*Dr. Christian Hernan Gonzalez D´Alessandro. Abogado especialista en derecho revisional y Personas Mayores. Director del Instituto de Derecho de las Personas Mayores y Políticas Gerontológicas del Colegio de Abogados de Morón. Jefe de Asesores de la Diputada Nacional Mirta Tundis
Desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri, en diciembre de 2015, se viene rumoreando la posibilidad de que en un futuro próximo se aumente la edad jubilatoria, pero esas versiones pueden tornarse real cuando el propio director ejecutivo del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI) Carlos Regazzoni, en una forma muy suelta, dio vestigios ciertos de que dicha situación puede llegar a pasar.
En el diario La Nación del 20 de julio, el titular de la obra social de los jubilados, manifestó una serie de cuestiones que hacen pensar que trabajadores atravesarán en los próximos años un incremento en los requisitos de edad para el acceso al beneficio previsional. “A los 65 años la gente está muy bien y puede seguir trabajando”, dijo Regazzoni y resaltó: “La medicina le recomienda que deben seguir trabajando porque eso le mantiene bien la mente en forma”.
Sin embargo el médico no percató que la Argentina, lejos de crecer en expectativa de vida, cayó en los índices de longevidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer una encuesta en donde ubica a nuestro país en el séptimo lugar pasando de estar entre los tres primeros puestos dentro de la región para quedar atrás de Chile, Costa Rica, Cuba, Panamá, Uruguay y México.
Mientras que en Chile se supera los 80 años aquí, la expectativa de vida, es de tan sólo 76 años. Parece no poca cosa que la población adulta mayor este en el promedio de los 76, sin embargo si uno observa los datos estadísticos de los censos, y sobre todo los del año 2001 y 2010, notaremos que el índice de años se meseta cada vez más.
Si tomamos en cuenta que además la calidad de vida de los adultos mayores no es de las mejores sobre todo en el interior del país, como en las zonas rurales en donde el alto grado de informalidad es importante, además del poco acceso a los servicios sanitarios, la carencias de necesidades básicas como el agua potable para dar a modo de ejemplo, genera que las palabras de quien dirige el PAMI se conviertan en desafortunadas.
Esto me hace recordar a la penosa “Teoría poblacional” de Thomas Maltus en la que decía que las personas se reproducen más rápido que los alimentos. En ella, economista afirmaba que la población aumentaba en progresión geométrica mientras que los alimentos lo hacían en proporción aritmética, concluyendo que si no se tomaban medidas drásticas “vendría un momento en que los alimentos no alcanzarían para todos”.
¿Por qué sus dichos me hacen pensar en la aplicación de esta teoría? Porque desde que asumió como referente del Instituto, Carlos Regazzoni, ha dado pautas de querer aplicar medidas drásticas que atentan contra la calidad de vida de los mayores. Por ejemplo: El conflicto con las farmacias que llevaron a varios días de paro y dejando a miles de afiliados sin cobertura; la restricción de medicamentos y el pago de los que antes eran gratuitos; el inconveniente con los geriátricos que no pueden afrontar los aumentos de los servicios de gas dejando a los más vulnerables en condiciones desfavorables; el problema con las clínicas, como el caso del sanatorio Eva Perón de Mar del Plata, que los desamparan sin atención médica; la gravosa situación que padecen los médicos de cabecera a los que se les pagan sumas irrisorias por la atención de los adultos mayores, entre otras.
En todos esos inconvenientes siempre hay una palabra clave dando vueltas: la “sustentabilidad”. Todo tiene que ser sustentable: Que los números den; no importa cómo, pero que la ecuación cierre al mejor estilo Mathusiano.
De llevarse a cabo una situación que implique cambios en la edad de la jubilación, con este gobierno, se estaría aplicando una antigua receta que ya la vivimos en la década de los 90 con el menemismo y es la que propone el Fondo Monetario Internacional (FMI), el que recomienda la suba de los requisitos para el acceso a la prestaciones de la seguridad social; otro Organismo que, en muchas de sus medidas, aplica a rajatabla lo preceptuado por el economista caracterizado por el pesimismo.
Lo cierto es que de un rumor a un hecho concreto es sólo cuestión de tiempo; el mismo tiempo que pretenden quitarle nuestros mayores en su época de disfrute.