En estos días se han vertido diferentes opiniones en relación con las primarias abiertas simultáneas y obligatorias. Opiniones diversas, algunas a favor y otras en contra. A veces, creo, demasiado simplistas para la importancia del tema.
Se dice que las PASO no sirven porque no hay nada que votar, que hay un solo candidato. Lo que no se dice es que en ocasiones los que están en el poder quieren evitar la competencia y fuerzan listas únicas y no debería ser así; por el contrario, se debería promover la participación y no restringirla. Otros eluden la confrontación democrática legítima, crean nuevos frentes para vaciar y evitar las primarias.
Las PASO son superadoras en cuanto permiten presentarse a las diferentes expresiones de un partido. En el pasado esto muchas veces se vio imposibilitado por el peso del «aparato partidario».
Cuántos intendentes hoy lo son gracias a que la participación ciudadana obligatoria en las primarias pesó más que los tradicionales candidatos partidarios, acostumbrados a obtener más votos en una interna que en una elección general.
No falla el sistema, que tiene varias ventajas, lo que falla es la implementación. La aplicación de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias en Argentina significa un salto de calidad institucional y de fortalecimiento democrático.
Las PASO amplían la participación y permiten, por un lado, una mejor oferta electoral, dejan que participen todos y, por otro, dan más opciones a la demanda ciudadana, lo que genera una instancia previa para decantar las candidaturas. Las primarias producen una competencia transparente dentro de un espacio para luego competir contra los otros. Además, promueven la diversidad de ideas, la pluralidad de voces y una amplia gama de propuestas. Lamentablemente algunos no lo entienden así y esquivan la competencia con excusas, atajos y artilugios.
La educación ciudadana, la participación popular y la elección de nuestros representantes es la base del sistema republicano y representativo. Hay que defender las PASO porque dan calidad institucional a la democracia. No debemos caer en falsos debates que pongan en duda el sistema. Puede mejorarse pero volver a la situación anterior es mala idea. Avancemos implementando la boleta única electrónica y eliminando listas sábanas, colectoras, listas espejo y candidaturas testimoniales, entre otros aspectos que no son saludables para la democracia de Argentina.
El radicalismo ya se expresó oportunamente sobre este tema. La discusión fue zanjada por nuestro partido cuando se discutió la reforma electoral el año pasado, impulsando la boleta única electrónica y manteniendo las PASO. No hay que tener miedo a la participación ciudadana ni limitarles los mecanismos. Por eso, defendamos las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.
*Senador nacional por UCR Mendoza