La única “Zona Aduanera Especial” es la creada por Rentas. Por Luis Pastori
No me voy a referir a la tan promocionada “Zona Aduanera Especial” para Misiones, la que se derrumbó como un castillo de naipes y que -con mucha ingenuidad y poca prudencia en los festejos por adelantado- nos transportaron por unos meses a una realidad imaginada, prometida por el propio Presidente Alberto Fernández en Posadas y vetada por él mismo.
No voy a hablar de las falsas promesas presidenciales sino de las realidades provinciales, de las cuales no tenemos que buscar a nadie de afuera para echarle culpas.
Los misioneros tenemos nuestras propias aduanas. La primera, creada el 18 de Diciembre de 2007, al inicio del primer mandato del Dr Closs, -Decreto 2913/07- por el que se dispuso que la Dirección General de Rentas (hoy ATM), debía establecer un Régimen de Pago a Cuenta del Impuesto sobre los Ingresos Brutos respecto a los bienes que ingresasen a Misiones para su compraventa o remisiones entre fábricas o sucursales, o entregas en depósito o en consignación, así como con relación a la prestación del servicio de transporte de cargas originados en la provincia, a una alícuota del 2,38% sobre el valor bruto de la operación para los inscriptos, y del 3,4% para los no inscriptos.
Esta nueva “vuelta de tuerca” a la enorme presión fiscal que impuso Misiones a sus contribuyentes, atravesó los dos mandatos de Closs, el de Passalacqua y continúa hoy bajo el gobierno de Herrera Ahuad, generando graves distorsiones en el proceso de comercialización de mercaderías y servicios, a través de los controles fiscales en ruta en el Paraje Centinela de la Ruta 14, el Arco por Ruta 12, Estación Apóstoles y Azara Ruta 2, los que fueron “bautizados” como “aduanas internas” o “aduanas paralelas”, ya que generan consecuencias parecidas a las fronterizas, contrariando el claro precepto constitucional que prohíbe su instalación en todo el territorio de la Nación.
Hace pocos días, un productor primario me contaba que compró un Rotovator, un «tractorcito» que hace la carpida mecánica, pero para poder ingresarlo tuvo que pagar en la “aduana” el impuesto que correspondía a la empresa porque, de lo contrario, no se lo vendían. Es decir, como productor primario está exento de Ingresos Brutos, pero a la hora de la verdad, tiene que pagar para poder trabajar.
Pero como nunca se colma nuestra capacidad de asombro, nos enteramos que ahora han puesto una novedosa “Aduana de Multas” en el Arco de salida/entrada a Misiones donde tras una tediosa espera, te notifican sobre la existencia de multas por supuestas infracciones de tránsito “detectadas” por los radares en las rutas de la provincia, de los que nunca se sabe cuáles son legales y cuáles truchos, pero además muchas de ellas son inventadas.
Cuando se reclama a la Nación la disminución de la carga impositiva para Misiones (y esta bien que se reclame), los gobernantes locales debieran primero preguntarse ¿y por casa como andamos? Urge derogar de un plumazo la «única zona aduanera especial» que tiene Misiones desde e 2007 a la fecha, que es el régimen distorsivo y económicamente nefasto conocido como “aduana interna”, que atenta contra el desarrollo económico de la provincia, expulsa inversiones, atenta contra la generación de empleo y, finalmente, encarece todos los productos que consumimos en Misiones.
Luis M. Pastori – Diputado Nacional – UCR-JxC