Del homenaje participaron los legisladores porteños de la UCR Juan Francisco Nosiglia y Leandro Halperín, además de la histórica dirigente partidaria Lucía Alberti, y otros miembros del centenario partido, como Ricardo Alfonsín, que no estuvo presente pero envió un mensaje.
«Agradezco este acto de enorme generosidad del que me complace formar parte. Lo veo como un respaldo a todas las luchas que llevé en mi vida y que, a pesar de las vicisitudes, no me apartaron de los sueños, la doctrina y las utopías de la UCR», afirmó Solari Yrigoyen durante el acto de homenaje este mediodía.
La placa conmemorativa fue instalada en la puerta del garaje situado en Marcelo T. De Alvear 1279, donde el ex senador radical guardaba su auto, que voló por los aires con él adentro la mañana del 21 de noviembre de 1973, y del que logró salir con vida, aunque muy malherido.
«En memoria al atentado al senador nacional por la provincia de Chubut, Hipólito Solari Yrigoyen, primera víctima de la Triple A», reza la placa que descubrieron hoy los dirigentes radicales y que lleva a la firma de la legislatura porteña, que aprobó su instalación por ley.
«Este es un homenaje a la trayectoria de un dirigente que nos enorgullece pero también a un día triste en su vida personal y en la vida institucional de la Argentina», apuntó Nosiglia.
Y agregó: «Hipólito es un dirigente que dedicó su vida a defender la democracia, la soberanía sobre las Islas Malvinas, a los trabajadores y a los derechos humanos. Es uno de los pocos dirigentes que prestigia a la política».
Fueron más de cuatro horas de objeciones contra la reelección de autoridades gremiales y el control y la recaudación del dinero para las obras sociales, que le valieron el rechazo del jefe de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de ese momento, el histórico dirigente Lorenzo Miguel, que tildó al radical de «enemigo público número uno de la clase obrera organizada».
Ese mismo fin de semana, llegó a su estudio jurídico una carta membretada con la dirección de la sede del Comité Capital de la UCR con una hoja que llevaba escrito sólo tres letras: «A. A. A».
Sin comprender su significado, Solari Yrigoyen pidió explicaciones a las autoridades de la UCR, que no supieron responderle por el contenido de la carta, que negaron rotundamente haber enviado.
Finalmente, el martes 21, al ingresar en el garaje donde guardaba su auto, el senador radical voló por los aires luego de que explotara la bomba que el grupo terrorista de ultraderecha le colocara en su auto.
Media decena de operaciones permitieron salvar su vida, aunque debió pasar meses en silla de ruedas para luego usar muletas y, finalmente, usar un bastón, que lo acompaña hasta el día de hoy, a sus 86 años.
«Hoy es el más radical de los radicales por haber soportado tantos atentados (sufrió otros dos intentos de asesinato). Ha sido, y es, nuestro maestro y mentor», cerró Alberti.