«El ataque es mundial a la integridad territorial» por Romina Rocha
Mientras la OTAN saca pecho y amenaza con «atacar en conjunto» a quienes saboteen sus infraestructuras críticas (mientras todo indica que fue la propia Alianza la que organizó la destrucción de Nord Stream para que Europa dependa del gas estadounidense, Rusia mueve sus fichas:
– Mañana Putin se reúne con las autoridades prorrusas de las ciudades que va a anexar a la Federación, donde los resultados de la consulta fueron determinantes y aplastantes a favor de «formar parte de la familia rusa»;
– Una vez que se haga efectiva la anexión, los ataques organizados por la OTAN con Ucrania pasarán a ser hostilidades directas a la soberanía rusa y ahí va a cambiar la figura de Operación Especial Militar a una estrategia de defensa para la que Putin advirtió que si tiene que usar sus armas nucleares, las va a usar.
– Al mismo tiempo, Putin firmó un acuerdo con los talibanes de Afganistán para venderles gas, diesel, nafta y trigo «por un plazo indefinido», justo a los que EE.UU. «liberó» después de que Sadam Husein se negó a que pase un gasoducto de la OTAN por su territorio, a lo que Bush respondió con el ataque de falsa bandera de las Torres Gemelas y con ello justificó una guerra que duró más de 10 años y dejó al país arruinado, pero lleno de armas.
Pareciera que se va reorganizando la situación, tienen que luchar con un 70% de hombres adictos a la heroína gracias a que EE.UU. despojó a los campesinos de sus tierras y los puso a producir amapolas para su comercialización y para someter a la población mientras destruía todo;
Teniendo en cuenta este antecedente y la guerra en Libia en la que la OTAN terminó asesinando, mutilando y vejando al líder de la mayor revolución africana, Muammar El Gaddafi, por motivos similares a los que tienen contra Putin (independencia monetaria, administración estatal de los recursos, ampliación de mercados regionales, entre muchos otros vinculados a la soberanía territorial e identitaria), podemos entender que EE.UU. viene construyendo un relato rusofóbico hace años para llegar a este momento señalando con el dedo a «los rojos» para que el mundo (teledirigido vía medios de difusión) crea que la mayor amenaza a la humanidad está ahí y no en el departamento de Estado estadounidense, que es el aparato visible de los dueños del mundo: los bancos.
Y esto es apenas un repaso muy general y acotado de la situación, que tiene muchas más derivas y nos habla de un mundo que ya ha cambiado, pero en el que nosotros no podemos ser simples espectadores. Si nos seguimos distrayendo con discursos pomposos y figuritas que nos simpatizan, por más esmero que le pongamos a justificar nuestros gustos personales, finalmente estaremos negándonos a la realidad, que es una maraña de intereses materiales donde los medios son todos válidos, siempre y cuando se cuente con el apoyo de las mayorías.
Si nos comemos el humo que nos tiran acá, no habrá chance de transformar nuestra realidad. El ataque es mundial a la integridad territorial y a la identidad nacional, porque el fin es hacerse del control de los recursos, del dinero del mundo. Y no hay límites para sus adictos.