No podemos ir a ningún lado si no miramos con constancia y sin extremismos el futuro, deberíamos hablar como adultos ocupándose en algo más que los interese propios, haciendo conjeturas sobre un futuro anclados en nuestra propia particularidad. Hay cada vez más una enorme distancia entre dos Argentinas a la que la profesionalización de la política no presta atención.
Ese pasado marcó la cultura política del presente y por lo tanto la política adquirió códigos muy parecidos a la mafia, impidiendo la crítica interna dentro de los respectivos partidos por temor a ser llamados traidores a la “doctrina” y ser perseguidos y estigmatizados por el ejercicio de la libertad de opinión.
Pero lo peor de aquellos años de dictadura es que conocieron “el mal”, que se manifestaba en la escandalosa disparidad que había entre las frases de los representantes del poder, la vida que llevaban y la que hacían llevar a millones de argentinos.
SIN AUTOCRITICA NO ES POSIBLE INAUGURAR UN DIÁLOGO NI UN ESPACIO DE ACUERDO, DE AHÍ LA DIFICULTAD EN EL FUNCIONAMIENTO DE UN CONSEJO ECONÓMICO SOCIAL QUE PERMITA SERENAR LAS AGUAS DE LA INESTABILIDAD POLÍTICA QUE LOS ARGENTINOS NECESITAMOS PARA NAVEGAR SIN “VOLANTAZOS” DE TIMÓN, A UN RUMBO DE JUSTICIA SOCIAL Y PLANIFICACIÓN COMPARTIDA QUE NADIE PUEDE DEJAR DE ANHELAR.
Para ser más precisos el peronismo emerge en 1946, hace exactamente 76 años, y esa etapa aportó novedades en el escenario social y económico sobre todo en los trabajadores y las clases medias que se vieron favorecidos notablemente por el proceso de industrialización con capital local y basado en el mercado interno, por cierto esta enorme aceptación por parte de la ciudadanía permitió construir sentido y participación activa en los cambios políticos del país.
Hay que mirar para atrás, como cuando conducimos un auto, es decir de vez en cuando, no podemos ir a ningún lado si no miramos con constancia y sin extremismos el futuro, deberíamos hablar