En la geografía política nacional la fuerza de Cambiemos es innegable. Los números del domingo 13 de agosto quedarán en la historia y serán un antes y después en la política argentina. La provincia de Buenos Aires, bastión del peronismo en los últimos 45 años, quedo ‘zapateando la moto’, con una mano milimétrica de nok aut que le asestó María Eugenia Vidal en la primera mitad de la pelea.
El próximo 22 de octubre, de la mano de Cristina Fernández de Kirchner, el peronismo se despide de la escena política nacional hasta que encuentre un nuevo líder que garantice el agiornamiento de los nuevos tiempos, de un partido que se acostumbró a vivir los últimos años con un peligroso sesgo autoritario o más oscuro aún, que es el totalitarismo.
A la Liga de Gobernadores del PJ les llevará años volver a concitar la confianza de una ciudadanía que salió del letargo y busca desesperadamente gobiernos que sencillamente, no le mientan.
En estos días me encuentro, por razones particulares, visitando la provincia de Chubut, más precisamente la ciudad de Puerto Madryn, donde la elección de las PASO se vivió con ritmo frenético, como en el resto del país. El partido “Chubut Para Todos” que representa el gobernador Mario Das Neves terminó cabeza a cabeza con el radical Gustavo Menna, que hace su incursión de la mano de Cambiemos. En Puerto Madryn, el intendente Ricardo Sastre, un radical que fue de la mano del vicegobernador de la provincia, superó por escaso margen s los representantes de Cambiemos.
El ministro del Interior Rogelio Frigerio, una de las espadas más filosas con las que cuenta Mauricio Macri, acaba de aterrizar en la provincia junto a Das Neves; en un mano a mano con el diario El Chubut, suplemento Economía y Empresas, el ministro decía: “Mi gran desafío personal es hacer una nueva ley de Coparticipación más equitativa” y remarcó en un tramo de la nota que las transferencias en Chubut pasaron de $ 3.700 millones en los primeros seis meses de 2015 a $ 6.381 millones en el mismo período de 2017.
Otro de los desafíos u obsesiones es recuperar el tren. En Casa Rosada reina una sinergia en torno a la puesta en marcha de un transporte que fue el motor del crecimiento argentino y que tuvo su génesis de auge con el modelo agroexportador centrado en la revolución agrícola y ganadera.
El Tren Transpatagónico se ha transformado en una “utopía” con el paso del tiempo, aunque en Nación hay optimismo con que este proyecto de dimensiones excepcionales empiece a tener rodaje. Y apuntó Frigerio: “Hemos decidido particularmente recuperar el tren de carga porque un país con esta extensión necesita ferrocarriles que transporten la producción de manera barata”. En este orden destacó que el presidente “tiene una obsesión con la recuperación de las vías férreas, por eso vamos a llevar adelante la mayoría de los proyectos que están en carpeta”.
Hago mención de la llegada de Frigerio a horas de una elección que fue muy pareja y que tiene todos los rasgos de darla vuelta en octubre; la idea, que es transmitida en principio por Marcos Peña (hombre teje bajo línea de flotación en todas las provincias argentinas) es que el Gobierno Nacional gestione a paso vivo en los 24 distritos nacionales, a los fines que los ciudadanos estén todos los días un poco mejor y cómo fin político, asegurarse gobernar la mayor cantidad de provincias con vista al 2019.
El 22 de octubre Cambiemos termina con Cristina y con todos los peronismos con los que ha gobernado la Nación en los últimos 45 años.
*Periodista-Escritor
@naranjo_claudio