La elección que ha tenido lugar puede ser analizada como una contienda entre dos coaliciones: una de centro-izquierda con la fórmula Fernández-Fernández y otra de centro-derecha, con Macri-Pichetto.
La integración de las fórmulas, ya muestra una particularidad: tres de los cuatro integrantes son peronistas (Pichetto también lo es) y también lo son los dos integrantes de la tercera (Lavagna-Urtubey).
Pero ¿que es el peronismo que gobernará la Argentina por lo menos los próximos cuatro años, cuando se acaban de cumplir 74 años de que esta fuerza política irrumpió un 17 de octubre con una multitud movilizada por la figura de Juan D. Perón?.
Hay diversas interpretaciones. Para algunos es un partido político y lo es, pero cada vez menos relevante como su expresión dominante. Para otros es un movimiento, que reúne a sindicatos, movimientos sociales, sectores empresarios y hasta sacerdotes villeros. También lo es, pero su conducción centralizada es mucho más débil que en el pasado. Históricamente se autodefinió como una doctrina, que lo fue. Pero hoy son pocos los militantes que han leído los libros y escritos de Perón. Por lo general sólo recuerdan las tres banderas: Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social. Incluso ha sido asimilada a una ideología, como sistema de valores derivado de una interpretación de su identidad populista. Pero también es una cultura política. Hemos visto a los dirigentes del PRO que venían del peronismo cantando la marcha peronista al recibir al senador Pichetto y eran integrantes de la primera línea de este partido. También llamó la atención ver a los manteros en La Plata resistir el desalojo policial cantando la misma marcha. Fue cantada a pleno, en la celebración del triunfo de la fórmula Fernández-Fernández.
El peronismo contiene las cinco expresiones al mismo tiempo: partido, movimiento, doctrina, ideología y cultura. Pero la nota dominante en este momento histórico es la última: es una cultura política, que se ha extendido más allá de esta fuerza política.
Hemos visto a Alberto Fernández elogiando a Alfonsín durante la campaña. Algunas versiones, sostienen que tendría un lugar en su gabinete.
Es posible que alguna figura independiente de prestigio como Facundo Manes también lo integre.
En otros niveles, no hay que descartar ver alguna figura de Cambiemos.
Perón sigue siendo clave para entender al peronismo. Pero hay un Perón del «cinco por uno no va a quedar ninguno» y otro del abrazo con Balbín, buscando la unidad nacional.
Son dos caminos muy diferentes y los dos se dieron dentro del peronismo.
Pero la actitud que adopte el oficialismo, no sólo dependerá de él mismo, sino también de la disposición que muestre la oposición,- que ha perdido con un porcentaje razonable dada la crítica situación económica,- para superar la llamada «grieta» que en la campaña se profundizó.
Los primeros gestos de Fernández y Macri muestran predisposición al diálogo en momentos que el país lo necesita.
Rosendo Fraga es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.