Un proyecto de ley impulsa prohibir la difusión de imágenes no saludables. Establece sanciones para empresas que lo incumplan.
El diputado Diego García de García Vilas (Confianza Pública) impulsa un proyecto de ley para evitar difundir imágenes de extrema delgadez en campañas de moda, que contempla además sanciones económicas a empresas que lo incumplan.
La iniciativa impedirá contratar personas con índice de masa corporal inferior a 18,5 puntos (conforme a lo establecido por la Organización Mundial de la Salud) para desfiles y publicidades en la Ciudad de Buenos Aires.
“Aunque cada persona tiene particularidades físicas, se estandarizará valores mediante parámetros de referencia. Así, en términos generales, una masa corporal menor a 18,5 indica infrapeso y por encima de 25, sobrepeso u obesidad”, explica la propuesta según datos de la OMS.
Legislaciones así son aplicadas en otros países como España o Francia, donde se prohíbe a modelos desfilar al demostrar evidencias de extrema delgadez traducidas en un deterioro en su salud.
Asimismo, la propuesta se enmarca en distintas políticas públicas para evitar conductas de riesgo en jóvenes, vinculadas con trastornos de alimentación como la ley nacional 26.396, que declara el interés del país en “prevenir y controlar trastornos alimentarios”, incluyendo “sus patologías derivadas, y medidas para evitar su propagación”.
También, recae en la preocupación por un estudio reciente de ALUBA (Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia) que reveló que casi un tercio de adolescentes en la Ciudad de Buenos Aires (28% de la muestra encuestada) desarrolla conductas vinculadas con este tipo de enfermedades. Es un aumento de la problemática con respecto año pasado y pone la lupa en conductas de riesgo y vulnerabilidad de adolescentes.
“La industria de la moda configura un cuerpo socialmente definido como legítimo, donde la delgadez adquiere valor ampliamente reconocido siendo sinónimo de belleza. Esta imagen, que dista de ser saludable, es fuertemente reproducida por distintos medios de comunicación y elementos de consumo que actúan como disparadores para desarrollar trastornos alimentarios”, afirmó García en fundamentos del proyecto.