La oposición pedirá una sesión especial para repudiar «golpe de estado» en Bolivia
El presidente del bloque de diputados del Frente Para la Victoria, Agustín Rossi (Santa Fe), anunció este lunes que la bancada que conduce pedirá una sesión especial para que la Cámara baja repudie este miércoles próximo lo que consideró «un golpe clásico de Estado contra Evo Morales» en Bolivia. El oficialismo dividido, parte de la UCR repudió el golpe y el PRO se mantuvo en silencio.
En su cuenta de Twitter, Rossi anticipó que desde el FPV-PJ junto a otros bloques «vamos a convocar a una sesión especial este miércoles para repudiar el golpe de estado en Bolivia, exigiendo el resguardo físico par Evo, Alvaro, y otros dirigentes del MAS (Movimiento al Socialismo) y la plena vigencia del orden constitucional».
«El golpe contra Evo es un golpe clásico, porque se utiliza a las Fuerzas Armadas para provocar su derrocamiento, el comunicado de la Cancillería argentina evita utilizar la palabra golpe», dijo el ministro de Defensa de Cristina Fernández de Kirchner.
Sostuvo que «lo que la derecha no consigue vía elecciones intenta conseguirlo por otros medios». Y agregó: «El silencio de los Gobiernos de derecha ante la destitución de Evo es atroz y muestra la falta de compromiso de la derecha con la democracia».
Para el legislador kirchnerista, Evo Morales «recoge la recomendación de la OEA y llama a nuevas elecciones, pero la oposición lo rechazó y ahí aparecieron las Fuerzas Armadas y le piden la renuncia».
«El hecho desencadenante de la renuncia de Evo fue el comunicado de las Fuerzas Armadas», subrayó en declaraciones radiales.
La situación critica de Bolivia recibió la calificación de «golpe de estado» de la totalidad del arco opositor, de la gran mayoría del bloque radical y aún mantiene en silencio al gobierno nacional y al PRO. El oficialismo mantiene diferencias internas a la hora de repudiar la renuncia de Morales y puede repercutir en el recinto, justo en vísperas al recambio de diciembre.
Evo Morales renunció el domingo a la jefatura del Estado boliviano al denunciar un «golpe cívico, político, policial», luego de que la oposición y la Central Obrera Boliviana, la mayor del país, pidieran su dimisión y los militares desconocieran su condición de jefe de las Fuerzas Armadas.