Los diputados Nacionales del Pro que son miembros de la comisión de Presupuesto, Julián Obiglio y Jorge Triaca presentaron un dictamen solicitando que el Presupuesto de la Nación para el año entrante sea devuelto al Poder Ejecutivo para su reformulación.
Los legisladores señalaron que el texto del ejecutivo “carece de elementos técnicos que lo respalden y mantiene proyecciones de inflación y crecimiento totalmente fuera de la realidad”. Además, propusieron la suspensión de las facultades delegadas al Jefe de Gabinete para modificar las partidas presupuestarias y que solamente el Congreso pueda disponer de los excedentes en la recaudación sobre los recursos no estimados en el Presupuesto.
«El Presupuesto que quiere aprobar el oficialismo representa todo aquello que el sentido común rechazaría. El proyecto está totalmente fuera de la realidad y como simpre el kirchnerismo busca mantener para si la discrecionalidad en el manejo de los gastos. Claramente es un presupuesto que prevé que la pérdida de la mayoría automática en el Congreso no les empantane el manejo de los recursos para sostener el falso relato de la década ganada», afirmó Obiglio.
En esta línea el diputado Triaca sostuvo: «resulta imprescindible que el oficialismo abra una discusión real de un presupuesto real. Con pretendidas astucias y poses sobradoras nos han llevado a una situación de tal gravedad que sólo en el Gobierno no la advierten”, y continuó:»entendemos que el Gobierno está encerrado en un laberinto de mentiras y ya no sabe cuáles dijo y cuáles no. No es posible acompañar un Presupuesto confeccionado en base a datos y variables falsos. Es preciso sincerar la economía, hacerse cargo del real y grave problema de los pagos por deuda externa y de la deuda que ha contraído internamente el Gobierno Nacional».
En otro orden de cosas, el bloque del PRO manifestó su rechazo a la prorroga de la Ley de Emergencia Económica porque “el Poder Ejecutivo ha insistido desde el 2003 a esta parte, sin que haya razones excepcionales que justifican mantener la ley de emergencia, en echar mano a este argumento legislativo, lo que nos ha llevado al absurdo de ‘vivir en emergencia’, que es como ‘vivir en peligro’, pues emergencia equivale a «estado de riesgo permanente», lo que, entre otras cosas, proyecta sus consecuencias sobre las inversiones, los empresarios, los mercados o los contratos, dinamitando cualquier posibilidad de prever riesgos y adelantar soluciones verdaderas”.
Por último, respecto de la prórroga del Impuesto a los débitos y créditos; «lejos de fomentar una mayor transparencia en las operaciones comerciales induce a que no se exterioricen las transacciones para no tributar un Impuesto adicional a la generación de riqueza. En tiempos de desaceleración del crecimiento, tal como lo han enunciado las autoridades del Poder Ejecutivo recientemente, es importante generar condiciones que aseguren a los contribuyentes que los impuestos que tributan sean solo los necesarios para incrementar el ciclo de crecimiento de la economía y no vayan en deterioro de su capacidad de inversión, para lo cual se hace necesario plantear la disminución progresiva del Impuesto sobre los créditos y débitos bancarios», concluyeron en el dictamen.