La verdad, la historia y el futuro – Por Margarita Stolbizer
El domingo pasado ya estaba preso Ricardo Jaime, por delitos comprobados, aunque todavía falta terminar de juzgarlo en otras causas. Y también recientemente detenido Lázaro Báez junto a su contador Pérez Gadin. Mi corazón va sintiendo que, de a poquito, vamos pudiendo avanzar en la investigación de los hechos de corrupción que durante los últimos 12 años tanto daño hicieron a nuestro país y a nuestra sociedad. Sobre todo, por los enormes costos sociales y humanos que siempre tiene la apropiación ilegal que algunos funcionarios y otros privados han hecho de los recursos del estado.
Ese domingo estuve en el Almuerzo de Mirtha Legrand, hacia quien solo tengo palabras de reconocimiento y gratitud por su generosidad y consideración hacia mi. Siempre me ha tocado compartir esos programas con gente de la que he aprendido y con la que me he sentido particularmente bien. Pero en esta oportunidad, fue muy especial haber conocido a Ricardo Darín y a Oscar Martínez, dos actorazos a quienes admiro en lo profesional, respeto y aprecio también en lo personal. En esa ocasión me invitaron a compartir el pre-estreno de la película Koblic, de Sebastián Borenzstein, de la cual son los protagonistas y cuya actuación es realmente impecable, jugada, extraordinaria.
Ese film nos pone frente a nosotros mismos. Seguramente han habido varios Koblics entre nosotros y hasta nos pudieron pasar inadvertidos. Personas que buscan huir de su pasado, enfrentados con su propia historia, y con sus uniformes. La película es cruda, dura. Y la interpretación de Darín y de Martínez es excelente.
Cada vez que repienso en los crueles años de la dictadura (y de eso se trata la peli) me suena en la cabeza aquel Nunca Más, las palabras que surgieron de las entrañas de nuestro pueblo pero fueron tan justamente pronunciadas por el fiscal Strassera en el final de su alegato en el histórico juicio a las juntas militares. Cuanto bien nos hizo, hacernos cargo de esa historia, asumir los errores, la indiferencia, la violencia. Cuan necesario es conocer la verdad para poder cambiar las cosas, asumir la historia y juzgar a los responsables.
Entonces aquí es donde vuelvo con ese Nunca más, en la búsqueda de la verdad de los últimos años. Aseguro que eso es lo que guía mi espíritu en la lucha contra la corrupción. Es necesario que conozcamos y nos hagamos cargo de esa verdad, que desde ese lugar reclamemos a la justicia para la investigación, esclarecimiento y sanción. Porque de esa forma podremos mirar hacia adelante.
No me anima ninguna otra cuestión que cumplir con los muchos que me alientan en la calle para no bajar los brazos, para seguir la lucha, para pararnos de cara hacia el futuro, también para prevenir y evitar la repetición de lo ocurrido.
Claro que no hay comparación posible entre los crímenes de la dictadura y los crímenes de la democracia. Pero siempre es necesario hacernos cargo de la verdad, de la historia, de cuánto hemos consentido para llegar a tolerar en demasía lo que nos ha pasado.