasas de interés altísimas.
- El extinto Dr. Esteban Cottely – un experto en materia monetaria y cambiaria – sostenía hace ya muchos años y con total fundamento el principio de que era un absurdo que el BCRA pagase interés por su propio dinero, es decir, por el dinero emitido (como era entonces el caso de la Cuenta de Regulación Monetaria, en la época de Martínez de Hoz). Lo que hoy se vuelve a dar bajo el mecanismo de colocación sistemática de Lebacs como forma de contracción monetaria – que tiene análogos efectos recesivos – en lugar de aumentar (si fuese el caso) los niveles de encaje bancarios, que no tienen costo para el Banco.
- Con este procedimiento el BCRA estimula y subsidia el negocio financiero bancario – al que se agrega la colocación diaria permanente de una masa de letras overnight, con las que se remuneran los saldos de caja de todos los bancos desde la hora de cierre de cada jornada hasta la mañana del día siguiente (!) – subsidia el dinero ocioso de las entidades financieras y retrae la masa prestable de los bancos para el crédito al Sector Privado de la Economía.
- De esta manera, el gobierno Macri – a través del BCRA – contribuye a generar estanflación – estancamiento o recesión con alta inflación – ya que al traslado a precios de la mega-devaluación de Diciembre y al tarifazo en precios/tarifas de servicios públicos, se suma el factor determinante del aumento extraordinario de la tasa de interés, que es también un factor de inflación: un factor que se traslada a precios a través del costo financiero de las empresas y que lo hace más rápidamente que los costos económicos/comerciales.
Toda esta combinación de medidas financieras del BCRA forma parte de la política de ajuste fiscal seguida por la administración Macri, destinada decididamente a gobernar con Deuda Externa:
- Bajo el rótulo de una reinserción de la Argentina en el Mundo, el gobierno Macri confiere prioridad absoluta a su nueva ola de endeudamiento externo, comenzada con el aumento de la deuda cuasi-fiscal del BCRA por Lebacs, con el préstamo secreto de la banca internacional de los 5.000 MD por la operación de repo (venta de bonos con compromiso de recompra) y con la colocación de nuevos bonos del Tesoro Nacional por 16.500 MD para pago a los holdouts; que forma parte del programa de aumento de la Deuda Pública Argentina por 36.000 MD durante el corriente año.
- Continuando la política de sostenimiento de reservas del BCRA con Deuda – iniciada en gran escala por la administración Kirchner y seguida por la actual administración Macri – el Banco pierde cada vez más su posible autonomía de decisión para sostener en forma genuina la estabilidad cambiaria y promover el desarrollo económico, porque el BCRA deviene condicionado así al poder de los acreedores de las deudas que contrae, como un remedo – o una parodia – de la denominada autonomía del BCRA puesta al servicio de su banca acreedora.
- Después del negociado conjunto Kirchner-Macri por los contratos de dólar futuro – que le costarían al BCRA la pérdida de unos 70.000 M$ – el Banco sigue atándose a compromisos de estabilidad cambiaria difíciles de cumplir (15.26 $/US$ según Rofex al 29.7), comprando reservas con deuda (préstamo repo y masa de lebacs) para sostener el tipo de cambio, subsidiando al sector financiero-bancario con elevadísimas tasas de interés y su operatoria de letras overnight, asistiendo al Tesoro a través de Adelantos Transitorios que se materializan con emisión monetaria (160.000 M$ previstos para todo el 2016) y manteniendo una ilógica relación 1:1 entre Base Monetaria y stock de Lebacs.
Lo que pasa es que, en el fondo, el BCRA no busca sostener el valor de peso sino la cotización del dólar – que no es lo mismo – y que para ello esta cotización es mantenida bajo control y con tendencia al retraso cambiario (bajo la ecuación de tasas de interés superiores a la inflación e inflación superior a la devaluación real) para que el gobierno Macri pueda garantizar el pago de los servicios de la creciente deuda externa: de la deuda existente, de las nuevas obligaciones que se están tomando – por parte del BCRA, del Tesoro, de las Provincias y de las Empresas Públicas – y de las que se prevé tomar en el mercado internacional de capitales para sostener su objetivo declarado de reinsertarse en el mundo para gobernar la Argentina con Deuda Externa.
*Licenciado en Administración, orientado profesionalmente a Organización/Sistemas y Planificación Económico-Financiera, en la actividad privada. Especializado en temas de Geopolítica, Economía y Finanzas Públicas. Ex Asesor en el Congreso de la Nación.
Especialista en el tema de la deuda externa. Sobre ello escribió: PROBLEMÁTICA DE LA DEUDA PÚBLICA ARGENTINA, en tres tomos: I. LA DEUDA BAJO LA ADMINISTRACIÓN KIRCHNER, II. MEGACANJE Y CRISIS DE DEUDA 2001, Y III. DEUDA, MONEDA Y USURA.