Por Mario Mintz
El poder cobra siempre como presa a quien lo ejerce en soledad y allí convirtió a Cristina Fernández en su figura de conversión. Fuerte y desafiante busca cualquier camino para mostrar que siempre puede. Por eso es el poder que seduce e inmola. Los humanos que lo desafían sufren todo tipo de consecuencias. Somatizan. El primer zarpazo es la soledad que surge desde las garras de su propio aislamiento. El poder genera desconfianza. No suele transitar por la misma autoridad sino sobre sí mismo. Siempre golpea a quien lo ejerce. Excesos de proyectos en una inmensa soledad son el campo de cultivo para su regocijo. Busca caminos, cualquier camino le da igual aunque tenga que lastimar sin piedad el cuerpo de quien le sirve de contención y signo. Enceguece a los demás para no permitir que otros lo compartan y lo hace con actitudes de golpes cortos y catastróficos. Lo llena de problemas, y le aleja las soluciones porque es ingrato. Por ello es el poder.
La presidenta quizá logro también auto agredirse ante el temor de la posibilidad de un nuevo fracaso electoral y una catarata de nuevas decepciones – ya dijo que no cree en nadie que no sea ella – y con la misma fuerza que ejecutaba cada acción, transformo la impotencia en síntomas orgánicos de manera involuntaria sobre sí misma (como lo ordena el poder) y así ella tuvo que ser Kirchner, sea por admiración, por amor, por vocación, por ambición…por lo que sea, y con ello logro por contagio de conductas hechos y diligencias similares.
Néstor y Cristina transitan por las mismas conductas… Aunque Néstor lo haya experimentado antes y concluido con un particular éxito, Cristina no puede controlarlo. Ninguno de los dos puso funcionarios como fusibles contenedores ante el embate de esas derrotas o de los fracasos. Cristina todavía está a tiempo. No lo sabe todo, no puede con todo. Tampoco aunque le cueste creerlo, con ella misma.
Se puede servir al país compartiendo responsabilidades. Dándole lugar a los otros cerebros, a las otras voluntades. La patria y la libertad no son adjetivos de su exclusiva autoría. De su única responsabilidad quizá sea también la cruel manera de auto agredirse ante el temor que genera la posibilidad de un fracaso electoral , con erróneas políticas económicas y desaguisados sociales.
El fin de la gestión, la soledad de los desiertos. La partitura sin color de la nostalgia. La psiquis es parte del cuerpo, y tan solo con inteligencia y voluntad no puede manejarse como a sus leales subordinados. Las instituciones del país la necesitan entera, fuerte, importante. Cristina Fernandez de Kirchner es humana y la prueba es que somatizo. Fuerza Cristina. El poder solo puede vencerla si Ud se encuentra en soledad. Dios la bendiga.