La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en el día de ayer estableció una modificación que suscitó polémicas en el reglamento interno. Diputados opositores la calificaron como la “ley mordaza”.
La variable en el reglamento, que no es ley, sino una problemática de la organización interna del cuerpo, establece que el período de manifestaciones se llevará a cabo antes de finalizar la sesión. Esta situación modifica el momento en que se realizarán estas disertaciones que no permiten interrupción y garantizan tres minutos de exposición.
Las manifestaciones son instancias discursivas en las que los legisladores presentan al pleno de la Cámara sus posturas respecto a diversos temas que suelen ser de interés nacional pero que no necesariamente condice con la actividad parlamentaria de la jornada.
La modificación quedó vigente puesto que se sumó el artículo 244 al marco normativo: “Los Diputados/as pueden hacer uso de la palabra por una vez, a efectos de realizar las manifestaciones o pedidos que no encierren ninguna resolución ni necesiten sanción de la Legislatura, durante un tiempo que no exceda los tres (3) minutos. Durante este período no se admiten interrupciones».
Al respecto, los diputados del Partido Socialista Autónomo (Jorge Selser, Viginia Gonzalez Gass y Adrián Camps) denunciaron que esta medida pretende “silenciar a la oposición” y que es un pacto entre el kirchnerismo y el macrismo en la Legislatura porteña. Gonzalez Gass bautizó la iniciativa como “ley mordaza”.
Selser, previo a la votación que aprobó la variable en el reglamento, había expresado mediante un comunicado de prensa que “de aprobarse este proyecto impediría que los legisladores expresen sus discrepancias al comienzo de la sesión que es el momento en el cual está garantizado el quórum”. Sin embargo, el cupo mínimo de participantes sería registrado al principio de la jornada, al igual que con el reglamento anterior que se daba antes de las manifestaciones.
En sintonía, Virgina Gonzalez Gass subrayó afirmando que “es una vergüenza que se voten este tipo de proyectos en democracia. Esta es otra maniobra de los oficialismos para silenciar a la oposición en un año electoral”. Y criticó con dureza: “Ahora, igual que en la dictadura, `el silencio es salud`”.