La Historia de la Bandera de la «Libertad Civil»: El Símbolo Patrio Histórico que el Ejecutivo no utiliza nunca
“Por el honor y el valor que habían manifestado los dignos hijos de esta ciudad y su jurisdicción que habían servido en mi compañía en las acciones del 24 de septiembre y 20 de febrero último…”. Con estas palabras, Manuel Belgrano, explicaba en primera persona que lo había motivado a crear y obsequiar al pueblo Jujeño, una nueva bandera, cuya historia pocos conocen. Una bandera que representaba la Libertad, el coraje, la hazaña y que, con el correr de los tiempos, logaría el status de Símbolo Patrio, pero que no es utilizada en actos oficiales.
Para poner un poco de contexto, debemos trasladarnos a las vísperas de nuestra Independencia. Corría el año 1812 y, por orden del Triunvirato, Belgrano llegaba a Jujuy para comandar el llamado Ejercito del Norte.
Se estableció en San Salvador, la capital de esta provincia norteña. Allí recibió los restos de las fuerzas que regresaban de Huaqui: 800 hombres, sin armas ni recursos, afectados por el paludismo y desmoralizados.
El General debía reorganizarlos, rearmarlos, restablecer la disciplina y devolver la esperanza a la población. Para ello, se volvió riguroso e inflexible con sus subordinados. Creó diversas compañías, como la de guías, la de baqueanos, la de cazadores y el cuerpo de castas. Recompuso la moral de las tropas, que ascendieron a 1.500 hombres. A finales de julio, recibió 400 fusiles, que le fueron de gran utilidad para completar el armamento.
A mediadnos de ese año, recibiría informes de que una gran fuerza realista al mando de Pío Tristán (vaya casualidad, compañero de universidad en Salamanca, ahora líder de la avanzada española) avanzaba a través del alto Perú hacia Humahuaca, y recibió la orden del Triunvirato de retroceder hasta Córdoba, donde el Ejército del Norte se uniría a las tropas rioplatenses.
Atento a los destrozos y vejaciones que los españoles venían realizando a su paso, Belgrano, decidió aplicar la estrategia de “tierra arrasada”. Es decir que los habitantes dejen Jujuy y que se destruya cuanto pudiera ser útil al enemigo para dificultar sus marchas y recursos.
Un mes después, el 23 de agosto de 1812, comenzó la movilización. Hombres y mujeres, ancianos y niños, ricos y pobres, españoles que abrazaban la causa revolucionaria, criollos y mestizos, cumplieron la orden de Belgrano, dejando únicamente campo raso frente al enemigo, de modo de no facilitarle casa, alimento, ganado, mercancías ni cosa alguna que le fuera utilizable. Los cultivos fueron cosechados o quemados, las casas destruidas, y los productos comerciales enviados a Tucumán. Aquello luego fue llamado el «Éxodo».
La historia entonces daría lugar a los triunfos de Las Piedras, Tucumán y Salta. Donde las fuerzas realistas son derrotadas finalmente. La Patria comienza a escribir sus primeros pergaminos y el pueblo jujeño retomaría el regreso a sus tierras.
Fue justamente un 25 de Mayo, pero de 1813 (fecha del segundo aniversario de la Revolución de Mayo), cuando Belgrano reúne a la población ante el cabildo (en San Salvador) y les presenta su regalo: la Bandera Nacional de la Libertad Civil.
El propio General da cuenta de lo sucedido en una misiva escrita de puño y letra a Feliciano Chiclana …»He mandado a confeccionar una bandera en la que mandé a pintar el escudo de la Asamblea Constituyente» .
En el Archivo Histórico de Jujuy, aún se conservan las actas del Cabildo donde quedó asentado que Manuel Belgrano cedió y puso en manos del ayuntamiento la Bandera Nacional.
Una Bandera histórica
A diferencia de la Celeste y Blanca que todos conocemos, ésta se trata de una pieza de natural importancia. Puesto que a diferencia de la presentada en Rosario (que aún es materia de estudio en cuanto a la disposición de sus colores y destino final) ésta insignia fue sometida a diferentes pruebas resultando ser la única que se conserva y de la que se tiene certeza fue manipulada por el propio Belgrano.
Se trata de se trata de una “Bandera del Pueblo”, pues valora, jerarquiza y enaltece la acción invisible de miles de personas anónimas que posibilitaron grandes hechos de nuestra nacionalidad, con la sumatoria de sus esfuerzos y sacrificios
La composición y su significado
Diferentes investigadores coinciden que aquello de “libertad civil” para el periodo de las guerras por la independencia, sería asimilado a lo que actualmente conocemos como estado de derecho.
Incluso los elementos presentes en el paño son altamente significativos y están estrechamente vinculados al republicanismo.
La disposición blanca (plata) representa a la nación que alboreaba, las Provincias Unidas, los brazos unidos la hermandad y la igualdad democrática, el escudo se erigió como blasón patriótico de la nueva nación. Los laureles representan el triunfo de las armas en combates y batallas, unidos por el lazo rojo en recuerdo de la sangre derramada.
Un elemento que se destaca es la mascaypacha, (un realce que usaban los incas sobre su frente como símbolo de autoridad) que ese encuentra representada en el gorro del escudo de la Asamblea Constituyente del Año XIII.
El Proyecto de Ley para convertirla en “Símbolo Patrio Histórico”
Hasta este punto la insignia de Belgrano para con el pueblo jujeño, podría ser una historia más que narra el nacer de una bandera provincial. Pero existe un hecho que pocos conocen.
Pero el camino de aquel paño que estuvo en las manos de Belgrano, no se detendría en la provincia del Norte. Su destino estaba escrito para que formara parte de la Historia Grande y se transformara en un emblema a nivel nacional.
Para contarnos como surge la iniciativa que terminaría en Ley Nacional, en NCN dialogamos con la Senadora Liliana Feller (Mandato cumplido – 2005 al 2001 – Frente para la Victoria), autora del Proyecto que convertiría a la Bandera de la Libertad Civil en un nuevo símbolo patrio.
“La idea de redactar y elevar el Proyecto se da un contexto especifico, que fue el Bicentenario de 1810, en donde incluso se mencionaba el Éxodo Jujeño. Fue justamente el también bicentenario de aquella gesta (en 2012) lo que nos permitió llevar adelante la iniciativa y presentarlo con fuerza” arranca comentando.
“Lo que hicimos – agrega – es lo que se hace casi siempre con este tipo de Proyectos, que tiene que ver con lo Cultural, con la Historia, y sobre todo con una provincia del interior. Es poder presentarlo en momentos indicados, donde existe una especie de “nuevo aire” social, una especie de “ola” que permite que este tipo de cuestiones tengan una mirada diferente de parte del Congreso Nacional”.
Vale recordar que la iniciativa fue presentada, además, por quienes entonces representaban a Jujuy en ambas cámaras nacionales, a partir de un proyecto del historiador y vexilólogo Miguel Carrillo Bascary y que contó con el apoyo e impulso el Instituto Belgraniano de esa provincia.
Este Proyecto no solo correspondió a dar luz a aquel legado de “Don Manuel” sino acaso también traer a la superficie “porteña” una mirada diferente de la historia. Acaso sesgada muchas veces por los “unitarios” y sus palabras más cerca del “puerto” y aleja de aquellos aires “federales” de los que uno se impregna cuando conoce el norte del país.
Así lo entiende Feliner que coincide que la historia Argentina tiende, desafortunadamente, a ser “contada acaso como si todo hubiera acontecido en Buenos Aires. Con el Cabildo y la Escarapela. Incluso entendiendo el Éxodo como algo de lo que “mejor no hablar”, porque habíamos huido y no la estrategia de guerra que realmente fue, tan trascendental para el posterior correr de los años y la creación de la Patria en definitiva”.
«El tema de la Bandera, el Éxodo y el paso de Belgrano por la provincia, forma parte de nuestra Independencia” detalla y agrega “Por ello siempre se intentó revalorizar este acto y llevarlo más allá de los límites Jujuy, con el convencimiento de lo que significa para el nacimiento de la Patria”.
“Por eso siempre, muchos Jujeños y por sobre todo el Instituto Belgraniano han intentado dar trascendencia de lo que significó dar la lucha donde se tuvo que dar, para luego volver a nuestra tierra. Por eso la simbología que implica ese regalo que Belgrano le dio a los Jujeños y la importancia. Porque ya el título que habla de la “Libertada Civil” habla de lo que es el pueblo, de las libertades civiles que se quieran empezar a conformar en aquella patria naciente” define.
En este sentido entiende que, en los últimos años, fue algo que se “fue recuperando, y existen grupos de jóvenes jujeños que se hacían llamar “Los Decididos” y desfilaban vestidos de época en desfiles oficiales, pero eso pasó en el Bicentenario. Luego todo fue decayendo. Incluso el tema de la propia Bandera, que hoy si uno ve la página del Gobierno no apare siquiera. Vemos la Celeste y Blanca, el Escudo y la Escarapela, cuando esta última no es un Símbolo Patrio, pero aquella de la Libertad Civil, que fue reconocida por Ley, ¿Dónde está? Esas son cosas muy fuertes”.
Sobre el cierre, la autora del Proyecto, recuerda que cuando Gabriela Michetti asumió la Presidencia del Senado, la hizo llamar a su Secretaría, pido que se le contarle sobre el origen de esta Ley (que por entonces tenía poco de haberse promulgado) para luego dar la orden de colocar la mencionada bandera en la Cámara Baja – detalle que aún persiste, acaso siendo uno de los pocos lugares oficiales donde puede verse junto al emblema Nacional – “ese día fue muy importante, estar yo en esa Sesión inaugural viendo flamear la Bandera de la Libertad Civil fue emocionante” recuerda.
Fue justamente un 29 de abril de 2015 cuando el Congreso de la Nación aprobó la ley 27.134, mediante la cual se declara a la Bandera Nacional de la Libertad Civil como Símbolo Patrio Histórico.
De esta forma debería, en todos los actos y en las fechas conmemorativas del quehacer Belgraniano, exponerse junto a la Bandera Nacional, a condición de que se exhiba siempre en forma conjunta con la Bandera Oficial de la Nación.
Situación que, pese a ser reglamentada, poco se cumple y (sacando algunas regiones del NOA Argentino y el Senado de la Nación) la Bandera Nacional de la Libertad Civil brilla por su ausencia en actos oficiales, cadenas nacionales o apariciones protocolares del Presidente de la Nación.
Su resguardo
Actualmente la Bandera se encuentra en un moderno un Centro de Interpretación, emplazado en la Casa de Gobierno de Jujuy, donde puede ser visitada por quien quiera conocerla.
El centro resguarda el paño en óptimas condiciones de iluminación, temperatura y unidad, pero además el visitante podrá conocer un poco más sobre las cosas por las que pasó la Bandera, la creación del Salón y todo el proceso de restauración que se llevó adelante estos últimos años.
Además en el recorrido se puede apreciar una exhibición cada 30 minutos llamada “Experiencia Éxodo”, donde el visitante se transporta, aprovechando la tecnología del 4D, a vivir sensorialmente la historia de la Bandera de la Libertad Civil, transitando el Éxodo Jujeño, las batallas de Tucumán y Salta, y al regreso de esos enfrentamientos, el momento en que el General Manuel Belgrano decide la creación de esta insignia patria.
Para NCN por Juan Jose Postararo