15 de noviembre de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

El Congreso no debe entregar un cheque en blanco

El Congreso debe estar atento para no ser corresponsable de un
fracaso indisimulable resultante del eventual acuerdo que se alcance
con el Fondo Monetario Internacional, como ocurrió en 2020 con el
pacto con los acreedores privados.

Para ello, no debe volver a extenderle al Gobierno Nacional un cheque
en blanco. Por el contrario, corresponde exigir que tanto el «programa
plurianual» como la propuesta para negociar con el FMI incluyan un
conjunto mínimo de condiciones orientadas a defender el interés
nacional.
Esas deberían ser las bases del apoyo de los distintos sectores políticos
que busca el Gobierno para afrontar la próxima negociación con el
Fondo.
En vista de la urgencia que impone el cronograma de vencimientos con
el organismo, para acelerar los trámites esas bases deberían formar
parte de la propuesta de programa económico plurianual que las
autoridades dicen estar elaborando para enviar al Congreso la primera
semana de diciembre.
Valga recordar que en 2020 el Congreso dio un claro respaldo
institucional al Poder Ejecutivo para llevar adelante la negociación con
los acreedores privados y lo cierto es que, a pocos meses de cerrado
ese acuerdo, el Riesgo País de Argentina tocó los 1800 puntos básicos.
Esto es, un nivel propio del delicado estado de situación que imperaba
antes del acuerdo con los acreedores privados.
Aquello constituyó un indisimulable fracaso compartido que no debe
repetirse.
Ahora que el Poder Ejecutivo delinea los contenidos de una nueva
propuesta que buscará avalar en el Congreso, es indispensable que las
autoridades no insistan en el error y consideren los siguientes aspectos:
1. Primero, el crecimiento.
2. El Federalismo Productivo debe ser el motor del crecimiento.
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3. El Congreso debe asegurarse que la estrategia de negociación
priorizará el interés nacional.
4. El Gobierno debe comprometerse a no seguir entregando dólares, a
cambio de pesos, a los fondos especulativos.
5. Se debe formular e implementar una estrategia consistente y eficaz
para desarmar la bola de intereses de Pases y Leliqs.
PRIMERO, EL CRECIMIENTO
Si el programa económico y la estrategia de negociación con el FMI
comienzan por el equilibrio fiscal, ajuste mediante, entonces no hay
salida económica para la Argentina ni compromisos de deuda que
puedan honrarse en el tiempo.
Las políticas deben apuntar al crecimiento (inversión, producción,
creación de trabajo en el sector privado) para lograr, luego, el equilibrio
y hasta el superávit fiscal.
EL FEDERALISMO PRODUCTIVO DEBE SER EL MOTOR DEL
CRECIMIENTO
La recuperación de la actividad económica, así como la distribución del
ingreso, deben ir desde las provincias argentinas hacia el área
metropolitana.
Por eso, sostener el aumento y la continuidad de las retenciones a las
exportaciones agroindustriales es una mala manera de promover el
crecimiento económico. Por el contrario, debe trazarse un sendero de
progresiva disminución de los derechos de exportación y su gradual
incorporación al impuesto a las ganancias.
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Argentina debe modificar estructuralmente la matriz macrocéfala de
distribución de los subsidios al transporte, a la energía y a otros
servicios públicos. No se debe seguir eludiendo una política pública que
comience, desde ahora mismo, a darle solución en el tiempo a esta
verdadera injusticia federal.
El federalismo productivo requiere también un programa nacional de
inversión en infraestructura, logística, comunicaciones, conectividad y
electrificación, que hoy está ausente. Es indispensable formularlo con
la participación de las provincias y aprobarlo de inmediato.
EL CONGRESO DEBE ASEGURARSE QUE LA ESTRATEGIA DE
NEGOCIACIÓN PRIORIZARÁ EL INTERÉS NACIONAL
El Congreso de la Nación no debe dar, una vez más, un cheque en
blanco a ningún negociador. Sólo debe acompañar si la estrategia de
negociación demuestra priorizar el interés nacional.
Los antecedentes preocupan, ya que en diciembre de 2019 el Congreso
de la Nación autorizó la emisión de Letras por un monto de hasta 4.571
millones de dólares, que sólo podían “aplicarse al pago de obligaciones
de deuda denominadas en moneda extranjera”.
Lo cierto es que los pagos realizados por obligaciones de deuda en
moneda extranjera entre el 30 de diciembre de 2019 y el 1 de junio de
2020, superaron los 4.830 millones de dólares, excediendo el valor de
la letra en 259 millones de dólares.
Sabiendo desde un comienzo que la Argentina se encaminaba a
reestructurar su deuda pública con tenedores privados denominada en
dólares, el actual gobierno decidió igualmente realizar -durante los
primeros meses de su gestión- pagos por compromisos de capital e
intereses de esa deuda, restándole a las Reservas del Banco Central
más de 2.200 millones de dólares que, eventualmente, podrían haber
sido contabilizados como parte del futuro acuerdo en el marco de la
negociación.
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EL GOBIERNO DEBE COMPROMETERSE A NO SEGUIR
ENTREGANDO DÓLARES, A CAMBIO DE PESOS, A FONDOS
ESPECULATIVOS
En una decisión que no tiene antecedentes y que va exactamente en
contra de lo que debe hacerse en materia de desendeudamiento, el
actual gobierno nacional le dolarizó deuda en pesos por un total de
1.500 millones de dólares a fondos que, según ha reconocido el propio
oficialismo, son especuladores extranjeros especializados en hacer
carry trade durante el gobierno de Macri.
Los dólares que se les niegan a las Pymes y a los pequeños ahorristas,
se le entregan a fondos especulativos del exterior. Decisiones de ese
tipo no deben repetirse.
Por tal motivo, el Congreso de la Nación no debe acompañar ninguna
propuesta ni estrategia de negociación si el gobierno nacional no
garantiza dejar de entregarles dólares, a cambio de pesos, a los fondos
especulativos.
SE DEBE FORMULAR E IMPLEMENTAR UNA ESTRATEGIA
CONSISTENTE Y EFICAZ PARA DESARMAR LA BOLA DE
INTERESES DE PASES Y LELIQS
Entre enero y octubre de 2021, el Banco Central de la República
Argentina pagó más de un billón de pesos (1,002) por intereses de
Leliqs y Pases.
La previsión es que ese monto seguirá creciendo hasta alcanzar una
cifra aproximada a 1,350 billones de pesos (equivalente a poco más de
13.000 millones de dólares) al finalizar el año. Eso significaría un
aumento cercano a 98% comparado con igual concepto del año
anterior. Para 2022 se estima un incremento más que significativo.
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El propio gobierno nacional reconoce públicamente que el stock de
Leliqs más Pases, que ya sobrepasa los 4 billones de pesos, genera
una situación disfuncional para el sistema económico, que impide
transformar el ahorro en inversión. Por otra parte, el impacto de esta
estrategia en la emisión pone en jaque cualquier camino razonable para
controlar la ya altísima inflación.
Ya no alcanza con el reconocimiento de los problemas; se requieren
decisiones fundamentales para salir adelante.
En ese marco, es indispensable que la propuesta del gobierno incluya
un programa de acción, claro y contundente, que garantice desarmar la
bola de intereses de Pases y Leliqs en el menor tiempo posible.

 

Alejandro “Topo” Rodríguez
Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires – Consenso Federal