Una vez más la Legislatura Porteña fue escenario de la alianza entre el PRO y el Kirchnerismo. Ambos partidos protagonizaron durante el año pasado cuestionables pactos inmobiliarios y entrega de terrenos públicos para negociados. Sin embargo, esta vez se unieron para silenciar las críticas de los legisladores opositores a los respectivos gobiernos oficialistas.
En muy poco tiempo, ambos bloques se pusieron de acuerdo y dieron sanción al proyecto de la «Comisión de Interpretación y Reglamento», elaborado por la diputada del interbloque Kirchnerista, Gabriela Cerruti, mediante el cual las manifestaciones espontáneas que los legisladores podían hacer al inicio de cada sesión antes de votar el temario del día se postergan al final de la misma, una vez tratados los proyectos.
De esta manera, el PRO y el Kirchnerismo se aseguran de que ningún diputado de la oposición pueda criticar al Jefe de Gobierno o a la Presidente de la Nación por algún hecho o medida en particular que afecte los intereses de los ciudadanos, ya que una vez votados los proyectos del día podrán retirarse del recinto dejando sin quórum la sesión.
Respecto a la escandalosa sesión de hoy, la diputada por el Partido Socialista Auténtico Virginia González Gass aseguró que «es una vergüenza que se voten este tipo de proyectos en democracia. Esta es otra maniobra de los oficialismos para silenciar a la oposición en un año electoral». Además comparó el nuevo pacto Pro-K con estrategias utilizadas en épocas nefastas para la Argentina. «Ahora, igual que en la dictadura, `el silencio es salud`», sentenció la diputada.
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