Máximo Kirchner señaló que «en esta elección se define si la Argentina quiere volver a perder tiempo o empezar realmente a construir uno nuevo» y llamó a los trabajadores a comprometerse «con su propio destino y su propio país».
«El tiempo perdido en Argentina ha sido demasiado, y tenemos que tener la plena convicción y un deseo profundo de entender que es imposible que recuperemos ese tiempo. Que el deseo que tenemos que tener es dejar de perder tiempo. En esta elección se define si la Argentina quiere volver a perder tiempo o empezar realmente a construir uno nuevo», expresó Kirchner al cerrar el acto de SMATA en La Matanza.
Acompañado por el secretario general, Ricardo Pignanelli; la vicegobernadora de la Provincia, Verónica Magario; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza; el tercer candidato a diputado nacional, «Paco» Manrique; el ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa; el exministro de Agricultura, Julián Domínguez y la secretaria de Producción en La Matanza, Débora Giorgi; el diputado llamó a «no ser espectadores», sino «protagonistas».
El discurso de Máximo Kirchner
«Necesitamos que ustedes más allá de los problemas que tienen todos los días, de lo difícil y la situación económica, se comprometan no con una fuerza política, sino con su propio destino y con su propio país. No habrá manera de detener la voracidad de esta gente si el pueblo no se involucra en su destino», expresó el precandidato bonaerense a diputado, según se informó en un comunicado.
En ese sentido, señaló que «tenemos un enorme desafío por delante» y advirtió que «vamos a tener que hacer un esfuerzo enorme para aquellos que a esta altura ya prometen descargar toda la furia sobre aquel que no se doblegue ante sus deseos y sus órdenes».
Al respecto, indicó: «En nuestro país esa idea ya tuvo quienes la llevaran adelante. Entre 1976 y 1983 se llevaban las comisiones internas enteras de muchísimas fábricas de compañeros y compañeras como pasó en la Ford. Cada voz que se levantaba era o detenida o torturada o desaparecida y al punto de quedarse con sus hijas y sus hijos».
«Sin embargo, ni la tortura, ni la desaparición de trabajadores, estudiantes, militantes políticos, sociales y sindicales, trajo el éxito económico a la Argentina. Ni trajo el desarrollo económico a la Argentina, más bien trajo endeudamiento», aseveró Kirchner.
Y recordó que «también trajeron una guerra donde murieron más de 600 argentinas y argentinos allá en nuestras queridas Malvinas».
«Incluso hoy una de las candidatas a Presidente de la Argentina (Patricia Bullrich) proponía, hace un año y medio o dos nomás, cambiar las Malvinas por un par de vacunas. Me cuesta entender y me causa dolor que haya argentinas y argentinos que crean que de esa manera y que con esa clase de dirigentes insensibles de raíz violenta entiendan que este país puede salir adelante», expresó.
También se refirió al expresidente Mauricio Macri, que «no solo faltó a la palabra y el compromiso asumido con trabajadoras y trabajadores que estaban alcanzados por el impuesto a las ganancias sino que sumergió al país en una inmensa deuda externa».
Gasoducto Néstor Kirchner
En relación al gasoducto Presidente Néstor Kirchner que fue recientemente inaugurado, el diputado nacional expresó: «Algunos sólo hablan de la fase exportadora. Yo quiero hablar del otro gasoducto que hay: el que va a servir para que la industria argentina tenga más gas y que la vuelva más competitiva. Vamos a ajustar por el precio del gas y no por el salario del trabajador y la trabajadora. Para eso también es el gasoducto».
Además, detalló que «el costo final del gasoducto fue de entre 2500 o 2600 millones de dólares» y recordó que «el «Messi de las finanzas», (Luís) Toto Caputo endeudó al país a 100 años, por 2600 millones de dólares».
«El mismo valor del gasoducto. Cabe preguntarse qué hicieron con la plata. Porque con esa emisión de deuda de 2600 millones de dólares podrían haber hecho el gasoducto», aseveró.
Finalmente, el presidente del PJPBA agradeció a Ricardo Pignanelli de SMATA y destacó que es «un dirigente sindical que se preocupa también para que hayan inversiones para su país y al mismo tiempo lo hace sin entregar derechos y el salario de los trabajadores y trabajadoras».