La marcha comenzó el sábado 1 de octubre en el santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers. La meta final fue el Santuario de Nuestra Señora de Luján, donde se realizó la tradicional misa frente a la Basílica.
Cada año los devotos católicos de la Virgen de Luján, Patrona de la República Argentina, participan de una de las peregrinaciones más convocantes del país. La misma se hace en el marco de una muestra de fe, esperanza y amor. Para ello se transitan unos 60 kilómetros caminando.
La 48° Peregrinación Juvenil a Luján comenzó a las 8 en el Santuario de San Cayetano ubicado en Cuzco 150, Liniers (Ciudad Autónoma de Buenos Aires). El evento se realizó bajo el lema “Madre, míranos con ternura, queremos unirnos como pueblo”.
Desde allí, después de la misa de las 9, alrededor de las 10 de la mañana, partió la imagen peregrina de la Virgen. La misma fue bendecida por el Papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud 2013 y ya visitó todo el país. En compañía de los peregrinos, recorrió las calles hasta llegar al Santuario de Nuestra Señora de Luján durante esta madrugada del 2 de octubre.
Una enorme logística para los preparativos comprometió tanto a las Fuerzas Armadas y de Seguridad, como a organismos civiles voluntarios y personal de salud para prestar ayuda a los feligreses en el extenso tránsito a pie. La diócesis de Morón ha sido la encargada del traslado y trabajo en torno a la peregrinación más grande de Argentina.
En este sentido cabe destacar que lo largo del trayecto se montaron 40 puestos de apoyo e hidratación más 60 puestos sanitarios. En ellos se desplegaron unos 6.500 voluntarios. El operativo contó con 40 ambulancias que trabajaron en conjunto con los hospitales cercanos a los municipios afectados por la peregrinación.
Aunque se llevaron a cabo misas durante todo el fin de semana casi una detrás de otra, el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, presidió la tradicional misa de las 7 de la mañana del domingo en la Plaza Belgrano, frente a la Basílica de Luján.
Con el objetivo “iluminar las intenciones de todos” y rezando un Ave María, durante la medianoche, se pidió a los fieles que encendieran una pequeña vela para alumbrar el camino final hacia la madrugada en Luján.
En el marco de la peregrinación, desde la organización se propusieron dos campañas solidarias. Una consistió en imprimir la foto de una persona desaparecida para contribuir a la búsqueda y pedir por ellos, y la otra, llevar un alimento no perecedero para donar a Cáritas.
Asimismo, frente al hecho de que algunas personas no podían hacer la peregrinación caminando, los organizadores se ocuparon de facilitar distintos medios de transporte. Asimismo, se preparó un canal en youtube denominado “LaPereLujan” para participar de manera virtual. “Podremos vivenciar el camino hacia la casa de la Madre de la Patria, porque es Ella es quien camina hacia nuestros hogares, nos lleva su amor y su protección”, expresaron en la invitación a sumarse a la transmisión. Y sostuvieron que «las promesas pueden cumplirse desde casa dado que nuestra buena Madre de Luján sabe lo que cada uno de sus peregrinos está viviendo”.
Otro detalle a tener en cuenta es que, como se realiza desde hace más de 11 años, durante la peregrinación se ofreció el Sacramento del Bautismo a todos los fieles que se encuentren en un camino de preparación para recibir los Sacramentos de la Iniciación Cristiana.
Los interesados debían anotarse en la Carpa Bautismal y la Celebración del primer Sacramento se llevó a cabo junto al Puesto del Seminario de Buenos Aires ubicado en el cruce de la Ruta N˚7 y N˚6, debajo del puente.