Existen dos proyectos de Ley en la Legislatura sobre el futuro de las jineteadas. Uno es el primer paso para abolirlas y, el otro, legitima el maltrato animal en espectáculos públicos, confirmó AIM.
La tradición y los negocios están íntimamente vinculados a la violencia. Las jineteadas son espectáculos públicos habituales en Entre Ríos, donde la gente se reúne para ver el maltrato a caballos a quienes se busca subordinar por la fuerza. El debate entre quienes lo sostienen y quienes piden su abolición es tan profundo y fuerte que llegó al hemiciclo de la Cámara de Diputados donde hay dos proyectos en disputa: uno para proteger a los animales domésticos o domesticados, con especial énfasis a los caninos, felinos y equinos, que cerraría la puerta a este tipo de eventos; y, el otro, reglamenta la actividad y la declara como un deporte.
El proyecto de protección lo impulsó el diputado Pedro Báez con el apoyo de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada). La iniciativa declarará de interés público provincial la protección de todas las especies de animales como sujetos de derecho no humanos e integrantes esenciales de la naturaleza. El texto establece que estará prohibido con respecto a los animales domésticos o domesticados: el sacrificio con sufrimientos físicos o psíquicos; el maltrato, las golpeaduras o el sometimiento a cualquier práctica que les pueda producir daños, lesiones o sufrimientos innecesarios o injustificados; su abandono en lugares públicos o privados, especialmente en la vía pública; adiestrarlos con el propósito de aumentar su peligrosidad; mantenerlos en instalaciones con inadecuadas condiciones higiénicosanitarias; la práctica de cualquier procedimiento físico que pudiera generarles dolor sin previa aplicación de anestésicos y debido trato digno; no proveerles la alimentación e hidratación suficientes y cobijo necesarios para su normal desenvolvimiento; suministrarles drogas o alimentos que contengan sustancias o elementos que puedan ocasionarles sufrimientos, graves trastornos que alteren su desarrollo fisiológico natural o la muerte; su utilización en espectáculos (circos, parques, carreras, etc.), riñas, eventos populares y otras actividades que impliquen maltrato o crueldad, que puedan ocasionarles sufrimiento, deterioro de su salud, la muerte; o someterlos a tratos antinaturales, injustos e indignos. Sin embargo, la iniciativa que pasó en revisión al Senado “determina que las domas y jineteadas se regirán por sus propias normas”, pero como la provincia adhirió a la Declaración Universal de los Derechos de los Animales mediante la Ley 10547, se podría interpretar que estarían prohibidas las jineteadas.
Por otro lado, el diputado radical Amado Sosa Fuad promueve una Ley que tiene por finalidad “regular los espectáculos públicos de destrezas criollas conocidos como ‘jineteadas’, reglamentando sus condiciones y resguardando la integridad de las personas y animales participantes”. Además, declararía “como deporte la práctica de ‘jineteadas’, y como deportistas a los ‘jinetes’ o a quienes ejerzan dicha actividad”.
Ahora la Legislatura deberá abrir el debate sobre las jineteadas, donde no sólo se deberá optar entre tradición o la abolición del maltrato animal sino que se deberá definir el futuro de un multimillonario negocio de espectáculos públicos.