Las aventuras de Robin Wood

El historietista Robin Wood, creador de personajes como Nippur de Lagash y Gilgamesh, fue distinguido hoy como Personalidad Destacada de la Cultura porteña. El historietista paraguayo de 69 años creó unos 90 personajes y utilizó 12 seudónimos para que su nombre no se repitiera en las cuatro revistas de la editorial Columba que lo publicaban en simultáneo, El Tony, Intervalo, Fantasía y D’Artagnan. Su obra recibió reconocimientos como el Premio Yellow Kid, definido como el Oscar de la historieta; en 1997, en Roma, recibió el máximo premio otorgado por el XX Salone Internazionale dei Comics, del Film di Animazione e dell’Illustrazione. El acto se realizó en el Salón Dorado de la Legislatura.

A pesar de ser amado por varias generaciones, la obra de Robin Wood, un guionista fundamental del comic, circula poco y nada. Por eso vale la pena repasar su fascinante vida: de su época de cuchillo y pistola en el Paraná a las corridas de toros en Pamplona, pasando por su encuentro con Oesterheld, sus discusiones en los ’70, la asombrosa vida propia de sus personajes y hasta el pedido de algunas ciudades para aparecer en sus historias.

A pesar de que en las últimas décadas casi toda su producción se publicó en Suiza, Italia, Francia y España, Robin Wood aún es recordado y extrañado por quienes pelean para no dejar de ser sus lectores (el frente es muy fuerte en la web, por supuesto).

En su página oficial www.robinwoodcomics.org figuran más de 50 comics en su primer año como guionista; para el segundo, la cantidad se duplicaría y trabajaría con los mejores dibujantes del comic nacional: Jorge Zaffino, Mandrafina, Carlos Vogt, Jorge Zanotto, Alberto Salinas y Ricardo Villagrán, entre muchos otros.