Finalmente, el cuarto detenido en la que se investiga el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, compadeció ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rivolo.
Se trata de Nicolás Gabriel Carrizo, que si bien se negó a responder preguntas, expuso durante casi tres horas y y aseguró que los mensajes incriminatorios detectados en su teléfono celular fueron disparados como una broma a un familiar.
Vale recordar que los mensajes a los que refiere el sospechosos se quejaba de cómo había salido el atentado, aseguraba el ataque debió haberse realizado en otro momento y hasta se preguntaba si el arma empleada era la que el supuestamente le había entregado a los atacantes.
En ese intercambio de mensajes el imputado y su interlocutora discuten sobre si el arma que utilizó atacante fue la calibre 22 que él le habría provisto y finalmente concluyen que no.
Los investigadores sospechan que esa pistola pudo haber sido descartada por Carrizo y la procesada Brenda Uliarte después del hecho.
La Causa en Detalles
De forma exclusiva NCN tuvo acceso a información de la Resolución de Prisión Preventiva emitido por el Juzgado Criminal y Correccional Federal 5, donde se describe la declaración de cada uno de los imputados, con fotos de la escena del crimen oficiales y se determina el Procesamiento con Prisión Preventiva de Sabag Montiel y Brenda Uliarte.
Según el informe al primero Se le imputa el “haber intentado dar muerte, de manera premeditada, a Cristina Fernández de Kirchner” el cual considerando lo realizó con “la planificación y acuerdo previo de Brenda Elizabeth Uliarte y Agustina Mariel Díaz”.
Del hecho en concreto, la Justicia, sostiene que el acusado “apuntó” hacia CFK “a corta distancia una pistola semiautomática de acción simple, calibre.32 auto, marca Bersa, modelo Lusber 84 con la numeración «25037» en el lateral izquierdo del cañón accionando la cola del disparador en al menos una ocasión sin que se produzca el disparo pese a encontrarse la misma cargada con cinco cartuchos a bala del mismo calibre y resultar apta para sus fines específicos”.
En este sentido detallan que “contó con el aporte para su ejecución de Brenda Elizabeth Uliarte, quien estaba presente en las inmediaciones del lugar al cual arribaron conjuntamente y quien brindó el apoyo moral y logístico para su realización”.
Además confirman que “no presenta síntomas ni signos de alteraciones psicopatológicas que configuren un tipo de trastorno mental psicótico, orgánico, ni de déficit cognitivo”.
En base a dichas circunstancias, determinaron que, “desde el punto de vista médico legal y psicojurídico”, las facultades mentales del nombrado “se encuentran conservadas y compensadas».
Su novia por tanto está imputada de “la planificación del premeditado intento de homicidio” puesto que “tomó parte en su ejecución, arribando al lugar antes referido junto a Fernando André Sabag Montiel, acompañándolo en el hecho y prestando su apoyo logístico y moral para su realización, habiéndose determinado que detentaban el arma de fuego secuestrada como sus municiones desde fecha anterior al hecho”.
“Por su parte, en cuanto a la planificación, mantuvo separadamente con anterioridad a la ejecución del hecho, diversas comunicaciones con ambos coimputados, en las cuales se planificó el suceso, evaluando diversas alternativas para llevarlo a cabo y evitar ser puestos al descubierto, acordando finalmente su realización el día del evento imputado en la modalidad empleada” sentencia el escrito.
En otro orden se “le imputa haber falsificado y/o haber participado en la falsificación del certificado de discapacidad nro. 0075849-9 emitido a su nombre por la Junta Evaluadora Municipal de San Miguel del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, mediante el aporte de sus datos filiatorios”.
Finalmente, “se le imputa haber tenido ilegítimamente el DNI N° 28.685.289, a nombre de Francisco Antonio Almada, el cual fue secuestrado en el domicilio ubicado en la calle Uriburu 727/729, San Miguel, PBA en el marco del registro domiciliario realizado el día 7 de septiembre del corriente año”.
El Arma
Entre las pruebas que la Justicia presenta para las acusaciones y pedido de Prisión, se encuentra el peritaje la pistola Bersa 380 negra, utilizada, la que “presentaba su martillo desmontado sin cartucho en recámara y con cargador colocado con cinco (5) cartuchos a bala en su interior”.
Agregando que no se lograron relevar rastros papiloscópicos, pero si se obtuvieron “muestras de posible perfil genético de diversos sectores de la misma”.
Los testigos
El escrito contiene la declaración de varios testigos entre militantes, integrantes de la Policía Federal y otros actores que presenciaron el hecho.
Entre ellos se destaca lo expuesto testimonialmente por Diego Bermúdez Bringue (Secretario de la Vicepresidenta) quien relata que “en un momento se cae un libro al piso, ella se agacha, yo también y en ese momento veo que una mano pasa por delante de la cara y siendo como un “plic”, en ese momento diferencié que era el gatillo de un arma, yo sentí un “clac”.
“A él (NR refiere a Montiel Sabag) lo llego a ver de frente, tenía un barbijo puesto, cruzamos miradas, vuelvo a mirarla a ella, nunca me doy cuenta que era un arma, veo que está bien pero que empezó a haber mucho nerviosismo en la gente que estaba alrededor y me doy cuenta en la mirada del hombre y por sus gestos que hizo algo malo. En ese momento lo encaro directamente a él, lo que hace es levantar las manos en alto, en ese momento no tenía nada en las manos” continúa.
En otro de los fragmentos detalla que vuelve a mirar a CFK y la “veo bien” entones comienza ”a buscar el fierro en el piso y había muchos pies juntos y no lo puedo visualizar. Yo nunca vi el arma hasta ese momento. Vuelvo, me acerco a ella y a la custodia y le empiezo a decir a ellos que hay que sacarla y que manden gente. Ella toma otra dirección porque no advierte la peligrosidad del hecho ya que parecía una cuestión menor como una discusión de militantes o algo por el estilo… me quedo hablando con la custodia que la asistía y miraba para atrás y veía que lo habían agarrado al chico y que lo tenían controlado”.
¿Qué testimonio la propia Cristina Fernández?
“Cuando bajo, hago un trayecto y la gente se forma en un semicírculo sobre la calle Juncal. Yo comienzo a caminar, saludo a la gente y muchos de ellos traen libros para que se los firme. Cuando estaba dando la vuelta por la calle Juncal, veo que alguien revolea un libro. Es la primera vez que me pasa desde que presenté el libro. Nunca me pasó que revoleen un libro. Cuando pasa eso, me agacho a agarrarlo. Cuando me levanto, veo que se arma un tumulto de personas que agarran a una persona. Ahí recordé que el día anterior un repartidor había agredido a una persona de mi custodia y pensé que era un caso similar. Luego, termino el círculo, firmo unos libros más y entro a mi domicilio. Cuando venía en el ascensor, mi secretario Diego Bermúdez estaba muy nervioso y me dijo que creía que había habido un arma porque había escuchado un clic. Cuando llegamos al domicilio, nos sentamos en el comedor diario, vimos las imágenes y constatamos lo que había ocurrido. Ahí me empiezo a enterar lo que había pasado, que esta persona es brasilero y seguí obteniendo información de esa manera, es decir, a medida de lo que iba surgiendo” recuerda.
Finalmente, sobre el accionar de su custodia, la Vicepresidenta, narra que “en ese momento personal de mi custodia me dijo “vamos vamos” porque me quería alejar del túmulo y ahí terminé el círculo, firmo los últimos libros y subo. Reitero, solo me di cuenta del hecho cuando lo vi por televisión”.
Los mensajes entre Fernando André Sabag Montiel y Brenda Elizabeth Uliarte
El documento cuenta con los detalles encontrado en los peritajes de los celulares de los acusados y la descripción de algunas conversaciones. A continuación un resumen de lo más destacado de aquellas charlas:
Uno de los primeros mensajes de cuenta (meses antes del hecho) de que Brenda Uliarte se comunica con otro contacto identificado como “Amor de mi vida”, ocasión en la que le manifiesta “voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina… me dan los ovarios para hacerlo… el tema es como porque la vieja tiene seguridad”.
“Dicha circunstancia pone de relieve que, para esa época, Uliarte ya había tomado la decisión de atentar contra la vida de la Sra. Vicepresidenta” asegura la Justicia.
Otro de los mensajes dice “para limpiar Argentina hace falta que corra sangre… de poder se puede hay que encontrar la manera… no necesito pagarlo yo puedo serlo… se usar un fierro, no soy francotiradora, pero algo es algo… hay que encontrar un hueco ser estratega”.
A su vez aparece otro en que Sabag Montiel le responde (tras una charla sobre un departamento): “no me gusta el depto., el pelo sí. Cristina y la gente están reunida en Recoleta. Para pegarle un corchazo”. Seguidamente, Uliarte responde mediante el envío de un audio en el cual dice “No amor, laburamos esta semana y el sábado vamos y le dejamos una seña, ya fue…Alto depto. ese de Recoleta amore, si vieras donde vive Cristina entendes, Cristina vive en Recoleta, estamos re cerca de la mina. La podemos hacer pija, eh…Si, hay que ir y pegarle un corchazo ¿Sabes que hace falta? Un francotirador, viste que la mina se pone en el balcón, hace falta ahí y pimba, un tiro en la cabeza, hacerla mierda…”.
Acaso la seguidilla de mensajes más específicos e impactantes que se describe es el siguiente, ocurrido días previos al atentado:
Sabag Montiel: “No, ya se me… metió adentro y el escenario y el anfiteatro lo sacaron, y estuvo… le toqué la espalda a Axel Kicillof y se metió a un Toyota Etios eh y se fue, un quilombo, y ella está ahí metida arriba, pero no creo que salga así que ya fue, deja, voy para allá, no traigas nada”.
Uliarte: “Estoy llegando a casa”. Sabag Montiel: “Al pedo q vengas…No va a salir…Ya se metió adentro”. Uliarte: “Que hija de puta la Cristi…Se da cuenta”.
Sabag Montiel: “No, no es que se da cuenta, el tema es que hay una cámara de C5N y hay poca gente, y la gente ya se está yendo, y el momento era ese, ahora ya es tarde, o sea ya son las 12 y ella salió a esa hora, y era a esa hora, o sea el escenario era con ella porque la habrán seguido ¿Entendes? Después vamos a ver en la tele a ver qué pasó porque cuando ella se metió acá, la siguieron y ahí tendría que haber sido”.
Sabag Montiel: “Que gracia me dan todos esos putitos ahí sacándose fotos, cholulos, haciéndose los peronistas con la “V” vos llegas a tirar con el fierro ahí y llegas a arrancar a los tiros ¿Vos sabes cómo salen todos corriendo? Pánico, el caos que se genera. O sea, es muy difícil… O sea, si yo disparo, después de los tiros van a saber que yo tengo el fierro, voy a tener que sacar el cargador y me van a tener que sacar el fierro, pero no van a tener las balas, entonces eh me van a cagar a piñas, pero más de uno, a ver, me pueden agarrar entre varios, pero otros van a correr y va a ser muy difícil que se yo”.
Uliarte: “Ya llegué amor… ¿Vos decís que no te van a agarrar? La onda es que metas el corchazo y te escapes”.
Finalmente el día del hecho, Brenda Uliarte intercambia mensajes mediante la plataforma Whatsapp con el contacto “Amor de mi Vida”, oportunidad en la que se desarrolla el siguiente diálogo:
Uliarte: “Hoy me convierto en San Martín, voy a mandar a matar a Cristina…Me re pudrí que hablen y no hagan nada. Yo si voy a hacer. Se me metió el espíritu de San Martin en el cuerpo… Que hija de puta se metió adentro antes de que le meta el tiro”.
Amor de mi vida: “¿Qué pasó? ¿De qué me perdí?
Uliarte: “Mandé a matar a la vice Cristina. No salió porque se metió para adentro. Una bronca te juro la tenía ahí. Los liberales ya me tienen re podrida yendo a hacerse los revolucionarios con antorchas en Plaza de Mayo basta de hablar hay que actuar. Mandé un tipo para que la mate a Cristi”.
Amor de mi vida: “Bank. Buena idea igual. ¿Cuánto te cobró?”
Uliarte: “No me cobró lo hizo porque también está re caliente con lo que está pasando. Te juro que a esa la voy a bajar. Me tiene re podrida que ande robando y quedé impune.”
Amor de mi vida: “Te das cuenta del quilombo en el que te vas a meter, ¿no? Te van a buscar por todos lados si se enteran de que sos cómplice de la muerte de la Vicepresidenta”.
Uliarte: “Por eso mandé a alguien”.
Amor de mi vida: “Aunque sí, pero quien no va a querer meterle un tiro a esa vieja chorea”.
Uliarte: “Si llega a pasar me voy a otro país y hasta cambio de identidad. La tengo re pensada”.
Amor de mi vida: “¿Sabes cuanta guita necesitas para eso? No es mando a matar y me mudo del país. Te van a buscar de todas formas y la guita que necesites para todos los trámites”.
Uliarte: “Tengo algo de money, conocidos. Me voy pero antes quiero hacer algo por el país”.
“Ahora bien, del análisis de las conversaciones antes descriptas queda en evidencia la existencia de un plan para ejecutar el hecho en el cual se intercambiaban distintas alternativas evaluando la posibilidad de cada una de ellas y la que mejor asegure el resultado teniendo en cuenta los movimientos de la víctima y todo lo relativo a su custodia” sentencia la Justicia.
A su vez consideran que “se encuentra corroborado que Sabag Montiel y Uliarte no sólo dieron inicio a la ejecución del hecho sino que nos encontramos frente a una tentativa acabada en tanto llevaron a cabo todos los actos necesarios para causar la muerte de Cristina Fernández de Kirchner, siendo que luego de accionar la cola del disparador el primero de los nombrados ya no pudieron desistir del curso de acción doloso, siéndoles imposible dar marcha atrás al mecanismo letal iniciado a través de la puesta en funcionamiento del mecanismo de disparo de la pistola semiautomática utilizada”.
“En esas circunstancias el desenlace de los hechos ya estaba fuera del dominio de ambos, siendo que no lograron el resultado pretendido por razones ajenas a su voluntad. Ambos actuaron con el dolo homicida, siendo que aquel designio quedó en evidencia también en los mensajes que intercambiaron previo al hecho donde expresamente hicieron referencia a la voluntad de matar a Cristina Fernández de Kirchner. En cuanto al tipo objetivo, se encuentran reunidos los elementos de la figura en razón que la acción estaba dirigida contra la vida de otra persona y el medio empleado era idóneo para causar su muerte” advierten.
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