Después de 91 años, un gobierno no peronista elegido democraticamente culminó su mandato en tiempo y forma. Los cuatro años del gobierno de Cambiemos liderado por Mauricio Macri, representaron todo un desafío para propios y ajenos, ya que en primer lugar, se gobernó con minorías parlamentarias en ambas cámaras, y en segundo, el logro de los consensos requirió no solo de acuerdos con la oposición peronista que siempre tuvo mayoría, sino también con las tres grandes fuerzas que confluyeron en el frente: UCR, PRO y Coalición Cívica.
Como todo gobierno, el que terminó esta semana tuvo sus aciertos y sus errores. En el presente artículo me quiero detener principalmente en algunos de los aciertos que consideramos importantes, es decir, en los avances que permitieron notables mejoras para los argentinos, y que creemos, el Presidente electo tiene el deber y la oportunidad de mantenerlas y mejorarlas, y no de paralizarlas o destruirlas. La consolidación de estas políticas que paso a enumerar a continuación, deben ser las bases para la consolidación de verdaderas políticas de Estado que perduren en el tiempo, sin importar el color político de quién gobierne.
MÁS COPARTICIPACIÓN A LAS PROVINCIAS: en estos cuatro años se construyó un verdadero federalismo en el país, donde las Provincias pasaron a depender menos de los arbitrios del Presidente de turno. Si en 2015 las transferencias automáticas llegaban al 40,5% de la recaudación federal, en 2019 estas transferencias representan el 49,5%. Este mayor envío de recursos permitió a las Provincias atender mayores demandas sociales y mejorar sus cuentas, ya que en 2015 el resultado financiero de todas las Provincias fue deficitario en un 0,7% del PBI, mientras que en 2019 terminan con un superávit global del 0,2%.
POLÍTICA AEROCOMERCIAL EFICIENTE Y FEDERAL: hubo una estupenda revolución en los vuelos de cabotaje, a partir de una mayor inversión y reordenamiento de Aerolíneas Argentinas, como así también, de la convocatoria a volar a nuevas empresas, que permitieron el aumento de las rutas áreas entre 2015 y 2019, pasando de 162 a 269, y el aumento de pasajeros en vuelos de cabotaje, que pasaron de 10,4 a 16,4 millones. Este aumento en la cantidad de pasajeros de cabotaje, se hizo con una visión más federal, ya que en 2015 solamente 0,6 millones de pasajeros no pasaron por CABA en sus vuelos, y finalizando el 2019 la cantidad asciende a 1,5 millones.
INTEGRACIÓN CON EL MUNDO Y AUMENTO DEL INGRESO DE DÓLARES. Una de las debilidades de nuestro país, es la falta de dólares. Al finalizar el 2015, el déficit en la balanza comercial llegó a los 3.420 millones de dólares, el déficit en la cuenta corriente a 2,7% del PBI, y las reservas brutas en el Banco Central llegaron a 25 mil millones de dólares. Este 2019 Cambiemos deja el país, con un superávit en la balanza comercial de 16.100 millones de dólares, un menor déficit en la cuenta corriente del 0,9% del PBI, y mayores reservas en el Banco Central con 43 mil millones de dólares. Gran parte de este saneamiento se llevó adelante con una política inteligente de integración con el mundo, que se reflejó en más acuerdos comerciales que en 2015. En cuatro años, pasamos de tener alianzas comerciales con un 10% de la economía global, a tenerlas con un 33%. Se deja de esta manera, una excelente base para la expansión de nuestras exportaciones en los próximos años, y el correspondiente ingreso de dólares a nuestra economía.
LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO Y LA INSEGURIDAD: a partir de una mayor inversión, una revalorización y un mejor trato a nuestras fuerzas federales, hubo grandes avances en la lucha contra el delito organizado. Esto se puede ver por ejemplo, en el aumento de las incautaciones de droga que hubo entre el 2015 y el 2019, pasando de 11.175 a 28.108, y en la recuperación de autopartes robadas a partir de allanamientos en desarmaderos, que pasaron de 3 en 2015 a 75 en 2019. También se observan avances en la política de seguridad; si comparamos los datos anuales de secuestros, estos bajaron de 294 en 2015 a 32 en 2019; si lo hacemos con la tasa de homicidios cada 100 mil habitantes, estos bajaron de 6,6 a 5,0 en cuatro años; si lo hacemos con las muertes por hechos de violencia en espectáculos deportivos, estos bajaron de 27 a 4 en cuatro años; y si vemos los civiles muertos por fuerzas de seguridad cada 100 mil efectivos, estos también tuvieron una baja de 8,6 en 2015 a 3,7 en 2019.
FRENO A LA CORRUPCIÓN: si hubo un tema donde se produjeron cambios radicales fue en la lucha contra la corrupción. Para generar menos incentivos hacia la comisión de este delito, se atacó a una de sus principales causas: el sobreprecio en la obra pública, y su correspondiente retorno a la clase política. Fue así que a partir del 2016, las obras públicas nacionales bajaron sus costos con la puesta en marcha de licitaciones abiertas, digitales y con pliegos gratuitos, que evitaron la colusión de empresas y permitieron una competencia real entre las mismas para ofrecer el mejor precio al Estado. El siguiente dato nos refleja el gran avance que hubo en la disminución de las prácticas de corrupción, que se reflejaron en el ahorro de millones de recursos, que pudieron destinarse a otras áreas: en 2015 el precio promedio pagado por cada kilómetro de ruta fue de 4,6 millones de dólares, mientras que en 2019 fue de 2,3 millones.
ESTADÍSTICAS CREÍBLES Y TRANSPARENCIA EN LOS ACTOS DE GOBIERNO. Finalmente me quiero referir a un simple pero fundamental avance del gobierno liderado por Mauricio Macri: la re construcción de un INDEC con estadísticas creíbles para toda la población. Este hecho fue la clave para todas las políticas públicas que se implementaron en los últimos cuatro años, y que tendieron hacia una mayor transparencia en los actos de gobierno: la Digitalización de trámites en la Administración Pública, la sanción de la Ley de Acceso a la Información Pública, el aumento de la designación de cargos en el Estado realizados a través de concursos, entre otras medidas.
Los avances están a la vista, y cuentan con un gran apoyo de la población. Creemos que el nuevo presidente Alberto Fernández tiene el deber, pero sobre todo la oportunidad de continuar con las mismas, y construir así verdaderas políticas de Estado.