Tras los dichos de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien sostuvo que los “evangelistas son muy peligrosos y te pudren la cabeza como los macristas” en NCN (Noticias Congreso Nacional) dialogamos con el Pastor Luciano Bongarrá, presidente de Parlamento y Fe, para que nos cuente como tomaron, desde su espacio, la penosa comparación.
“En primer lugar produce mucha tristeza alguien que haya sufrido tanto como ella hable desde un profundo desconocimiento de lo que es el pueblo evangélico” arranca reconociendo Bongarrá.
“En el pueblo evangélico– detalla – no hay solo macristas, hay también peronistas, gente de la coalición cívica, porque no somos un bloque político e ideológico contra la política o el gobierno”.
Para el pastor, las palabras de Bonafini dejan expuesto la existencia de una “una raíz muy profunda de amargura hacia una multitud que vive en Argentina” y relata que “más del 15% de la población confiesa la fe evangélica, no son religiosos nominales sino que asisten a los cultos, ofrendan, ayuda a la obra social de la empresa y dan trabajo”.
En otro sentido, Bongarrá que proviene de una familia evangélica de varias generaciones en el país, explica que “si bien no coincidimos en mucha de las cosas que ha hecho en su vida Bonanifi, consideramos que es una persona que ha transitado estoicamente por los derechos humanos, se olvide y nos estigmatice como si fuéramos una banda de hombres y mujeres detrás de un ideario político, cosa que no es así”.
Pese a este ataque mediático asegura que “nosotros seguimos nuestra labor, sin atacar, sin agredir”.
Además de la angustia que produjo la frase esbozada por la Titular Madres de Plaza de Mayo recalca que también produjo “una enorme tristeza” que “lamentablemente el gobierno no ha salido a repudiar sus dichos”, algo que desde su óptica “preocupa mucho” porque entiende que “estamos en un camino muy difícil, porque también ante este ataque hay complacencia de los medios de comunicación que lo ven con indiferencia, ignoran por completo lo que la Iglesia evangélica hace”.
Consultado sobre que imagen tiene la sociedad del pueblo evangélico considera que, tal vez, «Todo lo reducen a los famosos programas de TV brasileros que están por la noche, sucede que ellos tienen un estilo muy propio, muy particular, pero no siempre coincide con el estilo de la mayoría del pueblo evangélico argentino. Tenemos otra idiosincrasia, pero esa es la foto que queda” describe quien también se desarrolló como consejero humanista durante varios años.
“Aparte de la tristeza aparece la sorpresa por la ausencia, el silencio del gobierno ante esto que está sucediendo, cosa que se va a ir transformando en acercamiento cuando se acerquen las elecciones y van a ir a la iglesias, a pedir que oren por ellos, como siempre hacen, sin comprender que no estamos a la venta ni somos presa de ningún partido” sentencia Bongarrá.
Consultado por cual puede ser el origen que llevó a Bonafini a decir lo que dijo, sostiene que es menester “entender que el pueblo evangélico en particular, estuvo en contra de la Ley del Aborto, eso fue algo notorio y desde ahí entendemos que va haber un constante ataque, estigmatizándonos como que somos “la derecha americana” y toda esas zonceras que se dicen y nada tienen que ver con nosotros. Es muy complejo en un país que es “blanco o negro” marcar una tendencia de reconciliación, hablar de respeto aunque no pensemos igual”.
“A esto se suma una gran ignorancia de lo que hace el pueblo evangélico” repite y agrega “se creen que somos todos unos locos que se encierran en un a casa o una iglesia y empiezan a gritar, nada más alejado de la realidad ese preconcepto. Es muy pobre la mirada que tiene la mayoría de la gente de la política y los medios sobre los evangélicos”.
El presidente de “Parlamente y Fe” entiende que no es casual que los dichos surgen de una entrevista donde se estaba analizando la actualidad del país vecino, puesto que, para él, existe en nuestra política “un gran temor» de que el “efecto Bolsonaro llegue a la Argentina, pero no tenemos nada que ver en la Argentina. Si bien existe una gran base de cristianos evangélicos en Brasil no tenemos nada que ver con Bolsonaro, mas allá de que su mujer si pertenezca a nuestra iglesia”.
Reconoce que el presidente de Brasil fue apoyado por muchos pastores pero “él no es evangélico” confiesa.
“Lo cierto es que lo que llega acá de Bolsonaro no mucha veces es cierto. Es un tipo que tiene muchas cosas reprochables, pero ha logrado que Brasil sea un ejemplo muy importante de país. Se equivoca como todos, pero es cierto que hay una mirada de que lo que pasa en Brasil puede suceder acá, pero en Argentina todavía no hay un líder como él, si bien hay partidos de origen evangélicos acá, aun son muy pequeños” manifestó.
Sobre el cierre de la charla, Bongarrá, describe lo que implica formar parte de su espacio y cuál es el concepto que tienen: “no somos anti política y tampoco creemos que esto se resuelva con un Mesías, nosotros creemos que la democracia que debe funcionar, pero que también tenemos opiniones diferentes y no por eso debemos ser discriminados como se nos hace permanentemente”.
“Desde Parlamento y Fe lo que pretendemos es compartir valores desde los conceptos cristianos, que consideramos pueden ser de ayuda para aquellos que están en la política, con esa responsabilidad tan importante. Queremos ayudar y compartir a quienes ejercen la autoridad. No pedimos nada, no somos empleados del gobierno, no necesitamos dinero porque nos auto sostenemos financieramente, ni nos mantiene ningún país. Queremos llevar esperanza a aquellos que hacen de la política su vida, y estamos para servir” asevera.
Por último, Bongarrá, se permite un análisis de la geopolítica americana y cual es, en verdad, la consistencia que tiene la democracia a lo largo del continente. Hasta hace poco uno podía entender a Estados Unidos como un país líder y fortificado en este aspecto, pero los hechos ocurridos en los últimos meses, permiten acaso un sesgo de duda: “No se puede generalizar” narra y añade “creo que Uruguay tiene una democracia muy sólida, basada en el respeto al otro, al igual que Chile. En argentina tenemos una democracia teñida por esa grieta que se nos formó y que no creo que desaparezca porque es un gran negocio para muchos. Lo ha sido para el macrismo y lo es para el peronismo. Es muy difícil crear puntos de contactos. Nosotros estamos convencidos de que una reconciliación nacional es posible, en escucharnos, en no aturdirnos con el mensaje único. Hay mucha necesidad y veo mucha mezquindad en los gobernantes y esto nos llevará a más pobreza y una crisis aún más grande”.
“Es la nuestra una democracia muy marcada por la ideológica, tenemos mucho por desarrollar y necesitamos muchos más años para poder crecer y que sea una democracia más madura” sentencia.