Parrilli juzgó al juez durante su propio juicio: “Usted está puesto aquí de una manera ilegal y arbitraria”
El senador nacional Oscar Parrilli acusó al juez Germán Castelli, integrante del Tribunal Oral Federal 7. Lo hizo en el marco de su propio juicio por el libro la “década ganada”.
Al respecto aseveró una frase polémica: “Considero que usted no es un juez natural, sino un juez especial que esta puesto aquí de una manera ilegal y arbitraria”.
Tras ello el juez le contestó: “Soy un juez de la Constitución y estoy acá junto a mis colegas para garantizar un juicio justo al señor Parrilli y a las demás personas imputadas”.
La incómoda situación que genera ecos políticos de envergadura, ocurrió el lunes 11 de julio durante la indagatoria al legislador de la Cámara alta en el juicio oral en el que está acusado de haber dado un adelanto de 800 mil pesos para el libro que finalmente no se imprimió.
Parrilli pidió declarar presencialmente: “Para mirarlo a los ojos a los señores jueces y en especial al dr. Castelli”, expresó.
Llamativa y paradójicamente, el dirigente político cristinista pasó gran parte de su tiempo de declaración señalando y “juzgando” al juez: “Yo considero que usted debería haberse excusado en esta causa. Y con todo respeto le digo que sinceramente me llama la atención de que usted me esté juzgando porque hay hechos que han demostrado una enemistad manifiesta por parte suya hacia mi persona como también hacia otros funcionarios de la administración empezando por la doctora Cristina Fernández de Kirchner en la causa cuadernos. Y yo considero que usted no es un juez natural, es un juez especial que esta puesto aquí de una manera absolutamente ilegal y arbitraria”, declamó.
Castelli es uno de los jueces que fue trasladado durante el gobierno de Mauricio Macri. Pasó de un Tribunal Oral Federal de San Martín al Tribunal Oral Federal 7 de Comodoro Py. Con la llegada del gobierno de Alberto Fernández se consideró que había 10 traslados realizados irregularmente y que para eso debían tener el acuerdo del Senado para su nuevo cargo, tal como establece la Constitución Nacional. Uno de ellos, es Castelli. Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, de la Cámara Federal de Comodoro Py son los otros dos.
Los 10 jueces fueron citados al Senado pero Castelli, Bruglia y Bertuzzi no se presentaron pero iniciaron causas judiciales que llegaron a la Corte Suprema de Justicia por considerar que era inconstitucional el reclamo y que sus traslados habían sido legales. En el caso de Bruglia y Bertuzzi, el máximo tribunal dijo que los traslados no eran permanentes y que debían seguir en sus cargos hasta que se haga el concurso público. En cuanto a Castelli, la situación aún no fue resuelta.
El senador insistió largamente en acusar al juez como forma de defensa: “Usted tuvo palabras muy agraviantes, muy injuriosas. Dijo que participamos de una maniobra ilegal, habló de que tenemos una prepotencia institucional coordinada. Entiendo que usted no es un juez de derecho, es un juez de hecho. Usted sabrá lo que tiene que hacer. Si seguirá con esta causa juzgándome o no. Y si ya tendrá o no, no lo sé, la sentencia escrita más allá de lo que yo diga o de las pruebas que se puedan adelantar. Y usted está aquí para juzgar a la ex Presidenta en la causa de los cuadernos. Quise venir a decírselo personalmente a usted”.
El Tribunal Oral Federal 7 tiene a su cargo la causa de los cuadernos en la que Cristina Kirchner es una de las acusada y es el juez Castelli – junto a Enrique Méndez Signori y Fernando Canero- quien está a cargo del juicio. En este sentido, el juez indagó a Parrilli si lo que había dicho era formalmente un planteo de recusación. Fue entonces cuando el abogado del senador, el ex jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra, lo negó y argumentó que se trataba de una posición porque estaba convencido que el planteo si lo hacía iba a ser rechazado y que no buscaba demorar el juicio.
Castelli entonces contestó: “Solo decir entonces, al no haber planteo de recusación, en función de las palabras que yo soy un juez de la Constitución y estoy acá junto a mis colegas para garantizar un juicio justo al señor Parrilli y a las demás personas imputadas”.
Después de este preludio, el legislador neuquino habló de la causa judicial ad hoc: “Esta causa existe solamente porque hubo una persona que ejerció el cargo de juez, Claudio Bonadio, hoy fallecido, que tuvo una persecución política e ideológica. No solo contra mi persona sino contra, en primer lugar, la actual vicepresidenta de la nación y varios de los que fueron miembros del gobierno del año 2003 al 2015″.
El senador explicó que por el libro se hizo una licitación pública de la que participaron cuatro empresas privadas y que ganó la Casa de la Moneda “porque ofreció el precio más bajo y que después, inclusive, fue menor”. Sostuvo que los 800 mil pesos de adelanto era lo que establecía la licitación y que después el libro no se imprimió por “oportunidad, merito y conveniencia de no hacerlo.
La plata salió de la Secretaria General del estado que fue a otro bolsillo del estado, que es la Casa de la Moneda. No es la primera vez que una obra pública fue adjudicada que y después no termina realizándose”, afirmó.
La acusación por la que es juzgado es por el delito de defraudación por administración fraudulenta que el Código Penal establece que para que se configure ese delito debe tener como objetivo “para sí o para un tercero un lucro indebido o para causar daño”. En este sentido, Parrilli declaró que “no hubo daño ni ninguna persona fue beneficiada”.
“La acusación no describe una coima, cómo se desvió el dinero, o si hubo una licitación amañada. No se de que me están acusando, cuando me lo digan me voy a poder defender”, concluyó el senador.
En esta causa también están acusados Katya Daura, ex titular de la Casa de la Moneda, Javier Grosman, ex director de la Unidad Ejecutora Bicentenario, y a Matías Njirjak, ex jefe de Gestión Institucional del área de Relaciones con la Comunidad de la Casa de Moneda.