La calle Hugo Wast, ubicada en el barrio Cerro de las Rosas, en Córdoba, podría dejar de llamarse como el escritor antisemita.
Esto es porque el cura Guillermo “Quito” Mariani, quien falleció el jueves, dejó una huella imborrable en la provincia de Córdoba por su aporte a las causas sociales. También por los proyectos que llevó a cabo por el bien de diferentes comunidades.
En ese contexto, su deceso repercutió en la sociedad cordobesa. De esta manera, el bloque de la Unión Cívica Radical (UCR) en el Concejo Deliberante de Córdoba propuso realizarle un homenaje. Consiste en poner el nombre del sacerdote a la calle Hugo Wast, en barrio Cerro de las Rosas, cercana a La Cripta, como se conoce a la Parroquia Nuestra Señora del Valle.
No es la primera vez que se intenta cambiar el nombre de esta calle. En 2010, el INADI pidió que pasara a llamarse Sonia Torres, justamente por los antecedentes de Wast, literato con ideas centradas en el antisemitismo, informó El Diario de Córdoba.
En el 2007, el Museo del Holocausto publicó un informe en el que dice que «la importancia del escritor cordobés (Hugo Wast), cuyo verdadero nombre era Gustavo Martínez Zuviría, en la constitución y divulgación de la matriz católica antisemita y antijudía es decisiva. En primer lugar, por su condición de “intelectual orgánico” tanto del catolicismo como del nacionalismo argentinos. Fue presidente del Círculo Católico de Obreros de Santa Fe, de la Liga Argentina de la Juventud Católica y de la Comisión de Prensa del Congreso Eucarístico de 1934», explica.
«Fue activo colaborador en Criterio y en los Cursos de Cultura Católica. Candidato a vicegobernador. Diputado nacional, director de la Biblioteca Nacional, ministro de Justicia e
Instrucción Pública de la Nación (1943), agrega.
«En segundo lugar, por su éxito como escritor. Sus obras se constituyeron en auténticos best-sellers, 35 hasta sumar –en total– quinientas ediciones y dos millones y medio de ejemplares. Fueron traducidas a más de diez idiomas,
alcanzaron repercusión internacional y algunas fueron adaptadas al cine», sentencia.
Asegura que «su enorme legitimidad literaria y católica hizo que fuera recomendado, defendido y promovido por la vasta red eclesial. Párrocos, intelectuales, políticos, publicaciones multiplicaban elogios».
«Y en tercer lugar, por la composición literaria, los temas y las estrategias editoriales de sus libros más claramente antijudíos y antisemitas» afirma. «Para mostrar esto último, nos limitaremos a su obra paradigmática El Kahal Oro. La trama tiene como telón de fondo la oscura y secreta conspiración judía, clave explicativa de la historia del mundo desde hace milenios», cuenta.
Fuente Vis a vis