Diputados nacionales del oficialismo y de la oposición coincidieron hoy en que la cámara baja presentará a partir del 10 de diciembre un escenario polarizado que obligará al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio a encarar negociaciones para sancionar las leyes, tras el resultado obtenido ayer en las elecciones nacionales.
De acuerdo a ese resultado, en los que el Frente de Todos obtuvo el 48 por ciento de los votos y Juntos por el Cambio logró poco más de 40 por ciento, el oficialismo parlamentario necesitará a partir del 10 de diciembre de acuerdos con otras fuerzas para lograr el quórum y la mayoría simple para las votaciones.
Según esa diferencia, el Frente de Todos quedaría con 114 diputados propios y con 123 como interbloque con aliados, en una paridad de fuerzas con Juntos por el Cambio, que se aseguraría 119 legisladores y se constituirá en la principal bancada opositora.
El presidente del bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria-PJ, Agustín Rossi, estimó que el próximo Congreso, de acuerdo a los resultados de la elección de ayer, será «muy polarizado, tal como lo está la sociedad».
En declaraciones a Télam, y consultado al panorama que tendrá el Congreso a partir del 10 de diciembre, el jefe de bloque de Diputados del FPV-PJ consideró que en el Parlamento el Frente de Todos «va a ser sin dudas el bloque mayoritario y el interbloque de Juntos por el Cambio el principal bloque opositor y los terceros van a tener menos relevancia».
«Hay que conservar la unidad del bloque y empezar a conversar con los que lleguen para sostenerla», enfatizó Alvaro González en declaraciones a Télam, quien remarcó que el objetivo del oficialismo es «que siga haciendo interbloque unido: el 40 por ciento es un activo que la sociedad puso en manos de nosotros».
Ese mismo escenario también fue planteado por el presidente del interbloque de diputados oficialista, Mario Negri, reelecto en los comicios de ayer, quien sostuvo que a partir de la nueva composición del Congreso nacional, Juntos por el Cambio va a «colaborar y garantizar la gobernabilidad» de la próxima gestión.
Por otra parte, y para la diputada de Consenso Federal, Graciela Camaño, reelecta en su banca por Consenso Federal, el electorado «no estableció una preferencia contundente por ninguno de los dos lados de la grieta» y afirmó que ese resultado deja en el Congreso «un equilibrio» entre las dos principales fuerzas pero, dijo, «hay que estar atentos a las conductas».
En torno a su rol en el Congreso, donde Consenso Federal logró 2 bancas en la provincia de Buenos Aires, Camaño no descartó trabajar en la idea de conformar un interbloque con diputados otros.
«Los ciudadanos nos votaron y nos dieron un mandato: no creen que Cristina o Macri sean la solución. Yo no me muevo de la postura que debo tener por la campaña que hice cuando la gente me voto: no me votó para que arregle con alguien y vote cualquier cosa», enfatizó la diputada nacional.
La marcada polarización planteada en la elección de ayer marcó que, de las 130 bancas en juego, solo nueve pertenezcan a otros sectores ajenos al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio, esto contando a los cuatro representantes de los gobiernos de Santiago del Estero y Misiones que, sin embargo, en la campaña actuaron encolumnados con el nuevo presidente electo del Frente de Todos, Alberto Fernández.