22 de noviembre de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Día de la Memoria, Verdad y Justicia, pero también de presente y acción

En simultáneo, este año se consagran dos aniversarios importantes íntimamente relacionados. Hace 38 años, un día como hoy, fue derrocado el gobierno democrático de María Estela Martínez, vicepresidenta de Perón, por la más sanguinaria dictadura que azotó al país. En tanto que a fin de año celebraremos el período más largo de democracia ininterrumpida en la historia nacional: tres décadas redondas.

El 24 de marzo es la fecha para expresar aquello que debe ser nuestro manual de operaciones: Que nuestro compromiso con la Democracia, la Justicia y los Derechos Humanos es inclaudicable. Recordando al pasado miramos al futuro y no solo vigilamos que no se repita, sino que atendemos al presente para tratar de erradicar esos males cotidianos que lastiman al pueblo en los que se camufla el terrorismo de Estado.

Por eso, tenemos un feriado sin fiesta. Sentimos el dolor que marcó a nuestros padres e hijos las acciones que llevaron a la práctica las Fuerzas Armadas nucleadas en junta militar en el 76. Con la ayuda de varios sectores cómplices, se concretó un nuevo capítulo de la Guerra Sucia para ordenar a los países emergentes.

Una de las principales consecuencias del Proceso de Reorganización Nacional fue potenciar el negocio de la banca internacional en complicidad con la cúpula que tomó el poder con la sangre. Así, fue instaurada intencionalmente la doctrina económica de la Escuela de Chicago que conformó al incipiente neoliberalismo que tanto daño sigue causando a 40 años de distancia. Sus repercusiones en el sistema económico argentino salieron a la luz inmediatamente y todavía siguen floreciendo.

Las decisiones económicas impulsadas por el titular de hacienda, Alfredo Martínez de Hoz, apuntaron a reducir el gasto público -ajustando en cinturón por la parte más delgada- y estimularon la apertura a los bienes y servicios del mundo globalizado. Con esos objetivos en miras, se depreció la producción fabril, comenzó la desindustrialización y el crecimiento de la especulación financiera generó gran concentración del capital afectando a todos.

Las consecuencias directas del plan fueron desocupación, endeudamiento y miseria: Síntomas crecientes que continuaron masacrando al país al punto que, luego del 83, se consolidaron como las nuevas caras del terrorismo de Estado.

Esa reorganización se orquestó en dos grandes etapas. Durante el Proceso se aplicó la fiereza del aparato represivo para perseguir, secuestrar, torturar, ejecutar a sospechosos de traición a la patria sin juicio previo… desapariciones, asesinatos, apropiaciones de bebés… Terror de Estado: sin fantasmas ni vampiros, la Junta Militar se las ingenió para desarrollar la Reorganización y evitar cualquier tipo de reacción opositora.

En tanto que el otro estadío comenzó con la claudicación del gobierno de facto. En democracia, la violencia corrió su eje. Ya no fue necesario conectar genitales a una batería de 75 amperes para evitar réplicas contra la política. El mal ya estaba instalado.

La inflación (variable en los años) y el endeudamiento (de marcada tendencia al alza, siempre), ratificados por los tres Poderes Nacionales, fueron adelgazando al Estado y conduciendo a la población a otro tipo de terror: al ¡“sálvese quien pueda”!

Hoy, 38 años después, no tenemos que perder el norte. Analizar sesudamente el pasado es fundamental aunque, al profundizar el análisis, debemos diagnosticar nuestra sociedad actual. Es importante condenar todas las aberraciones de antaño, pero es menester no distraernos del presente.

Los derechos humanos no se concentran en la dictadura, al igual que la muerte de Videla no devuelve a los 30 mil. Derechos Humanos es buscar a López, pero también a Luciano Arruga, Miguel Bru y a las víctimas de la trata de personas o de la brutalidad policial.

Respetar este día es abordar seria y responsablemente el narcotráfico: El paco también desapareció a 30 mil personas (en realidad a más). Ídem para la droga en general, sus derivados y consecuencias de las adicciones.

Derechos Humanos es defender el salario justo. Es proteger a todos con la Salud pública y no dejar a la buena de Dios a aquellos que no tienen obra social.

También es, fundamentalmente, educar.

En ese sentido, debemos prestar atención para rechazar las aberraciones del pasado. Y a su vez, tenemos la obligación de recordarlas como un ícono de lo posible cuando dejamos de prestar atención.

Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti posiblemente fueron monstruos necrófagos, pero antes que eso fueron oportunistas de la desunión del pueblo. Cada 24 de marzo debemos orientar nuestras referencias políticas para responder a las premisas fundantes para tener una vida mejor orientada a un futuro inclusivo: aprovechemos el feriado.

 

Por Leandro Dominguez
(periodista, redacción NCN)

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