El mejor camino frente al coronavirus Por la Dra. Maureen Birmingham
La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) comparte la inquietud de muchas personas que están preocupadas por su propia salud y la de sus familiares y amigos. La aparición de cualquier enfermedad nueva es motivo de gran preocupación y debe tomarse con suma seriedad.
Hasta el presente, la amplia mayoría de los casos notificados (99%) de coronavirus (2019-nCoV) se han registrado en China. La mayor parte de los casos registrados en otros países tienen vínculos directos con Wuhan u otras localidades de China. En este contexto, la OMS cree que todavía es posible interrumpir la propagación del virus, siempre que los países pongan en marcha medidas enérgicas para detectar los casos de manera temprana, aislarlos y tratarlos, hacer el seguimiento de los contactos y promover las medidas de distanciamiento social que correspondan según el riesgo.
América Latina recibe turistas y comercio de China, por lo que existe la posibilidad de que haya algún caso importado. Sin embargo, la Región no corre más riesgo que cualquier otra. Además, los países de la Región han progresado mucho desde los brotes de dos otros coronavirus emergentes, SARS en 2002 y MERS en 2012, y saben muy bien qué hacer: fortalecer la vigilancia y la capacidad de los laboratorios, crear zonas de aislamiento y manejar los casos sin infectar al personal de salud.
Por lo pronto, la declaración formal de una emergencia de salud pública de importancia internacional establecida por la OMS, sobre la base de las recomendaciones de un comité de expertos, es parte de un tratado internacional, el Reglamento Sanitario Internacional, con el fin de contener una emergencia sanitaria de una dimensión internacional sin interferir innecesariamente en el comercio o los viajes.
La declaración de la emergencia confirma que estamos todos juntos en esta situación y que el mejor camino por delante es la colaboración y la transparencia.
En este camino, la OMS está trabajando con redes de científicos, médicos clínicos, gobiernos, expertos en las cadenas de suministros y asociados de los sectores público y privado para coordinar la respuesta al coronavirus en diversos aspectos técnicos. Esto es la provisión de suministros, el trabajo con especialistas para acelerar el acceso a opciones terapéuticas y el intercambio de información con expertos que atienden los casos para asegurar la mejor atención posible y minimizar la mortalidad.
No hay ningún tratamiento específico para este nuevo coronavirus; el tratamiento se basa en el cuadro clínico. Se están investigando algunas opciones terapéuticas y la OMS está ayudando a coordinar esta labor con una amplia gama de asociados.
Además, según la evidencia acumulada hasta ahora sobre coronavirus, la OMS no recomienda restricciones a los viajes y comercio porque no generan grandes beneficios en contener el brote, pero sí pueden producir perjuicios socioeconómicos importantes en los países.
De todas formas, todavía es mucho lo que no sabemos acerca de este virus y la OMS está siguiendo la evolución de este brote minuto a minuto. Ante este panorama, como suele suceder con toda nueva enfermedad, la preocupación aparece en la población. Por eso es tan importante manejarnos con la información correcta y con fuentes fidedignas.
A pesar de no contar con una vacuna lista para prevenir el coronavirus en humanos, tenemos, de todas formas, medidas de prevención muy simples de realizar para evitar este virus: lavarnos las manos frecuentemente con agua y jabón, toser correctamente tapándonos la boca con el codo y tomar las precauciones que se siguen habitualmente para evitar la gripe.
El Director General de la OMS, Tedros Ghebreyesus, ha hecho un llamamiento en contra de la propagación de rumores e información incorrecta, cuya circulación tiene muchos efectos negativos, incluida la estigmatización y la discriminación hacia las personas de las zonas afectadas por el brote.
En unos brotes anteriores, el temor y la desconfianza han obstaculizado y han dificultado la provisión de recursos y la actividad económica.
Este brote está impactando muy fuerte a China, pero sus acciones para compartir información y la secuencia del virus para poder detectarlo en otros países han sido y siguen siendo, hasta ahora, claves para evitar su extensa diseminación fuera de China. La OMS cree que es todavía posible controlar este brote con medidas clásicas de salud pública bien implementadas y con solidaridad global.