La revolución tecnológica, ¿está llegando a nuestra industria?. Por Esteban Almirón
Desde hace varios años, países como Alemania, Estados Unidos, Francia o China, lideran la adopción de nuevas tecnologías asociadas a los procesos productivos. Depósitos robotizados como el de Amazon o Alibaba, el uso de smart glasses en GE Aviation o Volkswagen, o la impresión 3D más grande del mundo realizada este año por la Universidad de Maine que llegó a «imprimir» un bote completo, son algunos ejemplos de cómo estas tecnologías están cambiando la forma en la que la industria se desarrolla.
La consultora BGP (The Boston Consulting Group) realizó, a principios de 2018, el estudio «Acelerando el desarrollo de Industria 4.0 en Argentina» sobre la adopción de nuevas tecnologías en el país con el objetivo de buscar indicadores para ver los progresos en este campo. Una de las principales conclusiones fue que: «En la Argentina sólo el 30% de las empresas implementó iniciativas concretas de Industria 4.0 y las existentes están vinculadas con la seguridad de los datos e infraestructura de redes. Tecnologías de mantenimiento predictivo, robots autónomos, gestión del desempeño móvil en tiempo real o realidad aumentada se encuentran aún bastante relegadas».
Si evaluamos cuáles son los principales desafíos por los que la adopción de estas nuevas tecnologías es tan baja aparecen varios factores. En primer lugar figura el contexto económico y político que dificulta enormemente la planificación de inversiones. Otro de los aspectos que atenta contra la adopción de nuevas tecnologías como robótica, biotecnología, nanotecnología o inteligencia artificial por citar algunas, es la falta de personal calificado con el conocimiento necesario para implementarlas y gestionarlas.
Sin embargo, existen otros factores de índole tecnológica que deben tenerse en cuenta al momento de planificar iniciativas de industria 4.0. Uno de los principales desafíos que se presentan es la deficiente infraestructura de datos que presentan muchas de las redes industriales. Si bien la adecuación y mejoramiento de las redes es uno de los aspectos con mayores avances, la actual infraestructura presenta falencias de planificación, poca visibilidad y escasa capacidad operativa. La necesidad de obtener datos de los procesos productivos y llevarlos a la nube, implica contar con una red con capacidad de conservar la integridad de esos datos en todo el recorrido y garantizar su disponibilidad, en muchos casos, en tiempo real. Para alcanzar la llamada Industrial IoT (IIoT), las redes deben estar preparadas para esta nueva exigencia.
Otro aspecto necesario de este proceso es la estandarización de redes y sistemas, que permita tanto la integración horizontal como vertical. Tecnologías como Big Data & Analítica, Machine Learning o Realidad Aumentada requieren de la integración con la nube. Por ejemplo, la automatización de procesos de abastecimiento requiere de la integración con empresas proveedoras de insumos. Históricamente, las redes industriales (OT) eran cerradas, con poca integración, incluso con las propias redes corporativas (IT). La integración de ambas con la nube plantea un importante desafío desde el punto de vista de la ciberseguridad, ya que conectamos un proceso productivo con Internet, con los riesgos que eso implica. Un ejemplo de esto fue el ataque informático a la productora de aluminio Norsk Hydro, que generó un impacto en el precio de un commodity como es el aluminio.
La adopción de tecnologías de industria 4.0 ofrece a las empresas un espacio muy amplio de oportunidades para optimizar y mejorar sus procesos y capacidad en la toma de decisiones, pero en el contexto planteado debe haber un compromiso claro desde las áreas decisorias de las compañías para adoptar estas tecnologías, con un análisis integral de los casos a abordar que puedan ser implementados y sustentables, con objetivos claros sobre los beneficios esperados y planes concretos de despliegue con costos asociados. Las tecnologías vinculadas a la industria 4.0 tienen un grado de madurez avanzado y el principal desafío para las empresas argentinas será identificar las oportunidades de mejora de la mano de estas tecnologías, trazar un camino y comprometerse a hacer frente a los retos que la transformación digital conlleva.
(*) Arquitecto para la vertical industria, Logicalis Argentina.