En la Argentina estamos a pocos días de decidir una parte importante del destino político de nuestra nación al menos a corto y mediano plazo. Este próximo domingo 14 de noviembre son las elecciones legislativas para renovar parte de nuestros representantes en el Congreso Nacional y a distintos niveles del poder legislativo. Una y otra vez escucho en la calle y en mi conversación con amigos, vecinos, pacientes la queja de que «los políticos siempre son los mismos corruptos que se sirven a ellos mismos, que por eso nunca van a participar en política, que el Estado y los gobernantes tienen que resolver todos los problemas que experimentamos, que prometen y después no cumplen etc.
La situación política de la Nación es producto del estado emocional del pueblo:
Las consecuencias económicas, en la seguridad ciudadana, aumento de la pobreza, inestabilidad política etc. hacen que el “cerebro emocional”, estructura que gestiona las emociones más primitivas como el odio, la ira, la inconformidad etc. Pierdan su capacidad de control sobre estos instintos y emociones generando una sociedad apática y desesperanzada en su futuro.
La mente crea nuestra realidad interna, nuestra realidad interna es nuestro estado mental. Nuestro estado mental
Para que sea transformada la política necesitamos reconstruir nuestra realidad interna y para eso necesitamos de nuestro cerebro. De acuerdo a este concepto que es avalado por la Neurociencia Cognitiva podemos decir que la mente de los Argentinos crea la actual y futura realidad de nuestro país.
«Decidimos nuestro voto a través de un complejo proceso neuronal en el cual la memoria emocional juega un rol definitivo»
La neuroplasticidad en política
La neuroplasticidad neuronal se refiere a la habilidad del Sistema Nervioso de responder y adaptarse a desafíos del medio ambiente a través de una serie de mecanismos que conducen a la remodelación de nuestro cerebro.
Conclusión:
La neurociencia tiene mucho que ofrecer en el campo de la política. La política la hacemos los seres humanos, no es una construcción mágica o se da a sí misma como producto del azar. A la política la hacemos con nuestra mente individual y colectiva, una mente social, universal, que se ha ido tallando a partir de la evolución social del ser humano, la cual le dio un impulso casi sobrenatural a nuestra civilización. Sin política no se hubiese construido la realidad del mundo que conocemos.
Este domingo frente a la urna millones de cerebros argentinos crearemos la realidad política en que vivimos.
A usar el cerebro entonces, el destino de nuestra nación está en ello.