Informe Especial: Alfredo Palacios, el primer Diputado Socialista del Continente
Existen pocas figuras en la historia política argentina que permitan una especia de sinónimo tácito con el Congreso Nacional. Entre ellos, sin dudas, resalta la figura y trayectoria de Alfredo Palacios.
En referencia directa se recuerda que fue el primer diputado socialista en el continente americano, pero acaso fue mucho más que eso. Por eso, en este nuevo capítulo de #HISTORIASdelCONGRESO, repasaremos la vida de quien supo ser un humanista socialcristianismo con un sentido libertador de las clases populares, además de un exponente cabal de los derechos sociales anticipándose en mucho a las tendencias mundiales en la materia.
Tribuno popular e ídolo de la juventud por muchas décadas, con su aire mosqueteril, acentuado por su bigote y su chambergo además de su inveterada tendencia al lance caballeresco en defensa del honor, fue también un exquisito orador que cautivó a su público con su voz engolada y su verba florida.
Su porte acaso otro de sus distintivos de siempre: cabello lacio, largo, peinado con raya al costado y con una pose personal que las fotografías reiteraban. La barbilla levantada, quizás, en señal de desafío.
Su Infancia
Alfredo L. Palacios nació en Buenos Aires el 10 de agosto de 1878. Fue uno de los 19 hijos que tuvo su padre, Aurelio José Florencio Palacios Bustamante, un político uruguayo de renombre. Sin embargo es a su madre, Ana Ramón Beltrán, a quién Alfredo reconoce como mentora de las ideas socialistas que madurarían en él años después.
«En el socialismo me inició mi madre a los 11 años. Ella puso en mis manos el Nuevo Testamento, con el sermón de la montaña, y llegó a apasionarme la figura de Jesús. Luego hice mías las palabras del doctor Juan B. Justo, fundador del Partido Socialista que decía: ‘Socialismo es la lucha en defensa y por la elevación del pueblo trabajador que, guiado por la ciencia, tiende a realizar una libre e inteligente sociedad humana basada sobre la propiedad colectiva de los medios de producción, o sea la tierra, las máquinas, los medios de transporte'», narró alguna vez Palacios.
Cursa sus estudios primarios en la Escuela Nº 4 del Consejo escolar 9º y los secundarios, en el Colegio Central de la calle Bolívar (luego, Colegio Nacional de Buenos Aires). De muy joven se suma al Centro Pedro Goyena, vinculado al Círculo de Obreros Católicos, que a pocos años se distancia definitivamente por diferencias ideológicas.
Con el correr de los años, relegó un tanto los santos evangelios, y se acercó al periodismo, como orador elocuente y se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA). El 11 de marzo de 1904.
La historia dice que esbozó una tesis denominada «La miseria» que fue rechazada por el ambiente académico conservador de entonces y reemplazo por otra sobre la quiebra de empresas.
Años después, el propio Palacios, recordaría este suceso: “La Comisión encargada de examinar esta tesis la ha rechazado por juzgar que se halla en contravención con el Art. 40 de la Ordenanza General Universitaria que prohíbe expresamente toda palabra injuriosa para las instituciones. Tengo, empero la plena convicción de que la causa determinante del rechazo no ha sido la prescripción reglamentaria, sino simplemente el hecho de que en mi trabajo inaugural se expusieran principios socialistas. Para no ser detenido en mi carrera he presentado otro trabajo con el título de «Quiebras», en el cual la Comisión Examinadora me ha prohibido, terminantemente, so pena de otro rechazo, hacer mención de » La Miseria». Hoy que no me encuentro en condiciones de temer las iras de los maestros digo sin ambages , que salvo raras excepciones ,la intolerancia es la norma de conducta de los que forman parte de esa Casa que enfáticamente llaman «Facultad de Derecho y Ciencias Sociales» y en donde los estudiantes solo recogen prejuicios y decepciones”.
Sus Inicio en la Política
Tenía apenas 24 años y ya su rostro devolvía a la vista sus característicos bigotes apuntando al cielo, cuando fue elegido por la cuarta circunscripción electoral como diputado por Buenos Aires. Los obreros de La Boca fueron “los culpables” del nacimiento del primer diputado socialista del país y del continente americano.
La campaña fue intensa, casa por casa, conventillo por conventillo: Palacios se detenía en los patios y daba sus discursos en castellano e italiano y un intérprete lo traducía al xeneizes.
El 13 de marzo de 1904, ante una elección en donde dominaba en el resto de la ciudad un clima de fraude de los partidos del régimen, Alfredo Palacios se terminaría alzando con 830 votos.
Por aquellos años se incorporó al Partido Socialista fundado por Juan B. Justo en 1896 y llego a obtener figuración en el ambiente político de su partido por sus elocuentes discursos en meetings y reuniones en las que intervenía.
Palacios y su vida en el Congreso
Un detalle no menor es que, pese a su larga trayectoria en el Parlamento argentino, nunca llego a ejercer un período completo para el mandato que había resultado electo.
Por caso, en 1908 debido a la decisión del Presidente Figueroa Alcorta de clausurar el Congreso. Luego en 1915 debido a la renuncia a la escaño tras su expulsión del Partido Socialista por aceptar batirse a duelo (prohibido por los estatutos partidarios) con el diputado radical Horacio Oyhanarte.
Tras el golpe de Estado de 1930 fue electo senador por la Capital en 1931 y el golpe militar del 4 de junio de 1943 clausuró el poder Legislativo.
Durante la presidencia de Juan Domingo Perón fue opositor férreo, lo que le valió ser encarcelado sin proceso junto a otros dirigentes políticos y en 1955 en una tregua política pedida por el presidente a la oposición, Palacios pronunció un discurso furibundamente antiperonista que fue grabado y no llegó a propalarse por la radio debido a la censura imperante y provocó la finalización de la tregua.
Pocas semanas más tarde Perón fue derrocado por la «Revolución Libertadora» y Alfredo Palacios fue designado Embajador ante la República Oriental del Uruguay adonde como otros políticos opositores habían estado exiliado.
Su intento por la Presidencia de la Nación
En 1958 fue candidato a presidente acompañado en la fórmula por Carlos Sánchez Viamonte, pero en esta oportunidad el resultado fue más bien pobre, pues apenas cosecharon 150.000 votos, el 1,6% del padrón electoral, con lo que quedaron en el sexto lugar, superados incluso por el comunismo y por los demócratas, además de ambas facciones radicales y de los votos en blanco, suceso que puso en crisis toda la estrategia seguida por el partido desde 1955.
A consecuencia de esa vicisitud, en 1958 se produjo una nueva división que dio por resultado la formación del Partido Socialista Democrático, liderado por Américo Ghioldi, dirigente que encarnaba el antiperonismo más recalcitrante, mientras que el viejo tronco, siempre liderado por Alfredo Palacios, agregaba el aditamento Argentino a su denominación y adoptaba posiciones más afines al peronismo.
Esta modernización del discurso socialista permitió en 1961 a Palacios acceder a la Cámara de Senadores como representante de la ciudad de Buenos Aires, su último cargo electivo.
Sus últimos años
En 1963 volvió a la Cámara de Diputados, allí lo encontró la muerte el 20 de abril de 1965. Dejó este plano terrenal, sin poseer ninguna propiedad privada a su nombre y diez días antes de terminar su mandato como legislador.
Sus últimos años los transitó en una situación de pobreza que había puesto en riesgo de remate su casa en la calle Charcas 4741 de la ahora Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde actualmente funciona la “Fundación Alfredo Lorenzo Palacios”.
Sus restos se encuentran en el cementerio porteño de La Recoleta. Su último proyecto presentado fue la creación del Instituto Nacional de Investigaciones Pediátricas. Esta iniciativa parlamentaria se convirtió en ley en diciembre de 1964.
Las leyes e iniciativas más importantes promovidas por Alfredo L. Palacios
En su rol de diputado y senador, Alfredo Palacios fue pionero en promover leyes que fueron ejemplo en el mundo entero. No claudicó en presentar infinidad de veces proyectos de ley a la espera de llegar al cuórum. Como una paradoja, varios de los proyectos que presentó durante sus distintos períodos legislativos, y que apuntaron a garantizar una amplitud de derechos a las clases trabajadoras, fueron concretados años más tarde durante las presidencias de Juan Domingo Perón, con quién Palacios mantuvo una enemistad irreconciliable.
En lo que respecta a los derechos de las mujeres, el movimiento feminista de principios de siglo promovió numerosas iniciativas que encontraron en Alfredo Palacios un vocero para llevar al recinto sus principales demandas. A continuación algunos ejemplos:
Reglamentación del trabajo de las mujeres y los menores: el 14 de octubre de 1907 se sancionó la Ley 5.291 que planteó la protección del trabajo de las mujeres y los niños, contemplando por primera vez la situación laboral de miles de chicos y mujeres que eran explotados en las fábricas.
Voto femenino: en 1913, Palacios es el autor del primer proyecto de ley que intentó conseguir el derecho de voto de las mujeres por medio de la modificación del Código Civil. La iniciativa no consiguió respaldo en ese momento. En 1915, Palacios volvió a insistir con el proyecto pero otra vez tropezó con el rechazo de sus pares. La Ley 13.010, que garantizó el derecho al voto de las mujeres, fue sancionada por unanimidad en la Cámara de Diputados el 9 de septiembre de 1947, durante la presidencia de Juan Domingo Perón. Cuatro años después, el 11 de noviembre de 1951, por primera vez en la historia argentina más de 3.500.000 mujeres ejercían su derecho al sufragio en elecciones nacionales.
Trata de personas: en 1907 presentó un proyecto sobre la represión del delito de la «trata de blancas». En ese momento no consiguió el respaldo de los miembros de la Cámara Baja, sin embargo, insistió con su iniciativa hasta que en 1913 logró que la mayoría de sus colegas diputados votasen a favor. Ley 9.143 amplió las penas a la explotación sexual en el país (que diez años antes había establecido la Ley 4.189) a los proxenetas que explotaran a personas mayores de edad, y extendió las penas de hasta 15 años de prisión para las personas que explotaran sexualmente a menores de 12 años. El Reglamento de Prostíbulos de Buenos Aires, de enero de 1875, disponía: «No podrá haber en los prostíbulos mujeres menores de 18 años, salvo que se hubieren entregado a la prostitución con anterioridad». El proyecto, que finalmente se convirtió en ley, se constituyó en la primera legislación en el mundo que protege a las víctimas de explotación sexual y penaliza los responsables.
Divorcio vincular: en 1907, por medio de la modificación de la Ley del Matrimonio Civil, planteó el establecimiento del divorcio vincular. En primera instancia, la iniciativa no consiguió la adhesión de los diputados y recién varias décadas después, en 1954, el divorcio vincular entraría en vigencia en el país con la sanción de la Ley 14.394, que lo incluyó en su artículo 31, pero sólo por dos años, ya que fue derogado por el golpe de Estado de 1955. En el año 1987, con la sanción de la Ley 23.515, la Cámara de Diputados de la Nación restituyó este derecho.
Descanso dominical: la Ley 4.661 fue promulgada en septiembre de 1905, y estableció que, en Capital Federal, el descanso de los trabajadores se debía aplicar el día domingo.
Jornada laboral de 8 horas: en 1906, Palacios presentó ante la Cámara Baja un proyecto de ley que pretendió conquistar la jornada laboral de 8 horas. Esta reglamentación recién entraría en vigencia en el país el 12 de septiembre de 1929 con la sanción de la Ley 11.544.
«La ley de la silla»: en 1907 se sancionó la Ley 12.205, cual obligó a los patrones a disponer de una silla para el descanso de los empleados de comercio. Esta ley se constituyó en una ley pionera en el país en materia de derechos laborales.
Ley de Residencia: durante su primer mandato como diputado, en 1904, presentó un proyecto de ley para la derogación de la Ley de Residencia 4.144 (que permitía la expulsión -sin juicio previo- de los extranjeros que perturbaran el orden público, la deportación y el encarcelamiento de líderes sociales y obreros). Tras un largo proceso, finalmente en 1915 se derogó.
Abolición de la pena de muerte: si bien el proyecto fue presentado en 1906, esta iniciativa recién conseguiría el respaldo del Congreso en 1922, cuando se deroga el Código Penal de 1883. Las últimas ejecuciones realizadas en el país ocurrieron en Buenos Aires el 22 de julio de 1916.
Indemnización: en 1908 impulsó ante la Cámara un proyecto que establecía el derecho de indemnización de los trabajadores en el caso de sufrir accidentes laborales. La Ley 9.688 ve la luz en octubre de 1915.
Jubilación docente: en 1912 se sancionó la Ley 9.051, que fijó el sueldo y consagró el derecho a la jubilación del magisterio.
Embargo salarial: siendo diputado, en 1914 promovió la Ley 9.511 sobre la inembargabilidad de los sueldos, las jubilaciones y pensiones que no excedieran determinado importe.
Salario vital mínimo: durante su último mandato como senador de la Nación, en 1963, presentó un proyecto ejemplo que se convirtió en la Ley 16.459 el 10 de junio de 1964. Allí estableció que debía regir «en todo el territorio de la República, para todos los empleados y los obreros públicos, de la industria, el comercio, la agricultura, la ganadería, el servicio doméstico y toda forma de trabajo subordinado». Además estipuló que el salario vital mínimo debía garantizar al trabajador y a su familia la alimentación adecuada, una vivienda higiénica, vestido digno, asistencia sanitaria, educación, esparcimiento, seguro y previsión.
Prohibición de despidos: durante su segundo mandato como senador, en 1937, elaboró un proyecto que prohibió el despido de las empleadas de las empresas concesionarias de servicios públicos al momento que contrajeran matrimonio.
Derechos a licencias antes y después del parto: en 1938 presentó un proyecto con el que se obtuvo el derecho de licencia de las empleadas y las obreras del Estado antes y después del parto.
Fondos de Desocupación: en 1932 logró la creación de una Comisión de Fondos de Desocupación. Además presentó un plan para establecer la adecuación de la legislación argentina sobre el trabajo a las disposiciones de las Convenciones de Washington y Génova.
Durante ese período como senador también impulsó la creación del Departamento Nacional de Maternidad e Higiene Infantil; la habilitación de una Caja de Fomento a la Natalidad; la construcción de escuelas primarias en zonas rurales del país. La creación de una Caja de Protección a la Familia Argentina, la habilitación de la Dirección Nacional de Salud Pública y Asistencia Social, la creación del Instituto Nacional de la Vivienda y el establecimiento de pensiones a la vejez.
Palacios desde la mirada ajena
Jorge Rivas, ex vice jefe de gabinete y diputado nacional, referente del socialismo, tuvo la referencia de dialogar con #NCN al respecto de este especial: “Palacios fue excepcional en su propia época, por sus condiciones personales y por su enorme trabajo político y legislativo. Si abundaran líderes como él, viviríamos en una sociedad más justa y democrática” sostuvo.
Al respecto consideró que la irrupción del dirigente implicó la “llegada a las instituciones de la República de un representante auténtico de los derechos de la clase trabajadora, de los inmigrantes pobres, de las mujeres explotadas, en un momento histórico en que la oligarquía ejercía el poder con brutalidad y sin más límites que los que ella misma consideraba convenientes. Palacios se enfrentó con ella en nombre de los más débiles, y lo hizo durante toda su larga vida”.
Jugando con la imaginación, Rivas, fantaseó que pasaría si Palacios fuera contemporáneo: “Primero, creo que retaría a duelo a unos cuantos” dijo divertido. En una análisis profundo sostuvo que “sin ninguna duda considero que trabajaría codo a codo con los demás integrantes del campo nacional, popular, democrático y feminista”.
Sobre el cierre, Rivas, quien es abogado y asesor del Presidente en temas de derechos de las personas con discapacidad, se permitió describir al referente histórico del socialismo para los jóvenes de hoy: “Fue un militante socialista lúcido y consecuente, un reformador que trabajó siempre por la ampliación de los derechos de las trabajadoras y de los trabajadores, un luchador por todas las causas que consideraba justas. Y un político con un talento personal enorme. Para verlo reflejado, tendría que mirar en dirección de las y los que trabajan y pelean a favor de la igualdad”.
Apostillas de su vida privada
Cuentan que al iniciar su vida profesional hizo colocar en el frente del escritorio un cartel con la siguiente leyenda: «Dr. Alfredo Lorenzo Palacios. Atiende gratis a los pobres».
La leyenda flameó como un estandarte en la puerta de la casa que alquilaba en el barrio porteño de Palermo hasta sus últimos tiempos.
Fue uno de los más grandes intelectuales de su época; marxista de la primera hora, condujo a los argentinos de esta doctrina que insistían en aceptar únicamente los principios marxistas que pudieran ser ventajosamente adaptados a la realidad argentina.
Su bibliografía es sumamente vasta y manifiesta sus ideas sobre el socialismo y las inquietudes que emergen de sus diversas actividades: Entre sus obras más importantes se encuentran El nuevo derecho, Esteban Echeverría: albacea del pensamiento de Mayo, La miseria, El dolor argentino, Las Islas Malvinas, Archipiélago Argentino.
Otro detalle peculiar se dio durante el gobierno peronista, en esa época el Partido Socialista es atacado en actos, baleado por la Alianza Libertadora Nacionalista, que cuenta con el absoluto amparo de la policía. Palacios sostiene que actúan dominados por «la obsesión de los totalitarios: que no haya adversarios». Para Palacios, Perón no es su enemigo sino un adversario; reconoce en él a un «distinguido técnico militar» pero no a un estadista. Perón, por su parte, decía que Palacios era un payaso; cuando intentaron acercarlos algunos dirigentes, Palacios les dijo: «Dígale a Perón que este payaso no trabaja en ese circo».
Por último vale la pena recordar la crónica de Caras y Caretas del 17 de agosto de 1912 que enunciaba que «En la tarde del viernes y en una quinta de las afueras de Avellaneda, se efectuó el lance que reproducimos, entre el leader del partido socialista, doctor Alfredo L. Palacios y el conocido médico doctor Fermín Rodríguez».
Las incidencias de este encuentro caballeresco son conocidas -el doctor Palacios que debía batirse con el doctor Estanislao S. Zeballos no aceptó en todas sus partes el acta firmada por sus padrinos solucionando el incidente, que eran el coronel Mariano Beascochea y el doctor Fermín Rodríguez, y publicó una aclaración al respecto.
«Los señores Beascochea y Rodríguez, considerándose ofendidos, exigieron del doctor Palacios una reparación. El duelo se concertó con el coronel Beascochea, a pistola y a veinticinco pasos, debiendo cambiarse dos balas. En el momento de salir para el encuentro el coronel Beascochea fué detenido por la policía» finaliza la crónica.
El Monumento
Palacios cuenta, desde 2003, con un busto homenaje creado por el escultor Jorge Bianchi a partir de un diseño elaborado por el dibujante Hermenegildo Sabat.
El monumento reproduce en una estructura de bronce de 2,7 metros de altura y un peso aproximado de 2,5 toneladas el célebre sombrero y el grueso bigote encurvado hacia arriba como no podías ser de otra manera.
Esta emplazado en la Plaza de los dos Congresos, en el sector circundado por las calles Virrey Cevallos, Hipólito Yrigoyen y Rivadavia.
La iniciativa surge a través de la ley 23.800 sancionada el 16 de agosto de 1990 y promulgada 12 de setiembre del mismo año bajo el Decreto N° 1322/90.
Para #NCN por Juan José Postararo