Macri sabe que detrás de Cristina está la Argentina del desarrollo; por Claudio Hugo Naranjo*
Mauricio Macri está observando al mundo del Siglo XXII; sabe que las generaciones futuras no vivirán en gobiernos tecnocráticos, autoritarios ni populistas. Es la universalidad el mundo de los nietos de nuestros nietos. Con una dosis de realismo aventurero, el Presidente, es uno de los primeros líderes mundiales que proyecta su visión política al desembarco del próximo Siglo.
“Estos hombres –dice en su imperdible libro Jaime Durán Barba- no buscan coherencias ni leyes eternas, sino que se sumergen en el río de la vida, disfrutando de la turbulencia de sus aguas y su mueven siempre empujados por la curiosidad. La ciencia es posible gracias a la duda permanente de estos hombres”. Si bien, el escritor y consultor ecuatoriano, está hablando de los científicos, toda su artillería del conocimiento va direccionada a la política.
Macri y todo su equipo, saben que detrás de Cristina, está la Argentina del desarrollo; el próximo 22 de octubre en esta parte del hemisferio, se iniciara la primera gesta en el descubrimiento del conocimiento humano, con cimientos hacía las nuevas democracias. La derrota de la ex presidenta tendrá repercusión regional en primera instancia, pero la onda expansiva recorrerá todos los continentes.
La opinión pública, que velozmente va tomando el control remoto de la información, ya le esta avisando a Nicolás Maduro, presidente populista de Venezuela, que le tienen rodeada la manzana. En el 2018 nuestros hermanos venezolanos volverán a vivir en libertad. Latinoamérica deberá en los próximos 30 años liberar las fronteras para convertir la región en una sola Nación. En la visión estratégica del presidente argentino, con la mirada puesta en el Siglo XXII, es que ‘Pobreza Cero’ no solo se convierta en una realidad en la Argentina, sino que prontamente con la voluntad y capacidad del resto de los mandatarios, la región deje de padecer hambre.
La opinión pública, conjuntamente con la psicología experimental nos permite analizar el intrincado laberinto de la mente humana y demuestra que la relación del conocimiento con la realidad empírica no es mecánica. Es decir, la velocidad del conocimiento con la que se formarán las futuras generaciones ya no se basarán en la experiencia que les legaron sus abuelos, sí en el mundo que ellos les dejaron. En los próximos 82 años se irán modificando aceleradamente las preocupaciones de los seres humanos; los adversarios ya no estarán en otros continentes, vendrán de otros planetas. El mundo en el que les tocará vivir a los nietos de nuestros nietos será qué nave abordar para colonizar nuevas tierras espaciales. Corea del Norte y Estados Unidos, China, Japón o Rusia hablarán un mismo idioma humanitario, porque ya será un mundo sin fronteras. El país de las futuras generaciones será la Tierra. La tecnología en función de la guerra estará basada en defender el planeta. Ya no más guerras entre hermanos.
Dentro de 82 años, nadie sabrá quién fue Cristina Fernández de Kirchner ni Nicolás Maduro, ni Donald Trump ni Mauricio Macri. Lo más importante ya no es el 22 de octubre, lo que debemos valorar es que alguien hoy este pensando en los nietos de nuestros nietos, se llame como se llame. Argentina será una potencia mundial en los próximos 30 años. El populismo y el autoritarismo será solo un mal recuerdo.
Si tienen a mano una foto de un hijo o nieto, mírenla. Posen su mano sobre ella. Allí está el conocimiento, está el futuro.
*Escritor- Periodista
@naranjo-claudio