La iniciativa del diputado nacional Luis Pastori, estipula que toda la documentación oficial del próximo año lleve la leyenda “2018 año del centenario de la Reforma Universitaria”, y que desde la Nación se auspicien actividades que contribuyan a la difusión de los valores de la Reforma.
CABA. Esta semana ingresó a la Cámara de Diputados de la Nación, un proyecto de Declaración del diputado nacional por Misiones Luis Pastori (UCR-Cambiemos) para que se declare el 2018 como “el año del Centenario de la Reforma Universitaria”. La iniciativa establece que “durante el 2018, toda la documentación oficial de la Administración Pública Nacional, centralizada y descentralizada, así como en los Entes autárquicos dependientes de ésta, deberá llevar la leyenda “2018 año del Centenario de la Reforma Universitaria”. También plantea que “el Poder Ejecutivo Nacional auspicie actividades, seminarios, conferencias y programas educativos que contribuyan a la difusión del Centenario de la Reforma Universitaria”, y finalmente invita a “los Gobiernos Provinciales y al de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a adherir a la presente Ley”.
En los fundamentos del proyecto, Pastori recuerda unas palabras de Carlos Tünnermann Bernheim, consejero de la UNESCO y ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua quién señala que “la importancia de este Movimiento es tal que varios estudiosos de la problemática universitaria latinoamericana sostienen que ésta no puede ser entendida, en su verdadera naturaleza y complejidad, sin un análisis de lo que significa la Reforma de Córdoba. “Es la más cabal expresión del reformismo argentino y latinoamericano” siendo “la clase media emergente la protagonista del Movimiento, en su afán por lograr acceso a la Universidad, hasta entonces controlada por la vieja oligarquía terrateniente y el clero”.
Pastori citó algunos fragmentos del histórico manifestó liminar de 1918 redactado por Teodoro Roca y titulado “La Juventud Argentina de Córdoba a los Hombres Libres de Sudamérica” que dice entre otras afirmaciones que “las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y – lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando. Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden”.