El PRO acordó buscar una solución consensuada para la interna porteña
A pesar de algunos cruces y reproches, los miembros de la mesa de diálogo permanente del PRO alcanzaron un primer acuerdo. Se trata de explorar una solución consensuada para la interna porteña que impida la guerra entre las dos fracciones: Mauricio Macri-Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
Existen sospechas respecto a que de esta instancia decisiva surgiría el pedido a María Eugenia Vidal para que se convierta en candidata de la unidad en el PRO porteño y eludir así que la competencia entre Jorge Macri y Fernán Quirós termine beneficiando en las PASO a Martín Lousteau. Pero, desde el entorno de la diputada nacional lo niegan.
Los 8 líderes del PRO acordaron que se reunirán cada 15 días para tratar de avanzar en definiciones comunes sobre estrategia electoral y candidaturas. Se habló muy poco de los dilemas del partido en el territorio bonaerense, donde el PRO tiene 5 candidatos a gobernador: El larretista Diego Santilli, el vidalista-bullrichista Cristian Ritondo y los bullrichistas Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel.
De todas maneras, en el PRO hay dirigentes que piensan que el tablero de la provincia de Buenos Aires ya está definido. Larreta y Bullrich llevarán en sus boletas su propio candidato a gobernador y habrá intendentes que serán neutrales en la disputa interna y otros que se jugarán por algún presidenciable.
En la cumbre del PRO también se repasaron los resultados electorales del último domingo en Jujuy, Misiones y La Rioja. Y se puso en la mira la tanda de comicios que vienen en San Juan, Tucumán, Salta, La Pampa y Tierra del Fuego. También se habló sobre el sorpresivo cierre de listas en Córdoba, donde el titular del PRO, Javier Pretto, cerró un acuerdo con el PJ para secundar a Martín Llaryora, candidato del gobernador Juan Schiaretti, en la fórmula para la intendencia de la capital provincial.
Asimismo, los referentes del PRO fueron muy herméticos sobre los resultados concretos de la reunión. Todos coincidieron en que las disputas internas son presentadas públicamente como si fueran una guerra cuando en realidad son parte de las diferencias propias de una competencia electoral. “La reunión fue excelente” y “Queremos bajar las tensiones y el ejercicio de las reuniones lo va a lograr” fueron dos de las frases transmitidas en voz baja a los medios por los dirigentes opositores.