El escándalo generado por la visita de algunos diputados de La Libertad Avanza (LLA) a represores detenidos en el penal de Ezeiza cobró su primera víctima significativa: la diputada mendocina Lourdes Arrieta. La fractura interna del bloque libertario se profundizó tras la expulsión de Arrieta, quien recientemente formó un monobloque bajo el nombre Fuerzas del Cielo – Espacio Liberal (FE).
Vale recordar que la controversia comenzó cuando Arrieta, en medio de tensiones crecientes con sus compañeros de bancada, denunció a Nicolás Mayoraz por presuntas agresiones y violencia de género. Su decisión de abandonar la reunión del bloque en medio de gritos y su posterior denuncia provocaron un giro dramático en las relaciones internas de LLA. La diputada fue acusada de infiltrarse en el partido y de haber presentado denuncias falsas contra sus colegas, lo que llevó a su expulsión, un movimiento que Lilia Lemoine, otra figura destacada del bloque, ha confirmado.
Lemoine, quien ha mantenido una serie de intercambios acalorados con Arrieta a través de redes sociales, aclaró que la decisión de expulsar a Arrieta no fue tomada a la ligera. «La echamos primero», subrayó Lemoine, desmintiendo versiones que atribuían la decisión a presiones externas, incluidas las que sugerían que Karina Milei, esposa del presidente Javier Milei, había intervenido en la solicitud de expulsión.
El conflicto se intensificó cuando Arrieta publicó en sus redes sociales los detalles de los chats de un grupo de WhatsApp en el que se organizó la visita a los represores. Lemoine, al ser consultada en el programa “Somos Buenos” de TN, cuestionó las inconsistencias en las declaraciones de Arrieta y desafió su versión de los hechos, destacando que ella misma había sido parte de la organización de la visita y que había declinado la invitación de manera privada.
Asimismo, en su intervención, Lemoine también apuntó hacia la vicepresidenta Victoria Villarruel, insinuando que la visita a los represores podría haber sido parte de una agenda personal de Villarruel en lugar de la de Javier Milei. La diputada bonaerense criticó que Villarruel, en lugar de apoyar la agenda de Milei, se haya ocupado de asuntos de género y otras actividades no relacionadas con el proyecto presidencial. Lemoine reafirmó que la visita a los represores no formaba parte de la agenda de Milei y negó que el presidente estuviera enojado por el escándalo. “Javier no tiene un conflicto con Villarruel”, aseguró, aunque destacó que la vicepresidenta parece seguir una agenda propia, lo que a su juicio contradice el propósito de unidad del bloque.
La situación continúa desarrollándose mientras LLA intenta recuperar la cohesión interna tras la severa fractura provocada por este escándalo. La expulsión de Arrieta y las tensiones en el bloque destacan las dificultades del partido para mantener una postura uniforme en medio de controversias significativas.